Ver fotos
Ver fotos
Sobraron ganas y faltó esa pizca de inspiración y suerte necesaria para dar la estocada final. Es una forma escueta de justificar con trazo grueso las causas que provocaron que el Valencia regresara con dos puntos menos de los que realmente mereció. Para salir ... por la puerta grande de Cádiz hay que correr igual o más que ellos, poner la bota con el mismo ímpetu que la pone Fali en cada acción y por supuesto aplicar en el momento preciso esas gotas de calidad que a los valencianistas se les presupone. Y todo eso lo suministraron con bastante rigor los valencianistas, que las tuvieron de casi todos los colores: de lejos y de cerca. Los continuos golpeos de Wass; el remate incomprensiblemente fallido de Hugo Duro tras el centro de Yunus; el 'delicatessen' que le ofreció Guedes también a Duro para que éste superara al salida del guardameta, y el envío a poco para el final del portugués que casi se coló por el lado izquierdo de la meta cadista... Decir que el Valencia fue mejor que el Cádiz es justo y no hay que darle tampoco muchas más vueltas, pero es evidente que de poco sirve todo eso si luego no se completa con el epílogo que toca. Es probable que con toda la artillería blanquinegra sobre el césped, el resultado final hubiera sido otro, pero queda ese gustillo de ver que esta vez el grupo sí supo dar la cara y aplicarse a la faena con decidida intención.
Publicidad
Noticia Relacionada
El otro enfoque es el que obliga a ver que de los últimos doce puntos disputados, tan sólo se han sumado dos. Y ahí es cuando empiezan los picores. Hoy en día, Cádiz y Valencia están en escenarios totalmente diferentes. Y sus entrenadores lo saben. Álvaro es tan listo como Bordalás y es consciente de que su resistencia pasa por entregar tierra a un enemigo de mucha más envergadura, refugiarse en sus propiedades y hacerle daño cuando y como se pueda. Y si no, pues a proteger el punto inicial y otro día pues ya veremos qué pasa.
El Cádiz rehusa a la pelota con la misma dedicación que agota hasta su último gramo de energía. De ahí que el Valencia tuviera claro, esta vez sí desde muy pronto, que había que entrar con decisión en ese cuerpo a cuerpo que el guión inicial establecía. Es por eso por lo que la primera parte transcurrió con unos niveles futbolísticos bastante modestos. Sin Maxi, el Valencia no puede accionar el pelotazo y esperar la segunda jugada ya que con Marcos André en el campo, esta vez como delantero de referencia, las necesidades son otras. Aún así, costó bastante la elaboración y también el desborde por fuera.
En un partido que estaba resultando algo trabado, a la media hora de juego, Wass ya había probado dos veces qué tal le funcionaba su derecha. En la primera se le fue muy alto y en la segunda fue Ledesma el que frustró sus intenciones. Pero fue lo que necesitaba el danés para ajustar los parámetros. A los tres minutos de la reanudación, llegaba el tercer intento del centrocampista. Paradón del portero. Y tres minutos después, otra vez Ledesma volaba y se gustaba para, con el guante derecho, evitar que el zapatazo de Wass se colase. Al valencianista sólo le quedó la sonrisa como gesto de resignación. El Valencia quería cambiar el escenario por completo y no iba a escatimar esfuerzos ni posibilidades.
Publicidad
Noticia Relacionada
Bordalás dio la señal para darle una vuelta más a su gente. Empezó el baile de cambio de posiciones. Guedes igual caía a la izquierda que a la derecha, Yunus pasaba por la izquierda y Hugo Duro terminó por desempeñar el rol de delantero centro. Fueron los mejores minutos valencianistas, con la grada cargando estúpidamente contra Diakhaby cuando lo que tenía que hacer era ver que su equipo iba desajustándose cada vez más por el empuje blanquinegro. El 0-1 estaba rondando con más insistencia. Guedes decidió hacer de Guedes y en un abrir y cerrar de ojos se inventó esa asistencia para Hugo Duro que desbarató con su salida a la desesperada Ledesma, y ese toque desde la frontal que rozó el poste. Una verdadera pena que no entrara en ninguna de las acciones el balón dentro de la portería del Cádiz porque hubiera sido una manera correcta de cerrar el partido y de descansar cómodamente en el parón de selecciones. El Valencia se ha sostenido bajo mínimos porque las bajas pesan más de lo que se hubiera deseado.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.