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Un atroz final que no merecía

Un atroz final que no merecía

El Valencia emborrona su temporada al sumar un punto de los últimos dieciocho

Domingo, 19 de mayo 2024, 17:21

El Valencia ha perdido en los últimos tiempos todas las virtudes que le alumbraron el resto de la temporada. Tras los momentos de tensión cuando se peleaba por mantener la categoría, Baraja ya pudo comenzar la campaña actual con su impronta hasta llevar al conjunto ... blanquinegro a soñar con regresar a la competición europea. Pero una cosa es entrenar y otra diseñar la plantilla. En lo primero manda el mito; en lo segundo casi un advenedizo. Y la conclusión está clara: el Valencia ha aguantado lo que ha podido hasta que la escasez de jugadores y mala planificación, con distintos puestos sin suficientes protagonistas, ha conducido a embarrarse en un final atroz de temporada. Tanto que sólo ha sumado un punto de los últimos dieciocho en juego. Cuatro derrotas y un empate. Así ha sido imposible pelear con el Betis y la Real Sociedad para volver a tocar moqueta continental. Pero, además, el embrujo de Mestalla se ha perdido. Con la de ayer ante el Girona han sido cinco derrotas en la tierra prometida. Y ya si hablamos de los goles anotados es casi para ponerse a llorar. De los primeros está alejado casi a años luz e imita en esta cifra a los equipos descendidos a Segunda División. Ni la buena temporada de Hugo Duro ha conseguido mitigar el contratiempo. Todo este cóctel se lo bebió el Girona. El conjunto catalán demostró en el coliseo blanquinegro la categoría que le ha llevado a disputar la próxima Liga de Campeones. Sí, contra el Real Madrid, el Manchester City, el Bayern, el Leverkusen, el Inter de Milán... Contra quienes hace ya demasiado tiempo que el Valencia no se enfrenta en la máxima competición. Aprovechó que el Valencia se ha marchitado y que tampoco se llegaba a este partido en el mejor ambiente, con una protesta del valencianismo, una más, contra una propiedad que ni escucha ni quiere entender a su gente. Y toda esta cabezonería hace que el Valencia siempre se quede a medias. Ni el sello de Baraja ha permitido llegar de donde nunca se debería haber salido. Veremos las próximas semanas. Al técnico le queda una temporada de contrato pero son ya varios los mensajes públicos reclamando ambición a la propiedad. Los hechos demuestran que nada les ha hecho cambiar de su desidia. Al heredero, que prometió que iba a viajar más a Valencia para estar más en el día a día del club, sólo se le ve en imágenes de redes sociales. Plantarse en la ciudad y diseñar junto al entrenador el Valencia del futuro no está en sus planes. Y así es imposible que este club prospere.

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