Un punto y un penalti sustraído al Valencia

El Valencia sería ganador de un programa de supervivencia. Baraja ya lo tiene claro. Aquí se viene a sufrir. Con lo que tiene poco más se puede hacer. El antiguo fútbol champán se lo dejamos a otros o al equipo blanquinegro de otra época. Pepelu lideró la resistencia. Repleto de minutos en sus piernas pero con un estoicismo inesperado. Además de intentar crear, supo auxiliar a los centrales, el dúo más comprometido del Valencia. Porque no hay partido en que la defensa no cometa un error grosero. En este caso lo proyectó Mosquera, que ante la necesidad se ha visto expuesto en exceso. El temor es que se pueda abrasar con tan poca trayectoria. El joven defensa no acertó a despejar un balón y Dani Rodríguez lo aprovechó para marcar. Cualquier proyecto ideado por Baraja se derrumbaba. Era un nuevo partido cuando sólo se llevaban cinco minutos de partido. Lo arregló Diego López en la segunda mitad con un cabezazo increíble tras un movimiento de cuello que pudo llevarlo directo al fisioterapeuta con un esguince cervical. El punto valía tras el ejercicio de resistencia. Pero el árbitro y su amigo del VAR sustrajeron una mayor recompensa. Jaume Costa placaba a Hugo Duro en el área. Valencianista al suelo. Sigan, sigan, dijo el novel colegiado tras escuchar la versión que le daban por el pinganillo. ¿Era justa una victoria del Valencia? Hay tantas cosas injustas en la vida. Pero a este equipo, que llevaba ya tres partidos sin una victoria, dos puntos más le liberaban de una incertidumbre que se acrecienta, ese runrún de otra temporada al límite por la cortapisa de una plantilla justa.

Actualmente la gran diferencia entre el Valencia y el Mallorca se llama Muriqi. El conjunto de Javier Aguirre cuenta con un delantero de un nivel superior. No jugará con frac, pero sí con mono, casco y pico. Tiene una corpulencia inmensa. Sabe aguantar el balón de espaldas, se da la vuelta con practicidad y llega a todos los balones que aparezcan por su zona. Volvió locos a Mosquera y Paulista. El canterano llegó tarde a la mayoría de batallas con el kosovar. Es cuestión de intuición. Hay quien lo tiene de serie y hay quien lo asimila con los partidos. El valencianista es casi virgen en esto del fútbol profesional. Tiene planta y calidad, pero le falta ese callo que dan los duelos vividos. Y el Valencia, en cambio, tiene que vivir de Yaremchuk. De tal manera lo vio Baraja que en cuanto pudo lo mandó al vestuario. Muriqi agiganta al Mallorca y el ucraniano hizo que el Valencia menguara. Al final siempre hay que recurrir a Hugo Duro. Gustará más o menos como juega. Pero las pelea todas y al menos lo intenta. El madrileño protagonizó el penalti sustraído y algunas de las contras que pudo darle algo más al Valencia, pero en esos momentos, en los decisivos, llegó fundido. Las ideas se nublan. Tuvo una acción en la que se marchaba en solitario y cuando lo más fácil era darle el balón a Fran Pérez, que danzaba fresquito, el delantero se lio consigo mismo y la defensa le arrebató el balón.

Y todavía tiene más mérito el empate cuando en tu once inicial está Cenk Ozcakar. Lo anormal es que acierte en un pase y lo normal es que llegue tarde a todas las acciones defensivas. Menos mal que ahora está tirado a banda y los fallos se notan menos. Pero no hay por donde cogerlo. ¡Qué cinco millones (mal)gastados! En época de caviar, pues da igual; pero cuando tienes un agujero en el bolsillo, cuando el jefe supremo ha fijado la cantidad a desembolsar en fichajes, derivar tal cifra es casi delictivo. Al igual que le pasó con Yaremchuk, Baraja ya no pudo más y lo mandó fuera para sacar a Foulquier. La verdad es que no sabes qué es peor. Y esa zona del campo, el lateral izquierdo, aún tuvo un tercer inquilino. Un debut más que esperado. La perla de la cantera. El elegido. Yarek tuvo que saltar al campo en la prolongación por la lesión de Thierry Correia. Al prometedor canterano le dio tiempo a despejar un balón. Todo apunta a que lo hará muchas veces más. Tiene una planta imponente y sabe darle bien al balón. El central zurdo del futuro. Y tiene la fortuna de que si tiene que pelear el puesto con Cenk, será titular siempre. Un suertudo.

La mala fortuna llegó con Correia. Volvía tras unas molestias y acabó de nuevo tirado sobre el campo. Estos jugadores están muy exigidos. El propio Pepelu tomaba el discurso de Baraja y advertía de que la plantilla es corta, muy corta. Hay una once inicial y muy pocas variantes más. Lo de la cantera es hacerse trampas al solitario. Están jugando porque son muy buenos, pero también porque no hay más. Y al final lo pagan. Javi Guerra lleva ya dos partidos a un nivel inferior a lo demostrado con anterioridad. Será el referente del equipo en los próximos años (si Lim no hace negocio con él) porque tienes una condiciones envidiables, pero no puede acumular tantos minutos con tan poca edad. Es antinatural. Con el descanso necesario va a formar un dúo con Pepelu que puede ser histórico. El exlevantinista ejerció de jefe supremo del centro del campo y tiene otra virtud para muchos desconocida. Lanza las faltas como los mejores. Envió al palo un chut con rosca desde treinta metros que si lo hace Bellingham tenemos copada toda la parrilla televisiva. El Mallorca también tuvo un palo de Gio González, pero no fue tan hermoso.

Mallorca: Rajkovic; Gio González, Nastasic, Valjent, Lato (Jaume Costa, 70'); Antonio Sánchez (Amath, 70'), Dani Rodríguez, Samu Costa (Morlanes, 74'), Darder (Mascarell, 74'); Abdón Prats (Larin, 60') y Muriqi.

Valencia: Mamardashvili; Paulista, Mosquera, Cenk (Foulquier, 71'); Correia (Yarek, 90+3'), Pepelu, Javi Guerra, Amallah, Diego López (Guillamón, 71'); Yaremuchuk (Fran Pérez, 57') y Hugo Duro.

Goles: 1-0, Dani Rodríguez (5'). 1-1, Diego López (45+2')

Tarjetas: Gio González (15') y Samu Costa (36').

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