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Vallejo, Yunus y Guedes celebran un tanto del Valencia Efe
Copa del Rey | Terrasa-Valencia CF

El Valencia se salva del ridículo en la prórroga

Yunus, tras un córner en el 91', iguala el marcador después de que el Terrassa, de Tercera, estuviera por delante 83 minutos

JUAN CARLOS VALLDECABRES

Miércoles, 16 de diciembre 2020

Ni ha habido un error en el titular que encabeza esta crónica ni tampoco hay ningún gazapo en el marcador que la ilustra. Ambos son ciertos. Aunque pueda llegar a resultar estridente, viendo el 2-4 final, que se ponga en tela de juicio el mérito de la continuidad valencianista en la Copa, no admite ninguna discusión que el todavía vigente campeón estuvo a un minuto de hacer el mayor ridículo de la historia ante un rival de Tercera División que está integrado por jugadores que se toman el fútbol como afición y no como profesión. Para ajustar con más precisión el riesgo que se vivió anoche en Terrassa, baste decir que cualquiera de las joyas del filial de las que presume tan insistentemente Meriton cobra más que todo el presupuesto entero del rival (180.000 euros), que viene más o menos a ser también lo que el Valencia se gasta cada año solo en medicamentos. Llámenlo la suerte del campeón o la dignidad rescatada, pero si no llega a ser por ese remate de Yunus en el minuto 91 que supuso el empate a dos y el acceso por lo tanto a la prórroga, el Valencia hubiera vivido un bochorno superior al de Guadix, por ejemplo. Y Javi Gracia, como máximo responsable del desaguisado que se vivió durante 83 minutos, empezaría a estar mucho más en duda por las incógnitas que parece empeñado en generar. Tan difícil resulta explicar el baile de fútbol al que le sometió el Terrassa como incomprensible encontrar una causa que justifique el porqué Gracia permitió durante todo el tiempo este harakiri grupal. Uno puede entender que el partido del sábado contra el Barça necesite mucha más energía que el Terrassa, pero con 2-0 en el marcador en el minuto 50 ya hay suficientes argumentos para buscar soluciones. Y Racic y Álex Blanco, los primeros que salieron, no son los Guedes y Soler que lo hicieron sin embargo a veinte minutos para el final. ¿Por qué ese retraso?

Al Valencia le tocaron el morro hasta que el reloj empezó a marcar esos minutos casi de la gloria para los catalanes. Con uno menos por la exagerada expulsión de Guillem Molina pero ya tocando a rebato, el Valencia cambió por completo de registro. Soler empezó a poner orden, Guedes a corretear de aquí para allá, Yunus a meter velocidad y Vallejo a seguir incordiando. Llegó el penalti tonto a Vallejo que Soler transformó con la pulcritud que ya le caracteriza y ese saque de esquina en tiempo de prolongación que Yunus golpeó casi de manera facilona. Menos mal.

En menos de diez minutos se solucionaron todos los problemas del Valencia, que los había y muchos. Porque no se explica cómo es posible que el Terrassa lograra tocar, correr, posicionarse y rematar con mucha más precisión que los valencianistas. Cierto es que la alineación estaba retorcida, más de lo que incluso el propio entrenador hubiera deseado, pero los once que salieron -con la excepción del imberbe todavía Jesús Vázquez- tienen poso suficiente para hacer infinitamente más de lo que hicieron. A los seis minutos, para no variar la costumbre, Cristian Rivero ya se había tenido que emplear ante un golpeo seco de Jaume. Fue el preludio de lo que pasaría tres minutos después. A Correia no se le ocurrió otra cosa que impedir que el balón se saliera de banda dejándolo al rival, y se montó la gorda. En un visto y no visto el Terrassa pilló a Esquerdo como central y esta vez Jaume sí acertó en el remate, tras una perfecta combinación de contragolpe.

El Terrassa tenía la posesión, las ganas y el acierto. Casi todo lo hacían bien, sin rifar el balón y con criterio en cada una de sus acciones. El Valencia, en cambio, perdido de manera tan sospechosa que hasta Cristian Rivero tuvo que emplearse a fondo para evitar a bocajarro el gol instantes antes del descanso. El Valencia, rematadamente mal, tanto en lo futbolístico como en lo anímico. Ni una propuesta de fútbol, ni convicción defensiva ni alegría arriba. Encima, en una falta casi a treinta metros, Álex Fernández la clava como si fuera Parejo. Ver para creer. La Copa empezaba a sentarle mal pero de verdad al Valencia, sin que desde el banquillo se propusiera solución al alguna al panorama tan deficiente. Hubo que esperar a ese arreón casi a la desesperada para enmendar el desastre. A Vallejo le birlaron un penalti pero no otro. El equipo catalán -que falló una clarísima opción para hacer el 3-0- se quedó sin fuerzas y el Valencia revolucionó todavía más su juego. Llegó la prórroga -con el rival también con diez- y ahí apareció Guedes para solucionar definitivamente las cosas, con un gran remate de derecha y luego para finalizar una buena asistencia de Sobrino. El Valencia bordeó el esperpento y pasó al final de ronda, dejando un ambientillo enrarecido por la escasa aportación técnica de muchos de sus futbolistas.

Terrasa

Ortega; Salva, Pelegrin, Castillo, Lucas Viña; Alex Fernández, Josu (Akis, min.80), Adri Lledó (Micó, min.60); Jaume (Akito, min.46), Kilian (Albert López, min.72), Arranz (Galeano, min.80)

2

-

4

Valencia CF

Rivero; Thierry, Mangala, Molina, Vázquez (Musah, min.85); Koba Lein (Racic, min.53), Jason (Blanco, min.53), Esquerdo (Guedes,min.70); Cheryshev (Carlos Soler, min.70), Manu Vallejo, Rubén Sobrino

  • ÁRBITRO Cuadra Fernández (comité Balear). Expulsó por doble amarilla al visitante Molina (min.52).

  • GOLES 1-0, min.9: Jaume; 2-0, min.50: Alex Fernández; 2-1, min.82: Carlos Soler (p); 2-2, min.90+1: Musah; 2-3, min.102: Guedes; 2-4, min.107: Guedes.

Murthy se pierde la primera remontada de dos goles en la historia

El Valencia se está caracterizando por arrancar los partidos de manera desconcertante. La falta de conexión es tan evidente que a los nueve minutos el Terrassa ya le había hecho dos peligrosos remates y un gol. A Javi Gracia le está pasando factura. No obstante, el equipo también ha dejado muestras de no entregarse nunca y las remontadas empiezan también a ser un sello característico. La de ayer, además, supuso la primera vez en la historia de la Copa que el Valencia es capaz de levantar fuera de casa dos goles en contra. Anil Murthy, por cierto, se lo perdió. No estuvo. Sí el nuevo consejero, Joey Lim.

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