Horror defensivo en el Valencia

El Valencia lleva los mismos goles encajados que el Alavés (42) y sólo el desahuciado Levante mejora sus cifras (50). A partir de ahí se puede debatir de lo que se quiera, de la mala suerte, de las bajas o del viento. Pero las cifras matan el proyecto de Bordalás. El ADN que el técnico alicantino pretendía inocular en la plantilla blanquinegra se queda sólo en intención. «Nos meten tres goles muy fácil», sentenciaba Carlos Soler al final del choque. Relataba que los dos primeros tantos llegaban de sendos saques de banda. Demencial. Fue una primera parte ante el Barça que desnudó todos los males de este equipo. Sin un mediocentro diferencial que tapone los huecos, sin la concentración necesaria y sin los ajustes que se requieren poco o nada puedes hacer ante el Barça más efectivo de la temporada. Porque de nada vale presionar al portero para evitar la salida de balón si cuando el juego se desarrolla en el centro del campo y no sabes cómo colocarte.

El esquema de juego, además, no ayudó. El 4-4-2 facilitó el juego entre líneas de los azulgrana. Los pases al hueco ocurrieron sin cesar. Y Carlos Soler en la banda derecha fue darle demasiada ventaja al Barça. No participa del juego y priva a su equipo de salida clara de balón. Porque si esta función la tiene que desarrollar Ilaix Moriba, vamos apañados. El joven centrocampista pasa desapercibido cada partido. Ni ataca ni defiende. Ni presiona ni facilita el juego ofensivo. Poco aporta a la necesidad que tenía Bordalás en esta posición. El alicantino sueña cada noche con Arambarri. A estas alturas de temporada desde hace 36 años sólo ha visto un horror defensivo igual en la campaña 2016-17 (43 tantos en contra) y en la 2021-22 (42), ya con Meriton como máximo accionista. Algo tendrá que ver. Porque la planificación deportiva es cada vez más errática y lo paga cualquier entrenador que se siente en el banquillo. Ya sea un imberbe como Celades o un corajudo como Bordalás. Hay posiciones clave que parece imposible encontrar un perfil. Al menos le trajeron un extremo como Bryan Gil porque de lo demás, nada de nada. Ya ni Jorge Mendes hace su trabajo habitual para Peter Lim.

El Valencia suma dos puntos de los últimos veintiuno jugados. Sangría. La felicidad de la Copa del Rey y la defensa de la afrenta al juego blanquinegro y al histórico Arias han ocultado los males perennes de este conjunto, que ante medianías se disimulan pero cuando te topas con figurones aparecen sin remedio.

El choque evidenciaba una presión del Valencia, pero no hubo que tardar mucho para ver cómo Ferran Torres centraba y Aubameyang no llegaba por poco. El exdelantero del Arsenal disfruta en Mestalla. Con el conjunto inglés anotó tres tantos en un choque y sólo un poco después sí acertaba tras marcharse de Alderete. El pase largo de Jordi Alba fue magistral. El Barça empezaba a tocar el balón y desactivaba cualquier intento del Valencia de estrujar el fútbol de ataque blaugrana. En una acción con el balón pasando del centro del campo a la frontal del área en varias ocasiones, Jordi Alba volvía a encontrar el hueco, Dembele se adelantaba a Ilaix y enviaba la pelota al área pequeña para que De Jong acertara. Y una tercera acción calcada significaba el siguiente tanto, otra vez con puntería de Aubameyang. Los espacios en la defensa valencianista eran infinitos. En ataque mandó el VAR, ya que en dos ocasiones anuló goles al Valencia. Pero poco más ofreció el conjunto local.

Bordalás varió el esquema con la salida de Maxi por Guillamón. Situó a Carlos Soler en el centro y el Valencia fue otro Valencia. El canterano juega, hace jugar y llega al área como nadie. En el minuto 52 el internacional cabeceaba a la red un centro de Bryan Gil. Había esperanza. Carlos Soler siguió de protagonista, primero con una falta y después con un disparo que rozó el palo de Ter Stegen. Pero Pedri desactivó todo el interés con un chut desde fuera del área que rozó en Aubameyang y confundió a Mamardashvili. Sentencia. Bordalás tiene trabajo en defensa. Demasiado.