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El Valencia CF recibe al Villarreal CF en el partido correspondiente a la jornada 21 de LaLiga, a las 20:45 horas en Mestalla.
Once de Marcelino García Toral: Neto, Piccini, Garay, Diakhaby, Gayà, Carlos Soler, Coquelin, Parejo, Cheryshev, Rodrigo y Santi Mina.
Once del técnico del Villarreal, Luis García: Asenjo, Mario Gaspar, Álvaro, Víctor Ruiz, Fornals, Iborra, Costa, Trigueros, Pedraza, Toko Ekambi y Santi Cazorla.
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'Chicharito' Hernández, Michy Batshuayi y un mercado de fichajes que de momento no avanza para el Valencia se entrometieron en la comparecencia de Marcelino previa al choque ante el Villarreal. De puertas hacia dentro, el técnico prepara junto a sus futbolistas este partido de Liga vital para seguir dando saltitos en la clasificación y de puertas hacia fuera se explaya Marcelino sobre la posibilidad de contratar a Chicharito o la necesidad de sacar a Batshuayi antes de que finalice el mercado en cinco días. La conclusión más definitiva de las palabras del técnico es que su apuesta es la de firmar a Chicharito. Eso, pese a que el 4 de enero lo dio prácticamente por descartado: «Me gustan más mis cuatro delanteros que Chicharito». Queda en evidencia que todo era pura estrategia y ahora el Valencia trabaja para conceder el deseo a Marcelino, convencido de que el mexicano es el idóneo para cambiarle la cara al ataque de su equipo.
«Chicharito es una opción porque el futbolista juega poco y es partidario de venir al Valencia. Pero la situación es complicada. Mi poquita información me dice que ahora mismo el West Ham sólo contempla una opción de salida, que es la venta», desveló Marcelino. Alemany, Longoria y compañía tienen menos de una semana por delante para desbloquear la operación subiendo la oferta al West Ham o bien apostar por otra posibilidad. El Valencia, se ha encargado de apuntarlo Marcelino en varias ocasiones, tiene que firmar sí o sí a un delantero pese a la especial idiosincrasia del mercado invernal. «Puede darse que el mercado no otorgue posibilidades para intentar aumentar el potencial del equipo por diferentes motivos. Sea costo o porque los clubes no dejen de salir o nosotros no encontremos los futbolistas que nos convencen», desgranó el entrenador valencianista.
La realidad sobre la que planifica Marcelino es que todo «se resolverá al final». Es decir, tanto el fichaje del ariete como la salida de Michy Batshuayi, en 'standby' por las pretensiones del Chelsea, que no quiere una nueva cesión para el belga y busca el traspaso. «Creo que es muy poco probable que Michy se quedé con nosotros. Si sólo dependiera del Valencia y el propio futbolista, no seguiría aquí. Pero el Chelsea quiere ser partícipe de la decisión», dijo Marcelino, que no considera «imposible» que finalmente Batshuayi se quede hasta junio precisamente por las pretensiones del Chelsea.
Otro delantero, Kevin Gameiro, motivó que Marcelino no diera ayer la lista de convocados para el derbi. El golpe «muy duro» que recibió el francés contra el Getafe pone en duda su participación esta noche. Gameiro fue mejorando a lo largo del día, pero va a ser duda hasta poco antes del encuentro. «En función de la evolución, decidiremos. Si sube un futbolista del filial para sustituirle será Fran Navarro o Álex Blanco», avisó Marcelino. La duda de Gameiro por la contusión se une a las bajas de Kondogbia y Guedes por lesión y la de Gabriel Paulista por sanción. Hay otro jugador, Francis Coquelin, que tampoco está al cien por cien pero sí se incluirá entre los convocados para recibir al Villarreal.
Marcelino no quiso avivar la polémica -aún abierta- existente entre él y Pepe Bordalás, el Valencia y el Getafe, para centrarse en un partido que será especial para él. Hoy cumple el asturiano 300 encuentros en los banquillos de Primera, precisamente ante un Villarreal que ya dirigió. «Eso significa que me estoy haciendo mayor», bromeó Marcelino. «Es una satisfacción muy grande y el fruto de muchas horas de dedicación. Tengo que agradecer a los futbolistas y los dirigentes que me han traído hasta aquí. Y a Rubén (Uría) e Isma (Fernández), porque llevamos muchísimos años trabajando juntos, desde el principio. No sé cuánto tiempo más voy a estar, pero no mucho», dijo sonriendo.
Al Valencia, esta noche, sólo le sirve derrotar al Villarreal para no volver a distanciarse del objetivo. «Tenemos que confirmar la victoria de Vigo», repitió en diversas ocasiones Marcelino. Las sensaciones de los dos últimos partidos de Liga, pese al empate en Mestalla contra el Valladolid, han sido mejores que en los encuentros previos y hoy visita el coliseo de la Avenida de Suecia un Villarreal que confió en Luis García tras la destitución de Calleja para sacar al equipo del pozo. «El dibujo y la idea algo ha cambiado. Antes el equipo siempre salía con un balón jugado, que ponía riesgo en la iniciación, y ahora es un equipo que encaja menos, más sólido», reflexionó Marcelino.
Con 18 puntos y sólo el Huesca por detrás, al Villarreal tampoco le sirve el empate. «Es la primera final de las 18 que nos quedan», apuntó Luis García. El técnico no puede contar con Bruno Soriano, Morlanes y Raba por lesión mientras que Funes Mori está sancionado. La duda de Luis García pasa por si juega en el centro del campo con la dupla Vicente Iborra-Manu Trigueros o bien apuesta por la entrada de Pablo Fornals, a quien pretende el Nápoles de Carlo Ancelotti. La segunda línea del Villarreal estará compuesta por Pedraza, Toko Ekambi y Cazorla; arriba se disputan un sitio Gerard Moreno -atascado desde su regreso a Vila-real- y Carlos Bacca.
A tres días de jugártela a cara de perro y nunca mejor dicho con el cuchillo entre los dientes con el Getafe y a cinco de que acabe este largo y aburrido mercado de invierno, el Valencia se atiborró de moral y goles en una noche que se presentaba con el morbo que da siempre vérselas con el vecino amarillo pero que terminó resolviéndose de manera mucho más plácida de lo esperado y con un rival que causó una impresión paupérrima. Con tanto empate pastoso acumulado, que el Valencia vuelva a ganar un partido siempre es reconfortante, pero que encima lo haga goleando en el derbi en el encuentro más cómodo y manos de la temporada, es para calificarlo como una bonita noche de sábado. Falta hacía, desde luego, esta dosis de calma y energía de cara a lo que está por venir. A la Copa no se le pueden hacer ascos, sería un insulto para los aficionados. Eso sí, que nadie se equivoque tampoco. El Villarreal de ayer no tiene nada que ver con el Getafe que vendrá el martes. En realidad, el equipo que trata de sostener Luis García -un hombre que en su día estuvo en la cabeza de más de uno para el Valencia- es en estos momentos un grupo de buenos futbolistas que pierden alma cada minuto que pasa. El Valencia, sin jugar un partido excelso en cuanto a calidad y arrastrando todavía ciertas dudas en algunas fases del juego, terminó por superarlo hasta el punto de amansarlo a un nivel que invita a pensar que van a pasarlo realmente más mal dentro de unas semanas.
Quién sabe lo que hubiera pasado de haberse mantenido durante más tiempo el empate a cero en el marcador. Pero fue Diakhaby el que dio un revolcón al guión que tanto Marcelino como Luis García habían diseñado en el vestuario. No habían pasado ni dos minutos cuando Víctor Ruiz se hizo un lío en la marca a Santi Mina y en la pelea el gallego se fue por los suelos. El defensa tuvo que aumentar la intensidad para impedir que el delantero ganara terreno. Fue el primer ramalazo de la descomposición que tuvo el Villarreal. La falta, lejana y algo tontuna, parecía que no iba a terminar en más historia que un balón de tantos despejado por la defensa. Pero en vez de eso, acabó con un testarazo de Diakhaby al fondo de la red. Con el gigantón y algo patizambo central francés festejando junto a sus compañeros el gol, y con Mestalla casi sin creérselo, apareció el banderín del asistente de la tribuna para aguar la fiesta. Fuera de juego. No valía el remate. El árbitro lógicamente señaló la infracción pero fue desde Las Rozas cuando le cantaron por el pinganillo lo de 'Del Cerro, quieto parado. Vamos a revisarlo'. Minuto y medio, y con algunos jugadores -cansinos mostrando su incomodidad-, tardó Cuadra Fernández desde el VAR en darle la vuelta a la tortilla: 'Gol legal'.
Todo de cara. El Valencia, casi sin pretenderlo tan pronto, se había puesto por delante. y lo que podía haber sido un simple agujero que el Villarreal podía suturar, se convirtió poco a poco en una hemorragia por donde se fue desangrando el cuadro amarillo. Ni el generoso Trigueros ni el voluntarioso Iborra pudieron nunca con el saber estar de Parejo ni con la fuerza descomunal de Coquelin. Ahí se gestó la victoria y por ahí se hundió el rival, incapaz por las bandas de sorprender a Piccini y a Gayà. Garay y Diakhaby se comieron con patatas y sin anestesia a Ekambi y el partido resultó monocolor. Es verdad que durante algunos minutos del primer tiempo, los amarillos manejaron con alguna intención el balón, pero de una manera tan inocente que sólo el miedo al propio traspié generó la preocupación en Marcelino.
Al entrenador del Valencia, por cierto, parece que lo de tener 300 partidos a sus espaldas en lugar de calmarle le excita sobremanera. Se está convirtiendo en un verdadero espectáculo verlo en la banda. Le da igual que su equipo gane por uno que por tres-cero. El asturiano alimenta cada día que pasa su repertorio gestual. Acostumbrados a verlo agitar las manos pidiendo unión del grupo en la recuperación y mayor calma en la circulación en el centro del campo -cosas que a veces olvidan sus jugadores-, ahora ha añadido un espectacular salto de la rana cuando sus hombres la pifian y redondea su actuación llevándose los dedos pulgar e índice a la garganta (en una subida metafórica de masculinidad) cuando Diakhaby, por ejemplo, se la juega en defensa con Garay totalmente desplazado. Son las cosas que tiene Marcelino que sabe que en ocasiones el Valencia pisa jardines con la misma facilidad que se echa atrás por miedo a perder el botín que cree tener atrapado.
Aún así, con todo el tiempo del mundo para reaccionar, el Villarreal lejos de buscar el intercambio de golpes entregó generosamente su cuello para la decapitación total. El matarife resultó ser Cheryshev, instantes después precisamente de que Marcelino se enfrentara -es un decir- a la grada cuando la gente pitaba al ruso por no estar acertado en la acción anterior. El empecinamiento que tiene el asturiano con Cheryshev a veces saca de quicio a todos, pero el ruso compensó con gol y abrazo la propuesta de su entrenador. Precisamente contra el Villarreal, el club curiosamente propietario del jugador. Hacía diez minutos que el partido se había reanudado tras el descanso y ni los cambios visitantes propiciaron un cambio del guión.
El Valencia se dejó llevar al ritmo que quiso Parejo -lástima el balonazo en la escuadra que estrelló en el 44'- y fueron las ganas del incombustible Soler las que alimentaron la parcela de la emoción. Los blanquinegros estaban por fin disfrutando, con Marcelino pidiendo contención a Piccini en una clara muestra de las ganas que había sobre el terreno de juego de que siguiera la fiesta. Rodrigo puso la guinda. Qué bonito es ganar.
Valencia CF
Neto, Piccini, Garay, Diakhaby, Gayá, Carlos Soler (Ferran Torres, m.77), Parejo, Coquelin, Cheryshev (Wass, m.74), Santi Mina (Kang In Lee, m.83) y Rodrigo
3
-
0
Villarreal CF
Sergio Asenjo, Mario Gaspar, Álvaro, Víctor Ruiz, Jaume Costa, Cazorla (Bacca, m.60), Trigueros, Iborra, Pedraza (Chukwueze, m.60), Fornals (Gerard Moreno, m.64) y Ekambi
GOLES: 1-0, m.3: Diakhaby. 2-0, m.51: Cheryshev. 3-0, m.86: Rodrigo
ÁRBITRO: Del Cerro Grande (comité madrileño). Amonestó por el Valencia a Gayà y por el Villarreal a Víctor Ruiz, Iborra y Mario Gaspar
INCIDENCIAS: Partido de Liga disputado en Mestalla ante 37.685 espectadores
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