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Youssef En-Nesyri pelea un balón con Toni Lato efe

Voro no obra el milagro antes de la tempestad

El Valencia, que el domingo jugará ante su público, hace un partido aseado ante un rival con un gran potencial ofensivo

Miércoles, 12 de mayo 2021

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Con la ilusión de unos por volver a Mestalla y con el miedo en el cuerpo de otros por lo que se le puede ... venir encima, el Valencia volvió a quedarse sobre el césped, de nuevo, demasiado corto en sus méritos para alcanzar una mínima recompensa. Es verdad que Voro le ha cambiado la cara a este equipo, pero una cosa es darle una pátina al grupo y otra bien diferente transformarlo de arriba a abajo. Voro ha hecho casi de todo por este club, pero magia todavía no. Milagros en la jornada 36 y con todo prácticamente resuelto es poco menos que pedir un imposible para las posibilidades reales de este Valencia. Menos aún si quien tienes delante es un rival que aún sin tener el mejor de sus días, hasta hace apenas un rato estaba peleando por el título de Liga. Es cierto que el tiralíneas de la posición de En-Nesyri en el gol dejó a más de un valencianista con la mosca detrás de la oreja, pero la acción y la posible rabia por la protesta ha quedado sepultada por todas las circunstancias que rodean a este equipo.

No le da al Valencia para arañar hoy en día un punto en el Pizjuán. En otros tiempos, hasta jugando medianamente mal se podía no sólo plantar cara sino arramblar con los tres puntos casi por castigo. Ahora no. El Valencia tiene que hacer muchas cosas bien y durante mucho tiempo para no quedarse vacío en sus aspiraciones. Y eso que Voro agitó el asunto desde el principio. Cambios no sólo en el dibujo sino también en lo que se refiere a los protagonistas. Algunos pasaron de estar poco menos que bostezando en la grada a tener la oportunidad de reivindicarse en el once. Voro ha puesto en los dos partidos que lleva dos alineaciones totalmente diferentes pero una cosa es dejar en evidencia al Valladolid y otra sobrevivir en el Pizjuán.

Aún así, a pesar de todo, no es ninguna barbaridad pensar que el partido del Valencia fue al menos aseado en su conjunto. Le faltó por supuesto el gol. Y ahí la comparativa con el rival se viene abajo con cierto estrépito. En-Nesyri le costó al Sevilla 20 millones de euros en enero del año pasado. A Mestalla, por aquellos tiempos, vino en cambio un lateral como Florenzi cedido. Mientras el Sevilla pensaba y apostaba por seguir creciendo, en Valencia se pensaba en la dirección totalmente opuesta. Por eso hoy cada uno está donde está. Lleva En-Nesyri 18 goles este año, más que Carlos Soler y Maxi juntos. No se puede luchar contra eso.

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Sevilla FC

Bono; Jesús Navas, Koundé, Diego Carlos, Escudero (Acuña, '59); Gudelj (Fernando, '59), Joan Jordan, Óliver Torres (Papu Gómez, '59); Suso (Rakitic, '83), Óscar (Ocampos, '74) y En-Nesyri.

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Valencia CF

Cillessen; Correia (Piccini, '69), Guillamón (Gameiro, '78), Gabriel, Ferro, Lato (Gayà, '78); Racic, Carlos Soler; Guedes, Manu Vallejo (Cheryshev, '69) y Maxi Gómez (Musah, '82).

  • GOLES Youssef En-Nesyri ('66).

  • ÁRBITRO Javier Estrada Fernández.

De ahí que el elástico marroquí, una que tuvo la enchufó. En el único descuido que cometió Ferro, el delantero sevillista desmontó todo el buen hacer valencianista. Y lo hizo justo en el momento en el que el equipo de Voro más confiado estaba en sus propias posibilidades. Después de una primera parte correcta, ordenada y de contención, el Valencia salió tras el descanso con una vuelta de tuerca más en sus exigencias. Metió al Sevilla en su campo, manejó el balón con más soltura y hasta se atrevió a pisar con más determinación el área local. Si en el primer tiempo la apuesta de la velocidad parecía que iba a ser la única vía para que los valencianistas pudieran acercarse a la portería andaluza, en esa segunda fase la determinación en cuanto a fútbol fue mucho mayor. El problema fue que toda la inspiración de Guedes no gozó del acompañamiento adecuado. Ni por parte de Maxi ni de Vallejo. En intenciones sí, pero en puntería de verdad no.

El Valencia parecía aplicar con pulcritud el guión preparado por Voro. Aguantar la mayor calidad hispalense, aplicar siempre el precepto de la generosidad para beneficiar al colectivo y entregarse con devoción a la inspiración y a las piernas de Guedes, que con eso de que la Eurocopa está a la vuelta de la esquina se está marcando un final de Liga más que interesante. Una lástima que no espabilara mucho antes.

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Pero fue dejar un mínimo de resquicio en defensa y por ahí desgarró el Sevilla. La combinación tenía pinta de acabar a los pies de la defensa, pero el intento de Ferro no fue acertado y En-Nesyri se puso delante de un Cillessen, que hasta ese preciso instante apenas había tenido trabajo. El gol dejó descolocados a todos pero con media hora todavía por delante. El problema fue que a la hora de buscar nuevos recursos, de nuevo se pusieron en evidencia las diferentes realidades de unos y de otros. Papu, Acuña y Fernando rellenaron las carencias locales mientras que ni Cheryshev primero ni Gameiro después provocaron un aumento sensible en las filas valencianistas. El partido fue derivando hacia una tonalidad que no invitaba a pensar en una reacción lo suficientemente contundente para hacer que el Sevilla pasara apuros. La última vez que se vieron las caras en ese mismo escenario, el Sevilla le puso tres dentro de la portería de Cristian Rivero. Eran los octavos de Copa y ya por entonces Meriton le había dado un toque de atención a Javi Gracia. El Valencia de entonces parecía dejarse llevar sin rumbo fijo. Con Voro hay más intenciones, más calma, menos tensión, da la impresión de que con la salvación se han liberado algunos pero el Valencia da para lo que da. Que es para bien poco.

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