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Diakhaby, junto a Isaac Romero. EFE

Sin goles y Rafa Mir en su casa

El Valencia carece de efectividad mientras el árbitro le birla un penalti a Foulquier | El conjunto de Baraja domina el juego y dispone de ocasiones más claras. El empate le deja octavo a dos puntos de Europa

Sábado, 17 de febrero 2024, 20:07

Valencia y Sevilla fueron incapaces de marcar. Y Rafa Mir en el sofá de casa con pantuflas. Ambos equipos le echaron en falta, aunque ... Quique podría haber tirado de él pero se ha cansado ya de alentarlo. «Soy entrenador, no animador», dijo el técnico ante el desánimo del excanterano blanquinegro por frustrarse la cesión. Baraja le pretendió porque en partidos donde hay llegadas claras por las bandas y centros al área, la alzada del atacante puede ser decisiva. Pero eso nunca lo sabremos, que diría Bob Esponja a Patricio. O sí. Donde hubo fuego siempre quedan rescoldos. Veremos si en verano vuelve el culebrón. Y ya se sabrá si el Valencia ha vuelto a Europa. Para ello debe ganar partidos, especialmente los disputados en Mestalla. Con el empate se sitúa virtualmente en octava posición a sólo dos puntos de posiciones continentales. Sigue en la lucha, que ya es mucho decir.

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Todo se vería con otro color si el árbitro Soto Grado hubiera sido valiente. Porque el penalti cometido por Isaac Romero sobre Foulquier no admite dudas. Empujón por la espalda. No hay hombro contra hombro. Es un atropello. Lo raro es que desde el VAR no le advirtieran al menos para que lo viera en televisión. Era el minuto 41, un momento clave. La visión del colegiado era meridiana, pero en ningún momento mostró dudas. No hay quien entienda las nuevas claves del fútbol. Manos que antes eran manos y ahora no, empujones que toda la vida de Dios han sido penalti si ocurrían dentro del área y que ahora lo justifican con cargas legales. No. Era penalti y el árbitro se lo birló al Valencia.

El equipo realizó un partido muy serio. Dominó todas las facetas del juego, controló más tiempo el balón y tuvo ocasiones, alguna clarísima. Yaremchuk fue protagonista en la mayoría de ellas, pero ayer tenía la mirilla desviada. En el minuto 19 le llegó un balón desde la banda y a un metro de la línea de gol prefirió controlar antes que rematar. Nyland despejó la pelota. El conjunto de Baraja fue el único equipo con ocasiones. El Sevilla se atrincheró bien atrás pero en ataque pasó desapercibido. Había ganas de ver al joven Isaac Romero, pero tanto Diakhaby como Mosquera le dejaron casi en un aficionado. Los centrales del Valencia estuvieron imperiales. Nadie echó en falta a Gabriel Paulista. Se entendieron bien, no cometieron errores infantiles y se mostraron firmes antes los atacantes sevillistas. Parecía que hubieran jugado varias temporadas juntos. Hay futuro. Con Baraja cualquier alteración acaba convirtiéndose en virtud. Un lujo. El Valencia sólo ha encajado seis goles en su morada (sólo lo mejora el Real Madrid), cifras sorprendentes para un equipo descosido en la confección de Corona.

En esa primera parte también tuvieron opción de marcar Fran Pérez y Sergi Canós, este en dos ocasiones. Llegaban por la intensidad con la que se ofrecía el conjunto de Mestalla. Presionaba fuerte, combinaba con soltura, llegaba arriba y finalizaba jugada. Aunque falló el remate final, el técnico puede estar satisfecho porque se cumplió con lo preestablecido. Se puede planificar el juego durante la semana, el colofón ya depende de la virtuosidad o la fortuna del futbolista.

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En la segunda fase se acentuó el dominio valencianista. Poco a poco, cual martillo pilón, fue ganando metros. Al final las cifras fueron claras: 14 tiros del conjunto blanquinegro (cuatro a puerta) por un único remate andaluz. El Sevilla se llevó un punto que le sabe a gloria en la búsqueda de huir del fuego. La llegada de Quique ha dado la vuelta a un equipo en depresión. Al menos no pierde, que ya es mucho. En los primeros instantes tras salir del vestuario se sucedieron las ocasiones. Primero Canós, con un chut que atajó Nyland; luego Yaremchuk a centro de Fran Pérez; después Hugo Duro en un cabezazo que rozó la escuadra de la portería sevillista; y por último Yaremchuk de nuevo, que encaró a Nyland pero chutó al cuerpo del portero noruego. No había manera de darle un mordisco al bocadillo. Si bajabas la vista te perdías una opción de gol.

Baraja, visto que el juego seguía en buena línea pero no llegaba el gol, decidió variar jugadores. Dio entrada a Peter Federico por un Canós que se apagó en la segunda mitad y después a Jesús Vázquez por Fran Pérez y a Javi Guerra por Yaremchuk. El canterano se situó de media punta, aunque más tarde accedió al terreno de juego Alberto Marí y retroció unos metros para situarse junto a Pepelu. El problema para él es que continúa sin ser decisivo como lo fue en su irrupción el primer equipo. Baraja ha entendido que con el dianense y Guillamón en el centro gana en equilibrio. En la banda pierde eficacia y el técnico arriba prefiere dos delanteros. En la rueda de prensa previa ya advirtió Baraja que hay que buscarle el encaje al futbolista. Pero él también debe poner algo más para ganárselo.

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De aquí al final se pudo ver algún destello de Peter Federico e incluso un remate con su pierna zurda que rozó el palo. Mosquera también lo intentó de cabeza pero cuando iba a rematar se adelantó el portero Nyland. Un empate final que le vale para mantenerse en la lucha por puestos europeos, aunque el equipo debe trabajar la finalización de las jugadas. Goles son amores y no buenas razones. Y, mientras, Rafa Mir ante la televisión.

Ficha técnica

Valencia CF: Mamardashvili; Foulquier, Diakhaby, Mosquera, Gayá; Pepelu, Guillamón (Alberto Marí 86'), Fran Pérez (Javi Guerra 73'), Sergi Canós (Peter Federico 63'); Hugo Duro y Yaremchuk (Jesús Vázquez 73').

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Sevilla FC: Nyland; Jesús Navas (Juanlu 90'), Sergio Ramos, Badé, Kike Salas, Acuña (Pedrosa 46'); Soumaré, Sow (Suso 72'), Óliver Torres (Mejbri 90'); Isaac Romero (Véliz 86') y En-Nesyri.

Goles: No hubo.

Árbitro: César Soto Grado, del Comité Riojano. Amonestó a Badé (78')

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 25ª de LaLiga EA Sports disputado en el Estadio de Mestalla ante 44.506 espectadores.

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