Un Valencia casi perfecto

Fran Pérez logró su primer tanto en la élite con el Valencia. Como lo hizo el mítico Rufete (consiguió 23 goles en 189 partidos). Sólo se le adelantó la familia Kluivert. Pero en el caso del canterano hay inoculado el gen blanquinegro. Eso es para los arrestos. Si papá Rufete marcó una época en la banda derecha (aquella de Benítez, que parece tan lejana, en la que descolló ante los galácticos), el hijo Pérez se ha valido del caos en la dirección deportiva valencianista para seguir en Mestalla –no está en el Elche por la incapacidad de Corona de fichar extremos como le pedía Baraja– y conseguir aprender de los errores. En el partido ante el Cádiz siempre erró en la última decisión; en San Mamés acertó siempre. Chico inteligente. Merecía la recompensa. E incorporaría una última palabra: perfección. Le sobró un último despiste. Minuto 97. Centro de Iñaki Williams y Berenguer remataba más solo que la una. El único borrón de Mamardashvili que dejó en casi la perfección. Ya se paladeaba un victoria de autoridad, de reconocimiento al trabajo de Baraja para armar un equipo mal planteado de inicio.

Parafreseando a Valdano, bien podría definirse el resultado del choque como empate útil. Pone en valor a un conjunto descompensado en número, con un armario sin fondo, pero repleto de ganas y de audacia. Javi Guerra se planta imperial en el minuto 88 de partido con una conducción en carrera y un caño a un rival. Pepelu se marca un pase magistral a Fran Pérez para que el extremo dé el gol a Hugo Duro, Mosquera aguanta la arrancada de todo jugador bilbaíno que se precie. Ejemplos que definen a este equipo modelado por un mito que llegaba en uno de los peores momentos de la historia del Valencia. El equipo no se llevó los tres puntos, sí el reconocimiento.

Baraja repitió el mismo once y el mismo esquema de juego que ante el Cádiz. El 4-4-2 que el técnico cree que mejor le va a este Valencia. Diego López por detrás de Hugo Duro y con Amallah en la banda izquierda. El marroquí fue protagonista en el inicio del choque todo por cosas agradables (ocasiones, centros desde su zona, incursiones hacia el área) hasta que tuvo un tachón poco antes de marcharse al vestuario. De Marcos aumentaba la velocidad por su banda hasta plantarse en la esquina del área, Gayà se iba tras Nico Williams y dejaba un enorme espacio para que el lateral derecho marcara por debajo de las piernas de Mamardashvili. ¿Y quién tenía que controlar a De Marcos? Pues Amallah, pero el exvallisoletano pululaba despistado. El golpetazo ni se sintió. En otra época el equipos se haría pequeño y el rival apretaría hasta machacar. Pero este grupo parece repleto de veteranos. Son descarados. El Valencia mantuvo su forma de ser en un partido bellísimo, de ida y vuelta. Por momentos no había centro del campo. Hasta el final de la primera mitad todas las ocasiones fueron blanquinegras. Un remate de Hugo Duro, otro de Amallah y un último chut raso de Diego López que rozaba el poste.

En cuarenta y cinco minutos sólo se habían señalado cuatro faltas. Todo era jugar y jugar, todo era correr y correr, todo era disfrutar y disfrutar para los aficionados. Baraja movió el equipo y dio entrada a Canós por Amallah. Se notó. Muy animoso, tenía ganas de demostrar tras muchos días parado en el gimnasio de la Ciudad Deportiva. Pero todo pudo derrumbarse de no ser, otra vez, por Mamardashvili. Se marcó un paradón de fotografía ante una volea de Dani García. El balón lo escupió el larguero. E instantes después, en ese ir y venir maravilloso, Diego López daba un pase a Hugo Duro, este prolongaba a Fran Pérez y lo que ante el Cádiz hubiera acabado en no se sabe qué, ayer el balón entró de forma magistral en la portería de Unai Simón, otro titán. Primer gol de Fran Pérez en la élite. El Valencia se desataba. Javi Guerra le dejaba un balón a Hugo Duro que en este caso sí sacó el guardameta bilbaíno. Hasta que llegó otra jugada perfecta. Pepelu, el indispensable Pepelu, facilitaba que Fran Pérez se marchara en velocidad y su centro lo remachaba Hugo Duro como un delantero centro de época. Quinto gol del atacante. Ya tiene que mejorar Yaremchuk para quitarle el puesto al jugador exgetafense.

Baraja volvió a refugiarse con Foulquier y Hugo Guillamón. Igual que ante el Cádiz. Mientras en Mestalla los gaditanos no marcaron porque la fortuna se burló de ellos (lo merecieron), ayer sí llegó el empate. Quizá haría falta apostar por otros reservas porque con los habituales del técnico nada mejora. El árbitro daba ocho minutos de prolongación y cuando faltaba uno para acabar llegó un maldito centro de Iñaki Williams que Berenguer, sin marca de nadie, anotaba de cabeza. Mamardashvili tampoco estuvo acertado. Una pena que dejó al Valencia en casi perfecto.

Goles: 1-0 (32') De Marcos; 1-1 (63') Fran Pérez; 1-2 (69') Hugo Duro; 2-2 (97') Berenguer.

Árbitro: Vázquez Figueroa (andaluz). Amonestó a Paredes, Dani García y Ruiz de Galarreta por parte del Athletic; a Amallah por parte del Valencia.

Incidencias: Estadio San Mamés. Partido de la undécima jornada de LaLiga EA Sports disputado en San Mamés ante 46.563 espectadores. Dato oficial. Hizo el saque de honor el boxeador bilbaíno Andoni Gago, dos veces campeón de Europa y recientemente retirado.