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Urgente Un incendio en un bingo desata la alarma en el centro de Valencia
Celades da instrucciones desde la banda del Camp Nou.: EFE
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¿Para esto se cambia al entrenador?

El Valencia de Celades cae vapuleado y apenas se nota la influencia del técnico

PEDRO CAMPOS

Valencia

Sábado, 14 de septiembre 2019

El Valencia ha involucionado. En la moqueta y en el césped. La crisis institucional, con un dueño que ejerce desde el sillón singapurense sin la mínima sensibilidad hacia los deseos de la afición, ya se ha escampado a los que visten de corto. Nuevo entrenador y peor equipo. Celades en la banda y once futbolistas a rebufo de la banda de un jovenzuelo de 16 años. Las primeras decisiones del técnico blanquinegro fueron no hacer nada. Eligió a los mismos que disponía Marcelino cada domingo, no varió el sistema táctico ni el estilo de juego. Eso sí, la fiereza que siempre exhibían desapareció. La última vez que recibió cinco goles fue un 3 de febrero de 2016. ¿Recuerdan? Fue el 7-0 del Barça en el Camp Nou con Gary Neville en el banquillo valencianista. Ha sido elegir un nuevo preparador y goleada al canto.

La nueva era sufrió la primera gran grieta en sólo seis minutos. Fueron los que tardó el Barcelona en anotar dos goles. Momentos en los que Celades sopesaba volver a ponerse a estudiar para ser entrenador. Un niño de 16 años aniquilaba cualquier atisbo de regeneración tras la llegada de un nuevo preparador. El Valencia bronco de Marcelino pasaba a la historia. Futbolistas de plastilina. En el palco, el Valencia de Singapur fruncía el ceño (Murthy) y el Valencia de Valencia (Mateu) forzaba para evitar gesto alguno, no sea que alguien lo malinterpretara. Ansu Fati, justamente un canterano, pero del Barça, desarmaba todo el entramado ideado por el entrenador catalán. Bueno, tampoco se vio nada novedoso. Mismo equipo y mismo esquema. Eso sí, la defensa parecía de veraneo. Ansu Fati probó una vez y vio que todo el campo era orégano. Pululaba divertido por la frontal del área cuando a De Jong se le ocurrió centrar. Wass y Garay ni se enteraron y el canterano remachó sin dificultad. Habían pasado dos minutos de partido, ciento veinte segundos, y el Valencia ya bajaba la cabeza. El Barça olía la sangre y el chaval es un depredador. Comprobó que su marcador carecía de cintura y se lanzó en tromba. Sólo cuatro minutos después, doscientos cuarenta segundos más tarde, encaró a Wass y se marchó de él con desvergüenza, Garay le dejó pasar y centró al área para que en esta ocasión fuera De Jong el que batiera a Cillessen. Intercambio de regalos. El encuentro olía a goleada. El Valencia ni se había acercado al área rival. Le pesaban las piernas y, seguramente, la inestabilidad del club. Que se lo agradezcan a su dueño. Pero el Barça también tiene debilidades, cada vez más, y sin Messi, se multiplican. Empezó a dominar el balón pero con pases horizontal mientras el Valencia comenzó a jugar en vertical cuando recuperaba el esférico. Llegaba poco pero cuando lo hacía tenía peligro. Lo intentó primero un timorato Rodrigo y luego fue Gameiro el que lanzó fuera a pase del internacional español. La pareja de vanguardia valencianista volvió a combinar y en esta ocasión con mucha más fortuna. Tanta que el balón cruzado del galo golpeó el palo y se introdujo en la portería de Ter Stegen. El árbitro señaló fuera de juego pero el VAR que dirigía Del Cerro Grande fue justo y valió el tanto. Un respiro.

FC Barcelona

Ter Stegen; Semedo, Piqué, Lenglet, Alba; Busquets, Arthur (Arturo Vidal, min.73), De Jong (Rakitic, min.70); Ansu Fati (Luis Suárez, min.60), Carles Pérez y Griezmann

5

-

2

Valencia CF

Cillessen; Wass, Garay, Paulista, Gayà; Parejo, Ferran (Cheryshev, min.66), Coquelin, Guedes (Kang In, min.66); Rodrigo (Maxi Gómez, min.72) y Gameiro

  • GOLEs: 1-0, min.2: Ansu Fati. 2-0, min.7: De Jong. 2-1, min.27: Gameiro. 3-1, min.51: Piqué. 4-1, min.61: Luis Suárez. 5-1, min.82: Luis Suárez. 5-2, min.92: Maxi Gómez

  • ÁRBITRO: José María Sánchez Martínez (comité de murciano). Amonestó a Rodrigo (min.30), Kang In (min.68), Maxi Gómez (min.79) y Cheryshev (min.84), por parte del Valencia; y a Alba (min.54), por parte del Barcelona

  • INCIDENCIAS: Partido de la cuarta jornada de LaLiga Santander disputado en el Camp Nou ante 81.617 espectadores. Antes del partido se guardó un minuto de silencio en memoria de la hija de Luis Enrique Martínez, Xana, y del exjugador Joaquim Borràs

El Valencia, casi sin merecerlo, se metía en el partido. En ese momento era un equipo a imagen y semejanza de Marcelino. Buscaba ser rocoso atrás y molestar en ataque con jugadas veloces. La verdad es que esta sensación se difuminó rápido. Gameiro pudo conseguir el empate a pase de Ferran pero al francés le faltó contundencia. A estas, el imberbe Ansu Fati no paraba de incordiar. Wass estuvo a punto de pedir el cambio. No podía con él. Empezaba a caerle mal, muy mal. Hasta el final de la primera mitad aguantó como pudo. El resultado era el mal menor para un inicio desastroso.

En el segundo acto el Valencia se derrumbó. Sin personalidad, sin carácter, sin nada. Sin un entrenador en la banda que pegara cuatro gritos. Los que conocen a Celades dicen de él que es de pocas palabras. Pues arreglados vamos. Y eso que la primera jugada tras el descanso volvió a tener de protagonista a Gameiro con una volea que se marchó fuera. Ahí se acabó el Valencia. Su vida pendía de un hilo. Y lo remató Cillessen. Griezmann chutaba a portería un balón fácil para un portero de su calidad, pero se le colaba por debajo del cuerpo, golpeaba en el poste y Piqué, de palomero, lograba el tanto más fácil de su vida. El Barça se lanzó en tromba. Semedo volvió a hacer resonar el Camp Nou con un disparo a la madera. A todo esto, Valverde decidía sacar a Luis Suárez al campo para que fuera cogiendo la forma. Pero tipos como estos primero disparan y luego preguntan. El primer esférico que tocó acabó en la portería valencianista con dos espectadores de lujo. Garay y Paulista se quedaron pasmados. Era el vivo reflejo del ambiente que hay en el Valencia. Todos inquietos ante las decisiones que llegan desde la lejana Asia.

Hubo una jugada de ataque azulgrana que tuvo hasta tres rematadores. Menos mal que Cillessen en este caso sí estuvo acertado, porque la defensa mejor lo dejamos para otro día. Luis Suárez lo aprovechó de nuevo para marcar su segundo tanto. Cinco goles llevaba ya en la mochila el Valencia. Pesaba como nunca lo ha hecho. Celades había dado entrada a Kang In, como desea Lim, y a Cheryshev. Luego fue Maxi Gómez el que accedió al terreno. El otro uruguayo también es un devorador y cuando ya moría el partido logró el segundo tanto valencianista. Para eso se le fichó. Seguro que mejora su autoestima. Y así acabó todo. ¿Para esto se ha cambiado al entrenador del Valencia? ¿Para ofrecer un juego mediocre y vulnerable en un estadio siempre factible? ¿Para que la defensa parezca de aficionado? ¿Para que tampoco sea un once con más canteranos? ¿Para qué todo esto, señor Lim?

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