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Maxi Gómez celebra su gol ante Osasuna AFP

La familia se divierte con un genio travieso

El Valencia gana como colectivo de una manera rotunda, con un sublime Guedes y tras remontar el tempranero gol local

Domingo, 12 de septiembre 2021, 15:55

Bienvenidos al espectáculo. El Valencia se divierte dentro del campo y hace que su afición goce como hace tiempo no lo estaba haciendo. Que vayan tomando nota el resto de invitados a la fiesta porque esto parece que va más en serio de lo ... que aparentaba. Bordalás ha conseguido transformar un equipo tristón y apesadumbrado en una familia -concepto tan manoseado en estos tiempos- que se reúne cada fin de semana para pasárselo en grande sobre el césped. Y no sólo porque gana y golea con una autoridad soberana, sino porque encima manda en Primera División.

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Esta semana en la que Bordalás ha puesto de moda los abrazos entre todos en los entrenamientos de Paterna y las felicitaciones a todos los suplentes uno por uno en cada gol a Osasuna, el Valencia desplegó en El Sadar una autoridad incontestable. Y lo hizo en todos los parámetros que uno se pueda imaginar: físicos, técnicos y tácticos, tanto desde el plano colectivo como en el individualidades. Y lo hizo además dejando que un niño de 24 años hiciera todas las travesuras que le viniera en gana. Guedes, hoy por hoy, representa la felicidad de un equipo totalmente transformado al que le da igual que el rival tenga el atrevimiento de adelantársele en el marcador.

El fútbol al que somete el Valencia pone al final a cada uno en su sitio. Por eso Osasuna sucumbió y aunque creyó firmemente que iba a dar la sorpresa con ese penalti y ese gol que le acabó reajustando el VAR, al final sólo pudo poner el pescuezo y entregarse a una muerte digna. Hasta el marcador, que en un simple vistazo puede resultar un tanto ostentoso, terminó siendo más que correcto. El Valencia ganó de una manera imperial. Jugando también con una gran corrección -desde el primero hasta el último, incluido los debutantes- que terminó siendo brillante, y dejando a Guedes para que disfrutara como el niño-grande y hasta caprichoso que a veces aparenta ser. Ver esta versión del portugués en el Valencia es hoy por hoy un lujo que ni Bordalás creía imaginar cuando le llamaron para ofrecerle el banquillo.

Guedes es otro jugador y verlo esprintar a más de 32 kilómetros por hora es un gustazo. Porque, además, cualquier cosa que hace lo transforma en gracia. Hasta cuando se revuelca sobre el área rival fingiendo penalti produce cierto afecto. De ahí que la familia valencianista se frote las manos con este futbolista que si se lo propone es capaz de liderar él solito un equipo. Hizo un golazo (el 1-3) con un disparo con la derecha que pocos se lo esperaban pero es que antes puso por delante al Valencia cuando se inventó una carrera que nadie imaginaba y que terminó en gol desde la línea de fondo con la inestimable colaboración de Aridane. Guedes ríe, saca la lengua, hace el arquero y se inventa gestos de felicidad. Se le ve pletórico y eso contagia al resto.

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Es posible que Lim se frote las manos en Singapur pensando en el verano que viene, pero vale la pena disfrutarlo hasta ese momento.Es posible que el día que no esté tan pletórico, el Valencia se resienta. Pero tal y como están las cosas, también cabe la posibilidad de que el grupo encuentre otras vías para solucionar partidos. El de ayer, por ejemplo, se puso cuesta arriba muy pronto. Y no sólo por el penalti de Guillamón que pitó el árbitro y que luego tuvo que rectificar, sino porque Osasuna apretó lo suyo incluso después de hacer el primer gol. El Valencia empezó a despertar poco a poco y fue dejando en demasiadas evidencias a los rivales. Por instantes, en esa primera parte, el ritmo fue frenético por parte de unos y de otros. Fuera complejos. Pero en ese cuerpo a cuerpo, los rojillos son infinitamente inferiores a los blanquinegros. Y se demostró con el empate. El saque en largo del meta acabó casi de inmediato en un centro perfecto de Soler al primer palo para que Maxi la enchufara.

Con poquito hizo el Valencia su primer gol. No se lo tomó en serio Osasuna que se vino abajo nada más reanudarse la segunda mitad. Guedes fue más listo que los rivales y se llevó un balón que parecía de color rojillo y que terminó siendo gol. Empezó el festival valencianista con Guedes como invitado estrella. Cuatro minutos después llegó el tercero y Alderete de cabeza puso la guinda. Fin de la fiesta.

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