El Valencia se olvida de competir

El Valencia CF recibe por primera vez en su historia a la Juventus de Turín, en el choque correspondiente a la jornada 1 de la fase de grupos de la Champions League. A las 21 horas en Mestalla.

El conjunto blanquinegro debuta esta noche en la Liga de Campeones en un partido inédito ante un club que disfrutó en sus filas de mitos como Del Piero, Michel Platini o Roberto Baggio y donde ahora milita Cristiano Ronaldo.

Tras tres años ausentes en la máxima competición, en una temporada más que especial, a los de Marcelino García Toral les espera la difícil misión de superar a los gigantes europeos mientras se mantienen en lo alto de la tabla en la liga española, con dos o tres partidos semanales.

Este es el once inicial que propone el técnico del Valencia: Neto, Vezo, Paulista, Murillo, Gayà, Parejo, Wass, Soler, Guedes, Rodrigo y Batshuayi.

Once del entrenador de la Juventus, Massimiliano Allegri: Szczesny, Bonucci, Chiellini, Cancelo, Alex Sandro, Pjanic, Khedira, Matuidi, Bernardeschi, Cristiano Ronaldo y Mandzukic.

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Mestallalevantará hoy a partir de las nueve de la noche el telón de la Champions. El Valencia vuelve a la máxima competición a lo grande, ante la Juventus de Turín, el equipo que más dinero se ha gastado esta temporada en fichajes merced a los 100 millones que invirtió para comprar a Cristiano Ronaldo. Una maniobra que es puro negocio para vender camisetas y dispararse en bolsa. En ese gasto el Valencia pescó 40,4 millones por Joao Cancelo. El portugués Jorge Mendes, agente de ambos jugadores y amigo de Lim, sabe siempre contentar a todo el mundo.

El valencianismo sentirá la melodía de la Champions sin nada que perder, que es la mejor forma de llegar lejos en una competición en la que el equipo compareció en el anonimato del bombo 3. Ir de tapado es un lujo. Volver a esta competición es una satisfacción y un alivio. Lo dijo ayer Marcelino durante la rueda de prensa: «Disfrutar». No hay secretos. El alivio viene por lo económico. La Champions no sólo garantiza la supervivencia sino el músculo financiero para hacer frente al futuro más inmediato.

La noche será grande en Mestalla. La grada, tras dos temporadas atravesando el desierto, ansía la vuelta a la Champions. El viejo estadio valencianista rebosará por sus fondos y el Valencia lucirá con sus mejores galas. No es el momento de reservar a nadie para la Liga a pesar del sorprendente, por lo negativo, inicio de la competición. La Champions y la Juventus merecen el once de gala. Un triunfo ante los italianos debería convertirse en la rampa de salida para despejar todas las dudas del inicio de la campaña. Y entre los mejores está Guedes, el fichaje más caro (con pago aplazado) del Valencia y al que la afición ha confiado la tarea de resucitador. Ha llegado su momento.

Marcelino habló ayer del luso y por sus palabras dejó entrever que Guedes estará en el once. Al ser cuestionado sobre si el luso tiene el ritmo suficiente para la exigencia de un partido como el de esta noche,el técnico dio pistas: «Sólo hay una forma de saberlo, que es jugando. No tenemos la decisión tomada de manera definitiva. Valoraremos el estado físico y mental. El partido es exigente a la vez que atractivo pero debería tener la misma exigencia este que cualquier otro».

Entre los mejores del Valencia está Guedes pero también volverá al once Carlos Soler, que se tomó un respiro ante el Real Betis. Además, el valencianismo necesita que Parejo y Rodrigo rescaten su mejor versión. La recuperación pasa por la calidad de estos dos jugadores y los galones que lucen dentro de la plantilla. La baja de Kondogbia es sensible y será Wass otra vez el sustituto del francés a la espera de Coquelin.

La mirada está puesta en los 7 de cada equipo. El Valencia confía en Guedes mientras el morbo está servido con la presencia de Ronaldo en su primer partido en España tras su salida del Real Madrid. El ruido no siempre es sinónimo de nueces, por lo que el Valencia tiene la oportunidad de aplastar con una victoria la fanfarria que envuelve al luso.

La Juventus no es sólo Cristiano Ronaldo. El conjunto de Allegri, que es uno de los favoritos para ganar la Liga de Campeones, tiene un autentico equipazo que sólo flojea en la figura del polaco Szczesny, un guardameta de nivel medio y que tiene la complicada tarea de hacer olvidar a Buffon. Al margen del carncerbero, el resto del once es puro lujo. Incluso la presencia de Bernardeschi por un Dybala con molestias.

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Cualquier paño caliente es una excusa. No hay justificación. El Valencia está en el limbo desde la primera media hora de Cornellà y ahí sigue instalado, en la nada. Hay tiempo para reaccionar pero lo preocupante es el ánimo, las sensaciones, el alma y esta, ahora mismo, está muy tocada. La derrota ante la Juventus, uno de los equipos favoritos para ganar la Champions, entraba dentro de lo previsto. Lo que no es admisible son las formas. El Valencia estuvo a merced de los de Allegri durante muchas partes del partido y no supo meter mano a los italianos. El único momento de cierta lucidez llegó tras la expulsión de Cristiano. Una vez los italianos recompusieron sus líneas, el mando fue para la Juventus. Los de Turín hicieron su partido en cada fase del partido. En sus botas hay muchos partidos de Liga de Campeones frente a la bisoñez valencianista. Como argumento se puede decir que el rival sólo pudo marcar de penalti. Es cierto, pero no hay que perder de vista los tres milagros que se vivieron en el área de Neto antes de que se cumplieran los primeros veinte minutos de partido.

Mandzukic y Khedira fallaron dos goles cantados y Neto, Murillo y la fortuna gestaron una respuesta increíble. Un 0-3 hubiera hecho justicia. La Juventus era un torrente en el área del Valencia y que el marcador se mantuviera inmaculado en Mestalla era casi cuestión de vudú para los delanteros italianos. Bernardeschi fue cada minuto un tormento para la defensa del Valencia El lateral derecho, que ayer defendió Vezo para sorpresa de los 46.000 asistentes a Mestalla, fue un coladero. El punto débil. Un placer para Alex Sandro y un desgaste continuo para Carlos Soler, que se tuvo que multiplicar hasta el agotamiento en tareas defensivas y en ataque . El drama se completó por la izquierda, donde Gayà no estuvo afortunado al tiempo que notó la ausencia de Guedes, lejos de su mejor forma y poco solidario.

El primer respiro para el Valencia llegó con la lesión de Khedira, que se imponía una y otra vez al centro del campo del Valencia. El problema para los locales es que el banquillo italiano es caviar. Apareció Emre Can para que todo siguiera igual. Una vez atravesado el ecuador, llegó una de las jugadas del partido. El árbitro Félix Brych hizo algo a lo que nadie se había atrevido nunca en la Champions. Mostró una roja directa al intocable Cristiano Ronaldo, al futbolista más mimado del mundo que se marchó de Mestalla llorando por su amargo debut europeo con la camiseta de la Juventus. «No he hecho nada», clamaba. El atrevimiento de Brych contó con el chivatazo de su asistente auxiliar Marco Fritz, que desde la línea de fondo afirmó sin dudar que Cristiano había agredido a Murillo. El delito existió. El debate servido es si la sanción fue proporcional. La roja al luso resucitó por momentos a un Valencia que hasta ese momento anduvo noqueado, aturdido y desconocido. Un equipo agonizante, sobre la lona, que vio como se pudo levantar en plena cuenta de diez.

Con uno menos, la Juventus tuvo que recomponerse y el partido empezó a ser otro. El Valencia alumbró una esperanza y comenzó a merodear con más entusiasmo el área italiana. La tuvo Batshuayi en una jugada que se fabricó el delantero belga. Un disparo que empotró contra el cuerpo de Szczesny. Fue lo único que mereció la pena en la primera parte en la faceta ofensiva del Valencia.

Cuando el empate a cero era un alivio a un paso del descanso, llegó el jarro de agua helada. Otro centro por la derecha permitió que el balón atravesara toda el área hasta las botas de Cancelo, mal defendido por la izquierda. El luso falló en el remate, recogió de nuevo el balón, tiró al larguero y en el rebote, que volvía de nuevo a los dominios del exvalencianista, Parejo cometió un penalti absurdo. La bota del capitán afeitó la cara de su excompañero. Neto estuvo a punto de obrar otro milagro con la manopla izquierda pero Pjanic no falló.

El descanso debía servir para ajustar conceptos. Pero otra pena máxima, esta por agarrón de Murillo, derrumbó a plomo el plan previsto. La acción del colombiano tuvo la misma intensidad que la presunta agresión de Cristiano. El árbitro aplicó una de las reglas no escritas más viejas del fútbol, la de la compensación. Otra vez Pjanic no falló y el partido volvió a cambiar de semblante. Los italianos, con uno menos y con mucho confort en el marcador, armaron una muralla defensiva infranqueable para los locales. Son especialistas en el podería defensivo y ayer dieron una lección.

Marcelino movió el banquillo. Quitó a Vezo para remover el once. Wass a la banda, Soler por delante de Parejo, Guedes a la derecha y Cheryshev en la otra banda. Un cambio obligó a un carrusel de movimientos que evidenciaron la falta de claridad que vive el Valencia. Es cierto que el equipo llegó más al área porque la Juventus concedió esa licencia. Con Soler en la mediapunta el equipo mejoró. Hubo más mordiente pero casi todos los disparos fueron desde fuera del área. El canterano fue el que más lo intentó. En el tiempo añadido, el penalti fallado por Parejo fue el mejor epitafio posible para un partido donde la Juvetus estuvo superlativa.