La nota del Valencia: un 0

Lo que no se sostiene es mantener una planificación deportiva como la actual. No es propia de un equipo histórico, que ha llegado a tutear en otras épocas a los gigantes. Pero ya no sólo el Real Madrid y el Barcelona están en otra dimensión, también el Atlético. Y el Athletic. Y el Villarreal. Y el Betis. Y la Real Sociedad. Y si nada lo frena le pasarán muchos más. «Somos los que somos, para bien o para mal», decía Hugo Duro al final del partido. Le traicionó el subconsciente. Es una plantilla impropia para una entidad como el Valencia. Baraja mira el banquillo para variar la tendencia durante los partidos y casi vuelve a sentarse. Sólo hubo un momento en que el Valencia se desprendió de sus complejos y fue cuando apareció André Almeida por Rafa Mir. Al menos aumentaba la creación de juego. Porque hasta ese momento, con dos mediocentros defensivos (Pepelu y Guillamón) y dos puntas posicionales (Rafa Mir y Hugo Duro), el balón podría pasar durante horas por el centro del campo sin respuesta valencianista. Ante esta situación, el Athletic se sentía muy cómodo tanto para atacar como para resguardecerse en defensa. La suerte para el Valencia es que Valverde hizo rotaciones y se dejó fuera a Nico Williams su mejor futbolista. Hasta la aparición del internacional español, se hacía notar su hermano. Iñaki enviaba el balón al larguero a los doce minutos tras un mal despeje de Mamardashvili. El balón le cayó a Sancet, que con todo a favor no supo rematar de forma certera. Empezaban a llegar mensajes de que iba a ser un duelo de sufrimiento. El Athletic tenía un dominio insultante del balón y cuando lo tomaba el Valencia sólo tenía que presionar un poco para recuperarlo. Los fallos en los pases de los blancos resultaba desesperante. El hermano mayor de los Williams la volvía a tener en un cabezazo que en este caso atajó Mamardashvili con estirada para la foto. Se llegaba a la media hora de partido y Rafa Mir y Hugo Duro seguían mirándose las caras. No tocaban ni el balón. Y las acciones de ataque sólo llegaban desde Ibaigane. La estadística era terrible. Seis tiros del Athletic por ninguno del Valencia. La primera vez que los de Mestalla se acercaban al área rival fue en el minuto 40 en un centro de Luis Rioja que remataba Diego López. Pero no piensen que el balón fue a portería. Golpeó en un contrario. Cuando al menos se soñaba con llegar al descanso con igualada llegó el golpetazo. Centro de De Marcos y Prados se adelanta a Tárrega para cabecear con acierto. Pasó lo mismo que ante el Barça. Ya en prolongación de la primera mitad se encaja.

Baraja no tardó mucho en la segunda mitad de hacer una sustitución. Almeida entraba por un invisible Rafa Mir. Luego ya hubo que esperar muchos minutos para el técnico buscara modificaciones. Las ocasiones seguían siendo del Athletic mientras el Valencia buscaba al menos unir tres pases. En algún momento lo consiguió pero la frontal del área se convirtió en un muro. No había manera de acercarse al peligro. Ya casi al final aparecieron Javi Guerra, Martín Tejón, Thierry y Dani Gómez, pero perfectamente se lo podía haber ahorrado el entrenador porque todo siguió como hasta el momento. El Athletic conseguía su primera victoria de la temporada a costa de un Valencia tan aburrido que genera mala leche a la afición. El calendario no ayuda pero es cierto que un triunfo ante el Villarreal podría activar a un equipo en el que es complicado ver brotes verdes. Pero al menos es sostenible. Corona, vuelve a repetirlo.