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Celta-Valencia. AFP

El Valencia necesita paz para no autodestruirse

El debut de Maxi por la suplencia de Rodrigo alimenta el ambiente viciado

Sábado, 24 de agosto 2019

El Celta de Vigo recibe al Valencia CF en el partido correspondiente a la segunda jornada de LaLiga, a las 21 horas en Balaídos.

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Segundo encuentro de una temporada que no ha comenzado en positivo para ninguno de los dos clubes. El conjunto blanquinegro empató a uno con la Real Sociedad, mientras los de Fran Escribá perdieron contra el Real Madrid. Esta noche, nueva oportunidad de sumar la primera victoria en el casillero.

Once de Marcelino García Toral: Cillessen, Piccini, Garay, Gabriel Paulista, Gayà, Wass, Kondogbia, Parejo, Guedes, Maxi Gómez y Gameiro.

Once del Celta: Rubén, Kevin, Araujo, Aidoo, Olaza, Beltrán, Lobotka, Brais Méndez, Denis Suárez, Iago Aspas y Toro Fernández.

Sigue minuto a minuto el partido de LaLiga en lasprovincias.es.

LA PREVIA de Lourdes Martí

Marcelino García Toral ha dado el salto al vacío. O al menos con su discurso. Al entrenador del Valencia no le afecta que sus órdagos públicos a Peter Lim puedan costarle el puesto en el banquillo blanquinegro: «No temo por mi cargo en absoluto. Trabajo con honestidad y dedicación. Si el propietario decide prescindir de mí es una decisión suya, voy a seguir igual que siempre». No tiene miedo porque le avalan, según él, «los dos años en Champions y la Copa».

Marcelino no es «futurólogo» y no sabe lo que pasará con Rodrigo Moreno. De momento, ayer se subió al avión y hoy jugará ante el Celta. Pero no es consciente el técnico de que el club esté trabajando en ningún sustituto: «No me consta que estemos preparados para un problema muy importante para el Valencia si se consuma la ausencia de Rodrigo, por la capacidad de este futbolista»; aunque tampoco estima que la propiedad vaya a dejarle sin recambio si se marchase: «No se me pasa por la cabeza que salga y no fichemos un delantero, sólo los cangrejos corren hacia atrás o hacia el lado». Ante la posibilidad de que ese recambio de Rodrigo fuese escogido sin conocer su opinión, Marcelino utiliza una evasiva en forma de mensaje a Peter Lim: «Si se me impusiese un jugador sabrían mi respuesta».

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La situación actual con el delantero hispano-brasileño es fruto de ese cambio de modelo que anuncio Mateo Alemany. Después de dos años con Marcelino, el balear y Longoria al mando, el propietario del Valencia quiere «involucrarse más en el día a día del club». Lo que incluye, evidentemente, en los fichajes. Un giro que a Marcelino ni le agrada ni entiende por los resultados obtenidos hasta ahora: «Seguimos trabajando desde el diálogo y la comunicación, como desde nuestra llegada, para desde un consenso, que es lo que se nos pidió, buscar las soluciones mejores para el Valencia. Puedo contestar lo que yo hago... Nosotros, queremos, trabajamos, hemos trabajado y seguiremos trabajando para conseguir lo mejor para el Valencia. Os dije que estoy feliz en el Valencia, es un reto diario que me llena de ilusión entrenar al equipo, en eso tengo que seguir, es lo que está en mi mano: trabajar y buscar soluciones. Me reitero, creo que tenemos la credibilidad de que el modelo ha sido exitoso y el trabajo ha producido rendimientos muy altos».

Tanto ha insistido Marcelino durante la pretemporada acerca del consenso y el diálogo que se le cuestionó sobre cómo es la comunicación con Lim. Sin embargo, no quiso profundizar en ese aspecto: «La forma no ha cambiado, es una cuestión interior. No la voy a hacer pública. Yo he hablado seis o siete veces con el dueño desde mi fichaje. No ha cambiado, no es diferente esta pretemporada a la primera».

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El técnico asturiano afirma que no está «cabreado» ni «muy cabreado» con la situación. Aunque sí se encuentra «expectante» y con «unas ganas locas» de que cierre el mercado. Él y los futbolistas quienes tanto en los peores momentos de la temporada pasada como en el cisma con Peter Lim se han posicionado de su lado: «La plantilla tiene una incertidumbre en cuanto al proyecto y cómo se cerrará el día 2. Este equipo quiere seguir progresando, ganando mediante su trabajo, unión, capacidad. Logró ser dos veces cuarto cuando no es nada fácil, los tres primeros están asignados al ser muy superiores al resto. El Valencia ha sido capaz de ganar la Copa al Barça de Messi, sumó 38 puntos en la segunda vuelta de Liga, remontó y superó muchas dificultades... ahora quieren seguir rindiendo. La posibilidad de que el referente de ataque en el equipo salga nos pondría en una situación muy difícil, si no tenemos la opción de no mermar ese potencial en el equipo».

Ese vestuario lleno de dudas se enfrenta hoy al Celta. El Valencia, con el regreso de Dani Parejo y José Luis Gayà, espera encontrar en Balaídos la primera victoria de la temporada. No es mal estadio. A priori. Marcelino siempre ha sumado allí y a Ferran Torres, presumiblemente titular por la lesión de Carlos Soler, tampoco se le da mal. El de Foios nunca olvidará aquel 19 de enero de este mismo año en el que se estrenó como goleador en Primera. Anotó el primer tanto para el Valencia y luego, precisamente Rodrigo anotó en el 84 para deshacer el desempate y llevarse los tres puntos. Esa victoria fue el punto de inflexión de los de Marcelino en una primera vuelta abonados al empate.

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El conjunto blanquinegro se encontrará a un Fran Escribá que ayer se deshizo en elogios hacia futbolistas como Dani Parejo. Frenar al capitán del Valencia es una de las preocupaciones del técnico, por eso meterá músculo en el centro del campo con Pape Cheikh y Lobotka. También jugará Denis Suárez. Sobre el futbolista del Celta habló ayer Marcelino.

El atacante estuvo a punto de recalar en el club de Mestalla pero finalmente fue Cheryshev el que fichó. El gallego, que ya estuvo a las órdenes del asturiano en el Villarreal, ha lamentado que el club blanquinegro lo descartó por motivos «extradeportivos» , algo que el técnico negó: «Si no está aquí es porque no se ha llegado a un acuerdo económico o deportivo». Con Aspas como fijo arriba, la duda es si le acompañará el exblanquinegro Santi Mina, quien recibió el alta esta semana tras una lesión.

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Así no se puede seguir. Ni es lógico para el fútbol que los clubes permitan cerrar la ventana de fichajes con la liga en marcha por lo absurdo que eso supone ni es sano para el valencianismo que el dueño y el entrenador estén enzarzados en una guerra que a medio/largo plazo sólo conduce el harakiri. El Valencia no puede sobrevivir bajo estas estresantes circunstancias. La incertidumbre general y la tensión interna están abriendo una herida que, sin ser ni mucho menos definitiva, sí levanta la lógica preocupación. Al fin y al cabo, es lo mismo que pasó el año pasado. En dos jornadas, el Valencia perdió y empató, como ahora. La diferencia es ese 'tufillo' tan extraño que se desprende y que tiene completamente despistados a los propios aficionados. Como aquí, los que hablan, lo hacen en ocasiones escondiendo verdades, el valencianista de a pie no sabe cuando compra el abono qué actores van a subirse al escenario. El problema es que las dos funciones que han habido hasta ahora no arrojan nada de luz. El Valencia, con Rodrigo o sin él, anda despistado, ajeno a las funciones que mejor rendimiento le dieron hace unos meses. Parece como si de mayo aquí hubiera pasado poco menos que una eternidad, como si este Valencia fuera de otra década. Ayer, por ejemplo, Marcelino puso su sello personal a este encuentro en Balaídos. Si hace siete días Rodrigo estaba mental y físicamente listo, esta vez no. Prescindir de un futbolista como él, con Maxi Gómez muy lejos todavía de los automatismos del equipo, es un síntoma de que algo está pasando ahí dentro. Sobre esta suplencia, el técnico dio después las oportunas explicaciones pero al equipo se le vio durante demasiados minutos entumecido. Agarrotado. Y contra un equipo tan suelto y vivo como el Celta que está ensamblando Escribá, eso es poco menos que entrar en una deriva peligrosa. Como acabó ocurriendo.

Celta de Vigo

Rubén; Kevin, Araujo, Aidoo, Olaza; Brais Méndez (Pape, min.77), Beltrán, Lobotka, Denis Suárez; Aspas (Hugo Mallo, min.89) y Toro (Santi Mina, min.73)

1

-

0

Valencia CF

Cillessen; Piccini (Ferrán Torres, min.67), Garay, Paulista (Diakhaby, min.60), Gayá; Wass, Parejo, Kondogbia, Guedes; Gameiro y Maxi Gómez (Rodrigo, min.60)

  • GOLEs: 1-0 Gabriel «Toro» Fernández min. 15

  • ÁRBITRO: Hernández Hernández (Colegio Canario). Amonestó a Olaza por parte del Celta de Vigo, y a Gayá por parte del Valencia

  • INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la segunda jornada de la Liga Santander disputado en el estadio municipal de Balaidos ante 20.034 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria del exjugador del RC Celta Pedro González Carnero 'Pedrito' y por el abonado número 3 del club, Pedro Vaquero

Al Celta le bastó una primera mitad sabrosa para engullir los tres puntos. El brío, la constancia y la seriedad que pusieron los vigueses en ese fútbol inicial les permitió golpear primero y sobrevivir después. Cuando el Valencia se dio cuenta de que el partido se estaba agotando, fue demasiado tarde. Tampoco es que los valencianistas asfixiaran a los locales en una reacción descomunal. Más bien fue un pacto habitual en el fútbol. El Celta optó por protegerse y despegar a la contra casi siempre con la inspiración de Aspas y Denis, y el Valencia llevó el balón de aquí para allá sin peligro mortal.

Y eso que tuvo tiempo de sobra Marcelino y sus jugadores para devolver el sentido a una situación que se puso muy pronto cuesta arriba. Al cuarto de hora ya ganaba el Celta. Con una buena acción combinativa por la derecha, Aspas hizo la transición por el centro para dejársela a la izquierda a Denis Suárez. El exbarcelonista, ese que quería Marcelino y que se la tiene poco menos que jurada a Alemany, tuvo la calma para ponérsela a Gabriel Fernández para que este, de tacón y pese a la sombra de Garay, acabara enviando el balón dentro de la portería. Fue una suma de muchas aportaciones meritorias de los vigueses que los valencianistas permitieron.

Luego llegó otro intento de Aspas, que recogió un balón suelto en el área que Garay evitó casi en el último instante al interponerse en la trayectoria del envío. El Valencia parecía estar bajo la supervisión siempre del Celta. No parecía cómodo sobre el terreno de juego, pese a los intentos de Parejo por llevar la brújula. Aún así, Wass la tuvo. Antes de la media hora, el danés puso en muchos apuros a Rubén enganchando un remate tras un buen servicio de Guedes, que obligó al meta a poner el guante y desviar al larguero. No fue gol por muy poco, como tampoco la opción que tuvo apenas un minuto después tras una nueva acción entre Wass y Gameiro, que Maxi ni se enteró. Dijo en su momento Marcelino que el uruguayo y Gameiro podían jugar juntos. Poder pueden, pero parece en ocasiones que uno y otro, lejos de complementarse, lo que parece es que se incomodan. El Valencia, el anterior y que todo el mundo desea recuperar, le metía velocidad a las contras. Eso, con Rodrigo, se puede hacer, pero con Maxi no. Al menos por ahora.

Por eso seguramente fue el primer cambio que, tácticamente, preparó Marcelino a la hora de partido. Salió Rodrigo por Maxi Gómez que, aplaudido por Balaídos, sabe que tiene que ponerse las pilas pronto. El otro cambio, forzado por la lesión de Paulista que aguantó de manera incomprensible demasiados minutos sobre el terreno de juego, fue para que entrara un Diakhaby que es capaz de poner a todos con el corazón en un puño con acciones sorprendentes.En esa fase final del enfrentamiento, al Valencia le faltó claridad a la hora de pisar el área. Dominaba ahora sí al rival, pero ni mucho menos era capaz de poner al guardameta local en compromisos imposibles. Guedes iba de aquí para allá, Gameiro no se dejaba ver, Ferran tenía ahora la banda derecha para él y Rodrigo intentaba encontrar espacios para desenvolverse. Pero el Celta no dio muestras de perder la cara al encuentro. En realidad, mantuvo el mismo nivel de concentración que le hizo ser mejor en el primer tiempo. Por eso no dio la sensación de que el Valencia podía empatar de verdad. Cierto es que el balón circuló en algunas acciones por el área pequeña viguesa, pero casi más por insistencia que por claridad de ideas. Al final, casi con el encuentro ya apagándose, de nuevo un penalti. En la primera jornada fue Coquelin con una acción casi de infantil y ayer Garay más fruto del cansancio e impotencia. Apareció Cillessen para parárselo a Denis Suárez. Menos mal. Sólo faltaba que Denis pusiera la puntilla a un Valencia que necesita paz para no caer en la autodestrucción.

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