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Miguel Ángel Corona y Anil Murthy, el día de la presentación de Bordalás. vcf
Valencia CF | La dirección deportiva, el otro polvorín

La dirección deportiva, el otro polvorín

El Valencia lleva veinte responsables en este área en los útimos veinticinco años|Subirats fue quien más lejos llevó a un club por el que han desfilado un montón de responsables que apenas han tenido margen de maniobra

Lunes, 6 de junio 2022, 01:00

¿Vale la pena que Lim fiche a un director deportivo con más galones que Corona y que sepa aceptar los nombres que le ponga encima de la mesa Jorge Mendes? El Valencia tiene la virtud de impedir que las planificaciones a medio-largo plazo se lleven a cabo. Sólo hay que echar un vistazo a la larga lista de directores deportivos que a lo largo de los últimos 25 años han desfilado por el club de Mestalla. Y eso, que hasta 2014, el Valencia se manejaba como un club de los de toda la vida, en las que el director deportivo proponía entrenador y jugadores y la directiva se limitaba a darle el visto bueno o a rechazar las propuestas.

Si hubiera que escoger al que mejor supo representar ese trabajo, por títulos acumulados y por coherencia en sus decisiones, desde luego en el primer puesto del ranking habría que situar a Javier Subirats. Él fue quien apostó en su día por Rafa Benítez, a pesar de que desde el consejo se le criticó comparando al técnico –venía del Tenerife– con un torero. Hoy en día, las circunstancias en las que se mueve el Valencia nada tienen que ver con aquella época. La participación de Corona en la contratación de Gattuso es todo un ejemplo. «Los títulos fueron la confirmación. Pero de primeras mantuvo el rigor táctico de Héctor Cúper. Con él mejoramos en aspectos de estrategia y estudio. Es metódico. Exigente en la táctica, algo que a veces a los jugadores no les gusta. Muy repetitivo en busca de automatismos, pero sólo así un equipo como el Valencia podría optar a superar a otros que individualmente eran mejores», analizaba Subirats sobre Benítez en una entrevista en As hace ya años. Así trabaja un director deportivo de élite, en ver a la larga lo que otros no perciben a la corta.

Han sido constantes los cambios en estos últimos 25 años de historia. La estadística llega a arrojar casi 20 directores deportivos, con una media de año y poco más por candidato. Así es difícil darle continuidad a los proyectos. A un director deportivo se le piden apuestas ganadoras. «Yo quise fichar a Crespo, Ortega y Piojo. Le dije al presidente: 'tenemos que comprar los tres'». Jesús Martínez echaba la vista atrás en este diario (estuvo tres años y medio en el cargo) cuando sentó las bases del Valencia que supo pulir después Subirats para que fuera campeón. Desde el 97 hasta este 2022 que apunta, entre otros, a nombres como Ramón Planes, han desfilado candidatos con más o menos tino. A Subirats le sucedió García Pitarch (repetiría años después), y después pasó de una manera tan sorprendente como insulsa Antonio López.

La etapa de Juan Soler trajo cierto desbarajuste y empezó el baile: Amedeo Carboni, Miguel Ángel Ruiz, Juan Sánchez, Azkargorta... Los tiempos más austeros del Valencia le tocaron a Fernando Gómez primero y a Braulio después (otro de los que han sonado ahora), que clasificó casi por norma con Emery al equipo para la Champions.

Amadeo Salvo desembarcó en el Valencia y puso a Rufete, pero cuando Peter Lim dejó el asunto de la estrategia en manos de Jorge Mendes, acabó Nuno por hacer prácticamente de todo: de entrenador a director deportivo y hasta confidente del dueño.

En un falso intento de Meriton por poner algo de cordura, se recurrió a un viejo conocido como García Pitarch hasta que el valenciano acabó por apartarse del camino ante el desorden del máximo accionista. Laporta recomendó a Alesanco y hasta que no llegó Mateo Alemany, el ex del Barça se encargó de coordinar esta faceta. Alemany se reforzaría después con Pablo Longoria pero de todos es conocido que a Lim no le gusta que le lleven la contraria y menos en lo que se refiere a la planificación deportiva. Su juguete preferido. Llegó después la hora de César Sánchez, que duró un abrir y cerrar de ojos. Fue el momento para que Murthy se hiciera fuerte y ejerciera un papel, apoyado por Corona, que nunca le correspondió. Ahora, Sean Bai pilota junto con Corona pero Lim diseña desde Singapur.

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