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El Athletic Club recibe al Valencia CF en el partido correspondiente a la jornada 10 de Liga, a las 16:15 horas en San Mamés.
Once de Marcelino García Toral: Neto, Vezo, Garay, Paulista, Gayà, Soler, Kondogbia, Parekjo, Coquelin, Batshuayi y Rodrigo.
Once del técnico local, Eduardo Berizzo: Herrerín, Martínez, Yeray Álvarez, Mikel San José, Berchiche, Susaeta, Dani García, Mikel Rico, Aduriz, Ander Capa y Raúl García.
Sigue el partido en directo en lasprovincias.es.
En las últimas semanas, el Valencia se ha acostumbrado a jugar contra sí mismo. Los empates de Old Trafford y el de Mestalla, con el Barça de visitante, reforzaron la idea de que el conjunto blanquinegro quería y podía escapar del bache. El valencianismo se puso la tirita para sanar las heridas de los primeros compases de competición y se alejaba ya del centro médico cuando el Leganés asestó otro duro golpe. El de Suiza, ante el Young Boys, fue aún peor. Así que acude a San Mamés sin paracaídas y con la obligación de ganar porque los rivales directos están fallando pero uno nunca está seguro de cuánto durarán los pinchazos ni, llegada la ansiada reacción, quedará habrá tiempo para recuperar todo el terreno perdido.
Se acumulan los problemas, evidentes sobre el césped del Stade de Suisse, donde el Valencia fue claramente superado en la segunda mitad por un equipo menor. Hay una palpable necesidad dentro del equipo blanquinegro de recordar cómo jugaba la pasada temporada. Fiabilidad, carrera y gol. Algo así sucedió, al menos, durante la gran parte del tiempo de la 2017-2018. Ahora no. El fútbol no aparece y, sobre todo, el nivel de acierto es paupérrimo. Las victorias se resisten y el estado anímico de los jugadores -actores principales y secundarios- decae. Se vio en Suiza, con varios componentes del Valencia cariacontecidos y dejando la sensación de no saber porqué habían pasado por encima del Young Boys en la primera mitad y luego fueron arrasados.
La Catedral, ciertamente, no se presta como el mejor lugar para iniciar la reconquista. Es un estadio complicado para cualquiera, también para el Valencia y un Marcelino que no ha ganado allí. Tampoco es un consuelo que el Athletic necesite tanto la victoria como el conjunto blanquinegro. Berizzo ha decidido darle una vuelta al planteamiento porque su Athletic no arranca y está decimoséptimo con nueve puntos. El argentino introducirá hoy varios cambios (la principal duda pasa por el ataque, donde Williams y Aduriz se disputan la posición de ariete) para ganar de una vez, puesto que no lo hace desde la primera jornada de Liga, cuando logró superar al Leganés por 2-1.
El Valencia no podrá contar con uno de sus futbolistas más desequilibrantes, Gonçalo Guedes. El portugués tuvo opciones de entrar en la convocatoria a lo largo de la semana, pero «no está en plenitud». «Persisten sus molestias y lo mejor es que no participe», aclaró Marcelino, a quien Guedes le hubiera venido de maravillas para buscar la velocidad en un partido que se prevé eminentemente físico.
Ese factor no va a provocar, según el discurso de Marcelino, que Dani Parejo salga del once. «Para ser atrevidos, tampoco jugaremos con muchos medios defensivos», dijo el asturiano. La banda izquierda está coja por las bajas de Guedes y Cheryshev y ahí tienen posibilidades Carlos Soler, Wass y Ferran Torres. En cuanto a la retaguardia, Vezo actuará en el lateral derecho por la ausencia de Piccini (molestias en el gemelo) mientras que Garay regresa después de darse un respiro ante el Young Boys. En ataque, la zona en la que el Valencia necesita de forma más urgente una mejoría, dos plazas están disponibles para tres hombres. Tanto Batshuayi como Rodrigo y Gameiro -suplente en la Champions-, pueden empezar de inicio contra el Athletic.
Pongámonos en la piel de Marcelino. El Valencia no está en crisis. Acude a San Mamés, se empapa, se seca y se vuelve a empapar y, al fin, consigue un punto contra un Athletic de fútbol subterráneo e ingente necesidad. A Berizzo también le falta el aire, así que encara la visita del Valencia sentando a sus futbolistas en el diván. ¿Qué me pasa, doctor? Y sea cual sea la respuesta o el consejo, el fin de semana vuelve a fallar. A seiscientos kilómetros le ocurre algo muy similar a Marcelino, que sufre desde la banda mientras ve cómo los jugadores quieren. Gayà pelea con Capa, Gameiro celebra un gol que no sube y Neto aparece en el último instante para arruinar la tarde a Raúl García. Berizzo y Marcelino han podido comprobar que sus equipos no se dejan los puntos por incomparecencia, pero eso es lo de menos: se han olvidado de ganar de tanto preocuparse por no perder. ¿Qué importa, entonces, si a este profundo bache se le debe o no llamar crisis? Lo relevante, lo prioritario, es dar con la rendija para salir a flote y eso, mientras el fútbol no aparezca, es un imposible.
El Valencia persigue una victoria para gritar libertad. El gol de Batshuayi contra el Young Boys pudo ser un punto de inflexión para empezar a crecer desde el optimismo, pero todo lo que vino después fueron golpes y más golpes. Otro empate. Y otro. Y otro más. Y esa situación extraña que asegura padecer Marcelino, de no caer pero no celebrar y quedarse siempre a medias, está provocando un socavón en las aspiraciones del Valencia. La Liga, cientos de veces remarcada como la competición clave para consolidar el proyecto, avanza sin descanso con un cabeza de cartel que no aparece por el escenario. En la Catedral firmó el conjunto blanquinegro su octavo reparto de puntos en estos primeros diez partidos de la competición. Y los empates, que en otro contexto pueden saber incluso a gloria, ahora sólo sirven para acentuar la insatisfacción del valencianismo.
El miedo gobernó el encuentro en un San Mamés desangelado, que vivió tres estaciones en apenas noventa minutos y sólo se enganchó al final, cuando el Athletic sintió que el Valencia sufría tanto pavor a la derrota como él. Las alineaciones descifraron por dónde irían los tiros: Kondogbia, Coquelin, Dani García, Mikel Rico y San José en un puñado de metros. Marcelino entendió que el duelo necesitaba músculo y músculo ofreció. Un Valencia con centímetros y sin complejos a la hora de medirse individualmente escogía pelear de tú a tú. La puesta en escena era perfecta: la Catedral, dos históricos, la lluvia yendo y viniendo... Hasta ahí. La propuesta inicial afeó el asunto anestesiando la ambición de la grada rojiblanca, únicamente fogosa por el intento de Capa en el primer minuto. Hasta el descanso, el Valencia lo intentaría dos veces. Para empezar, falló Batshuayi en un dos contra uno en el que no vio a Rodrigo solo ante Iago Herrerín. Luego lo probaría Kondogbia con un disparo lejano. El Athletic era el acoso y derribo de Raúl García a Vezo y poco más. El pito de Undiano Mallenco fue una bendición. Adiós a una primera parte de 24 faltas y 3 tarjetas amarillas. Adiós a un primer 'round' sin dueño.Puede que Marcelino no diera con la tecla, pero una cosa quedó clara: no está para tonterías. El técnico sentó en el intermedio a Batshuayi porque el belga estuvo más preocupado de protestar a los colegiados que de generar oportunidades. Gameiro ocuparía su lugar. Algo mejoró el Valencia, más metido en el encuentro y con un puntito de verticalidad inexistente en la primera parte. Con una gran jugada entre Carlos Soler y Parejo se arrimó a Iago Herrerín. No necesitaba mucho más porque el Athletic tampoco funciona. Esta versión del conjunto bilbaíno sobrevivió en el partido por puro instinto y esperando que el rival no acertara en ataque.
Se rozó el '2' en la quiniela en una controvertida acción que acabaría con el gol del Valencia. Pidieron los blanquinegros penalti por manos, siguió la jugada con un remate de Rodrigo al larguero, varias piernas peleando otro rechace y Gameiro alzando los puños por el fugaz 0-1. En unos segundos, Undiano anulaba el tanto apretando el pinganillo con fuerza para escuchar la decisión de sus colegas de cabina. El VAR decretó que el tanto no debía subir el marcador y esa alegría interrumpida sentó fatal a un Valencia que se dedicó a achicar agua en los últimos instantes del choque. De haber subido ese gol, por cierto, Gameiro hubiera celebrado su primera diana como valencianista y el Valencia llevaría ocho goles, ¡ocho! en diez jornadas. De momento, Undiano Mallenco y el VAR mediante, va a seguir con siete a favor al menos una semana más.
El arreón definitivo del Athletic se produjo cuando Aduriz ya estaba sentado en el banquillo y Williams asumió el papel de ariete a su manera: aprovechando la velocidad para generar problemas a zagueros que llevaban noventa minutos de batalla. Gayà, otra vez de los pocos futbolistas del Valencia que dieron el nivel, hizo una falta a Capa que complicaría el punto por el potente remate de Raúl García muerto en los guantes de Neto. Ni siquiera agotó los tres cambios Marcelino pese al tute de Liga y Champions, con la Copa del Rey a la vuelta de la esquina. Rodrigo y Parejo, dos de las piezas importantes que no funcionan, salían del césped cabizbajos, conscientes de que, llegados a este punto, los empates no sirven de nada. Ni rastro del imponente Valencia que brilló durante gran parte de la pasada temporada. Ni rastro de fútbol y goles. Así se funden las balas y se alejan los rivales, peligrosamente, para repetir en Liga de Campeones.
Athletic Club
Iago Herrerín; Capa, Yeray, Iñigo Martínez, Yuri Berchiche; Dani García, San José, Mikel Rico (Muniain, m.79); Susaeta (Unai López, m.88), Raúl García y Aduriz (Williams, m.61)
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Valencia CF
Neto; Rubén Vezo, Garay, Gabriel Paulista, Gayà; Carlos Soler (Wass, m.69), Parejo, Kondogbia, Coquelin; Batshuayi (Gameiro, m.46) y Rodrigo
ÁRBITRO: Undiano Mallenco (Comité Navarro). Mostró tarjeta amarilla a los locales Capa (m.20) y Yuri (m,76), y a los visitantes Rubén Vezo (m.16), Carlos Soler (m.35), Bathsuayi (m.38), Wass (m.74) y Gayà (m.92)
incidencias: Partido correspondiente a la décima jornada de LaLiga Santander disputado en San Mamés ante 39.261 espectadores. En los prolegómenos del partido, el Athletic de LaLiga Genuine ofreció a la afición el trofeo Fair Play obtenido la pasada temporada, con los dos equipos haciéndole pasillo. Además, los jugadores del Athletic Club portaron brazaletes negros en memoria de Fernando Tirapu, exjugador de ambos equipos en las décadas de los 70 y 80 del pasado siglo fallecido el pasado mes de julio
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