Ver fotos

Thierry Rendall, presionando a Renan Lodi EFE/Rodrigo Jiménez

De la excelencia al desperdicio

El Valencia disfruta de un primer tiempo primoroso y de un segundo donde los cambios y Jaume ayudan al Atlético

Sábado, 22 de enero 2022

Qué manera de fastidiarlo todo. Nadie entiende que el Valencia disfrute del mejor primer tiempo de la temporada y se encargue después de revestirlo de mediocridad. ¿De quién es la culpa? El Atlético apretó, sin duda, pero el conjunto de Bordalás se lo permitió. Se ... retrasó demasiados metros durante demasiados minutos. Fue salir del vestuario en el descanso y le dejó todo el fútbol al conjunto de Simeone. Si los cambios, además, no ayudan y Jaume Doménech tiene el día más pastoso, pues ocurre la dolorosa debacle en el Wanda. Fueron golpes de nocaut: que te remonten dos goles y que los hagan cuando el choque se adentra en la prolongación.

Publicidad

Bordalás lo achacaba al final del choque a la excesiva presencia de futbolistas jóvenes, las lesiones y a la falta de oficio para aguantar la ventaja. No se oculta en reclamar fichajes públicamente. Mensaje directo a Meriton, pero la propiedad del Valencia ni siente ni padece. Ni escucha. No es la primera vez que ocurre que se tira la ventaja. Da mucha rabia porque el conjunto de Mestalla, por fin, disfrutó de unos primeros cuarenta y cinco minutos deliciosos. Contundente en defensa, ejecutor en ataque y con un Guedes primoroso. El chico de los cuarenta millones. Se deslizó por toda la zona atacante como si levitara. Atraía el juego y asistía con maestría. Así ocurrió en el primer tanto valencianista. Un pase desde la derecha dejaba la pelota a Yunus para que batiera por bajo a Oblak. El conjunto blanquinegro golpeaba mientras se mantenía dominador. Se asemejaba por momentos al visto frente al Sevilla. Con una presión alta que dificultaba la salida de balón del Atlético. Guillamón seguía de cerca a Koke y la defensa de tres (Foulquier se situaba como central) evitaba cualquier peligro. Por cierto, Koke pudo ver la roja en una patada al tobillo de Carlos Soler. Daba igual. Tenía incluso más mérito dominar frente a once. Así ocurrió durante toda la primera mitad. ADN Bordalás. Y uno de sus protegidos la tuvo primero y acertó después.

Noticia Relacionada

Hugo Duro no controló bien el balón cuando estaba solo ante el portero y a escasos minutos del final del primer tiempo sí acertaba en un chut por bajo tras un control muy sutil a pase de Lato. Era el remate a una fase de juego lucidora. Muy cómodo en el juego de ataque y contundente en defensa. Incluso Alderete, casi al final, pudo anotar el tercer tanto, pero su fortísimo disparo se marchó alto por muy poco.

Era un Valencia fascinante. Pero ahí se quedó. Varado en el vestuario. Porque desde el primer momento se notó la debilidad blanquinegra. Se tiró atrás para aguantar el resultado cuando quedaban demasiados minutos, todo un segundo tiempo. Bordalás mandó a Hugo Duro a la banda para disfrutar de cinco defensas y cuatro centrocampistas, con Guedes como único delantero. A veces, muchas veces, defender con más no hace que defiendas mejor. Y al poco tiempo llegó la lesión de Alderete. Ahí el bajón ya fue definitivo. El técnico sacó a Koba (todos hablaban maravillas de este chaval, pero deben haberlo cambiado porque todo lo que hizo fue desastroso) y situó a Guillamón en la defensa. Primero avisó Luis Suárez y luego Cunha sí acertó en un córner con Jaume viendo la jugada pasar. Mala pinta. Porque la tendencia se iba acusando poco a poco.

Publicidad

Luis Suárez volvía a situarse delante de Jaume mientras el Valencia no pasaba del centro del campo. Todos atrás. Y siguieron los cambios, con dos canteranos (Mosquera y Jesús Vázquez) y Maxi Gómez. El desconcierto blanquinegro iba a más. Ya no daban tres pases, ya no buscaban la velocidad de Guedes, ya sólo retrocedían metros hasta toparse con Jaume. El Atlético lo aprovechó. Fue ganando autoestima porque veía cercano el empate. El guardameta valencianista, además, les animaba. A falta de diez minutos tuvo una cantada en una salida y ya al final todavía lo estropeó más. El Valencia había intentado parar el partido con jugadores tirados sobre el campo y con los cambios. Pero no lo consiguió.

Llegó la prolongación y el Atlético apretó. En un chut casi sin peligro Jaume no acertó a blocar el balón y el rechace acabó en los pies de Correa para machacar. Pero había más. El conjunto blanquinegro más timorato facilitaba la vida al rival. En un disparo de Cunha, el balón cruzó el área y allí estaba Mario Hermoso para conseguir la remontada del Atlético de Madrid. Una situación anómala vista la primera parte, pero el fondo de armario desnudó a esta plantilla. Bordalás necesita refuerzos. Pero los necesita ya. No puede esperar más porque los partidos pasan y los puntos se pierden. La cantera tiene que ser una ayuda pero nunca puede ser la única solución.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€

Publicidad