¿Era Diego López o David Villa?

El Valencia se sitúa octavo en la clasificación, rozando con los dedos los puestos europeos –quién lo iba a pensar tras el final de la temporada pasada y el raquítico mercado de fichajes de verano– y con el argumento de saber sufrir para aguantar el marcador favorable. En muchas ocasiones anteriores el equipo era incapaz de soportar el tirón rival. Con los cambios ideados por Baraja, el equipo se pertrechó con solvencia en defensa y ya en los minutos finales, con el Cádiz a la desesperada, supo sentenciar para dejar un marcador llamativo. Cuatro goles a favor y la pena del tanto en contra. Hubiera sido la tarde perfecta. Pero el árbitro Díaz de Mera se encargó de evitarlo. Señaló un penalti por unas manos de Pepelu en el lanzamiento de una falta. Alcaraz tira a puerta y el dianense salta con los brazos pegados al cuerpo y desvía la pelota. Tras unos minutos de revisión en el VARy después de que el colegiado fuera a ver la jugada, se señaló pena máxima. Y la otra jugada inexplicable fue que Luis Hernández no viera la tarjeta roja por un codazo inexplicable e injustificado, sin balón, sobre Hugo Duro. Pudo hacerle mucho daño, pero para Díaz de Mera sólo era merecedor una amarilla. Era expulsión directa aquí y en China. Y hablamos del minuto 29, que todavía podría haber favorecido el viento a favor para el Valencia.

Fue un partido vistoso. Imposible dormirse pese a la hora y tras la paella de rigor. Porque no hubo momentos de tedio. Fue un choque eléctrico y todo se desbordó muy pronto. Minuto 8. Fali vio un avió pasarle por la derecha y Diego López centraba a Hugo Duro. Su remate lo tocaba Ledesma pero el balón acababa en el interior de la portería. Octavo gol del madrileño en la temporada de su vida. Casi nunca está de diez, pero jamás baja del ocho. Porque si no marca, nadie le negará la pelea en cada balón.

El Cádiz salía del letargo con un cabezazo de Alejo que se iba fuera por poco. Y llegó el regalo de Díaz de Mera con el penalti por manos de Pepelu. Alcaraz, que había sido el lanzador de la falta, también tomó el balón para la pena máxima. Engañó a Mamardashvili y puso el marcador igualado. El goleador pudo ampliar su marca con un cabezazo que en este caso sí sacó el guardameta del Valencia, nuevamente fundamental cuando hace falta. Un penalti es normal que no lo atajes, pero lo importante es acertar en esas jugadas que cambian la tendencia de un choque.

Al inicio de la segunda mitad asustó el Cádiz con dos acercamientos peligrosos. Primero Alejo y luego Alcaraz. Sirvieron de teloneros al acto principal de la obra. Canós se marca un pase con el exterior pegadito a la cal con destino a Diego López, que se marcha en velocidad, ve a Hugo Duro a derecha pero le sobra confianza para plantarse ante Ledesma y batirlo con un tiro cruzado. Era el tercer gol en Liga de un futbolista que ha dado un salto exponencial. Tiene tanta confianza que todo le sale bien. Baraja entendió que era el momento de ajustar el equipo. Dio entrada a Jesús Vázquez para resguardar a Gayà, Thierry y Javi Guerra, el perjudicado por la explosión de Diego López y el retorno al fútbol de Hugo Guillamón. El asturiano pudo marcar en un chut que se marchó cerca. Luego se lesionó Paulista y salió Yarek para formar con Mosquera. Defensa de niños. También apareció Alberto Marí. No salieron más canteranos porque Baraja agotó el cupo de cambios. El delantero la tuvo en un pase de Diego López y ya en la prolongación llegaron los goles de la tranquilidad. Primero Javi Guerra, que definió con soltura en otra asistencia de Diego López y luego Jesús Vázquez marcó a pase de Alberto Marí. Tercera victoria seguida en Liga.