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Los jugadores del Atlético celebran el gol anotado por Lato en propia puerta. REUTERS

Resistir hasta morir

Un gol en propia meta de Lato fractura a un Valencia que aguanta con raza y las paradas de Jaume ante un Atlético muy superior

Sábado, 28 de noviembre 2020

Cuando eres consciente de la complejidad de la victoria, al menos debe luchar para no perecer. Eso hizo ayer el Valencia. Resistió con orgullo y raza ante un rival superior y que convirtió a Jaume en internacional. El Atlético las tuvo de todos los colores, muchas de ellas de una plasticidad exquisita, pero la gloria le llegó de chiripa. Un violento centro de Yannick Carrasco golpeó en las piernas de Lato y el balón se dirigió donde nadie quería. Fue un resultado justo por ocasiones y por dominio, pero saber defender también tiene mérito. A veces los equipos se construyen con esos valores. Pero no está de más contar con calidad para disfrutar de la faena. Y el Valencia la tiene justita. La suficiente para competir contra todos, pero sin sobresalir. El fondo de armario es muchas veces tan determinante como el once inicial. Cuando el encuentro entraba en el momento culminante, Javi Gracia se lamentó de buscar un revulsivo con Correia, Sobrino y Gameiro, mientras Simeone se relamía con Joao Félix, Vitolo y Carrasco. Al final el belga mató el partido con una arrancada letal por la izquierda y secó el aguante blanquinegro.

Al menos no encajó goles en los primeros veinticinco minutos. Por fin. El entrenador blanquinegro había insistido durante la semana en no volver a cometer los mismos errores, en salir al césped con intención desde el primer momento. Ante el Alavés pudo remontar, pero no hace falta tener que ir siempre por detrás. Frente al Atlético se aguantó durante casi ochenta minutos. Muchos para las numerosas intentonas visitantes, que encontraron en Jaume un muro. El portero de Almenara crece partido a partido, que diría el Cholo. Pero ante el fuego amigo poco pudo hacer. Lamentarse. Como lo hacía Lato, involuntario protagonista. El canterano, recambio del capitán, siempre en duda tras su raquíticas cesiones en el PSV y en Osasuna, demostró que tiene nivel para la competición. Es un lateral izquierdo de altura.

Simeone sorprendió con su equipo. Prescindió de Joao Félix pese a que Diego Costa y Luis Suárez estaban viendo el choque por la tele. Dispuso de Correa y Lemar para la zona atacante. El francés, siempre en duda, justificó los 70 millones que pagó el Atlético al Mónaco. Se movió por toda la zona central de la vanguardia de su equipo. Ningún zaguero supo frenarlo. Y tiene un disparo con su zurda con muy mala leche. Sólo Jaume Doménech lo entendió para abortar cada una de sus acciones. El Valencia aguantaba con solvencia aunque algunos fallos de Racic en la zona más peligrosa del campo dificultaba la tarea. El serbio, en modo bipolar, alternaba errores con robos de valor e incluso con acciones en ataque. En una de ellas, con su zurda, casi sorprende a Oblak. Yunus, al que Javi Gracia debería darle descanso, sólo asomó la patita en una ocasión para realizar un disparo que salió rozando el palo. Tras ello se agotó. Ni salió ni en la tele. Lemar, omnipresente, también la tuvo contra su arquero. En un centro de Wass tras una cabalgada de Guedes (la única), el francés rozó el balón con su cabeza, pero su guardameta atajaba el balón.

Valencia CF

Jaume Doménech, Wass (Jeison, m.84), Gabriel Paulista, Hugo Guillamón (Mangala, m.57), Lato, Musah (Thierry, m.70), Carlos Soler, Racic, Guedes, Manu Vallejo (Gameiro, m.70) y Maxi Gómez (Rubén Sobrino, m.70).

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Atlético de Madrid

Oblak, Trippier, Giménez, Savic, Hermoso, Llorente, Saúl (Carrasco, m.60), Coke, Lodi (Joao Félix, m.46), Correa (Vitolo, m.65) y Lemar (Kondogbia, m.65).

  • GOL 0-1, m.79: Lato, en propia meta

  • ÁRBITRO De Burgos Bengoetxea (comité vasco). Amonestó por el Valencia a Racic y Hugo Guillamón, y por el Atlético de Madrid a Saúl, Correa, Koke, Joao Félix y Llorente.

  • INCIDENCIAS partido correspondiente a la undécima jornada de Liga disputado en Mestalla a puerta cerrada. Se rindió homenaje a Juan Cruz Sol, exjugador del Valencia, que también fue delegado del equipo y miembro de su consejo de administración, que falleció el 10 de noviembre, y a Diego Maradona, que murió el pasado miércoles.

A partir de aquí todo el fútbol se desarrolló en la misma dirección. Racic volvió a errar y Lemar chutaba con mala lecha. Primer paradón de Jaume. Instantes después fue Correa, ratonero como pocos, el que chutaba para que el guardameta del Valencia se luciera. Segundo paradón. Y cuando moría la primera parte era Marcos Llorente el que lanzaba el balón ajustado al poste. Ufff.

El Valencia se contentaba con irse al vestuario sin encajar. Todo un logro para los precedentes. Pero ante un martillo pilón no suele ser suficiente. Era cuestión de esperar y de que la fortuna también abrazara al equipo. Fue salir del vestuario y todo volvió a su lugar. Wass salvaba con su cuerpo un disparo a portería de Lemar. Los técnicos empezaron con los cambios. Suplentes de nivel en un equipo; de relleno en el otro. Joao Félix, uno de los mejores jóvenes de Europa, la tuvo nada más salir, pero el que machacó la moral valencianista fue Yannick Carrasco. El belga se ajustó junto a la línea de su banda izquierda y comenzó el show. Se marchó tantas veces quiso de Wass y en una ellas lanzó un centro que no encontró a sus amigos, pero el balón golpeó en Lato, que nada pudo hacer. El balón, burlón, se introdujo en la portería. Todo esto ocurría ya con Kondogbia en el campo. Seguro que Murthy le prometió lo que no cumplió, pero sus últimos días en Valencia, con la lesión fingida, le penalizan en la historia del Valencia. Se libró de una buena pitada. La merecía. El Valencia luchó, pero no es suficiente.

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