Un homenaje a la altura del mejor Valencia

Con un recibimiento al autobús como si de un gran partido se tratara, las leyendas del triplete llegaron a los aledaños de Mestalla, donde miles de personas esperaban para darles su cariño. La Avenida de Suecia, repleta de los más pequeños de la casa, aquellos que ni si quiera vieron jugar a los protagonistas de la tarde, pero con la misma ilusión que sus padres, que por una tarde, volvían a ver al equipo campeón de sus tiempos mozos. «Ese era muy bueno», se escuchaba en una conversación padre-hijo sobre Amedeo Carboni.

Ya con las gradas de Mestalla repletas y tras los necesarios ejercicios de calentamiento —esos cuerpos veteranos ya no están para nada en forma—, los protagonistas aparecieron por el túnel de vestuarios uno a uno con máquinas de humo blanco y vítores de los presentes. Por los videomarcadores se proyectaron sendos vídeos de Roberto Ayala y Pablo Aimar, que no pudieron acudir al partido por sus compromisos con el cuerpo técnico de la selección nacional argentina.

Otro que tampoco pudo estar presente en Mestalla a pesar de su importantísima participación en el triplete de 2004 fue Rafa Benítez. No se dieron motivos, pero su reciente destitución del Celta de Vigo quizá tuvo algo que ver. Eso sí, tras el anuncio por megafonía, Mestalla estalló con un fortísimo aplauso para el entrenador que forjó a aquel Valencia campeón. También hubo tiempo para recordar a los que ya no están con nosotros. Bernardo Españeta, mítico utillero del Valencia, recibió el cariño de su afición. Para la foto oficial de todos los presentes se colocó su clásica silla en la que se sentaba dentro del vestuario. También hubo un fuerte aplauso en el recuerdo de Jaume Ortí, el 'bonico' de aquel Valencia. Un dirigente que defendía a capa y espada a su equipo donde y ante quien fuera necesario. Una figura que años después no ha caído en el olvido ni lo hará nunca en Mestalla.

Aunque el homenaje era para los miembros del equipo de hace veinte años, también hubo aparición de varios de los integrantes del actual primer equipo valencianista. Rubén Iranzo y Javi Guerra, dos canteranos nacidos precisamente en aquel año 2004 —quién sabe si fruto de la efusividad de celebrar un título— portaron la bandera fundacional del club al césped para la foto de rigor. También estuvieron presentes Fran Pérez —que bromeó con su padre Rufete— y el capitán José Luis Gayà.

Para la contienda, estuvo el valenciano Mateu Lahoz al silbato. Un partido que se jugó a dos mitades de 40 minutos, porque seamos sinceros, el espectáculo visionado no fue el mejor. Vicente Rodríguez realizó el saque de honor debido a sus problemas físicos que le impiden participar. Y es que la tónica del encuentro fueron los resbalones, los controles largos, los fallos en pases horizontales y hasta las lesiones. Es por eso que cuando una acción, tanto defensiva como ofensiva se hacía bien, la grada ovacionaba como si de un gol se tratara. Uno de los que más cariño recibió fue sin duda Carboni, que por su habitual lateral izquierdo estuvo bastante correcto con un par de cortes providenciales que recordaron a sus mejores tiempos. En el equipo rival había talento también, como demostró Iker Casillas con una buena parada a Angulo. No pudo hacer lo mismo Santiago Cañizares, que cuando intentó atrapar un disparo lejano de Marcos Senna, cometió el error de no blocar fuerte y el balón se le coló entre las manos al fondo de la portería.

Poco después, Cañete salió a por uvas y su físico dijo 'basta', teniendo que dejar su puesto bajo palos a un Andreu Palop que sí demostró sus buenos reflejos en un remate aéreo del combinado rival. Tras el minuto 19 en el que Mestalla cantó el «Peter vete ya» los valencianistas se activaron y tras un buen pase entre líneas, Angulo —que para qué nos vamos a engañar, parecía estar en fuera de juego pero aquí no hay VAR— se plantó ante Casillas y definió con una sutil cuchara para empatar el marcador. El 1-1 al descanso dio paso a un par de actuaciones musicales y participaciones del público a través de códigos QR, con los que pudieron interactuar con encuestas y concursos para ganar premios.

Tras la reanudación, el equipo de leyendas de la AFE volvió a romper la igualada con un gol del exvalencianista Salva Ballesta, que remató un centro al segundo palo donde a David Rangel le faltaron más reflejos bajos palos. Como curiosiad, algunos de los integrantes del equipo rival como Javi Fuego acabaron cambiando de lado y poniéndose la camiseta del Valencia, ya que las pilas se agotaban y los relevos eran escasos. Igualó de cabeza en un córner Mista, al cual no se le ha olvidado eso de meter goles. Pese al intento de ganar, el combinado de la AFE sentenció con un buen gol de Tote, para llevarse el premio de la victoria final por un marcador de 2-3.