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De esto va la Liga. De fallar lo menos posible en partidos que prácticamente nadie recordará dentro de unos meses. De activar el martillo pilón en cuanto se puede para amasar puntos que alivien los momentos de flaqueza. De convertirte en un artista de la media inglesa: hacerte fuerte en casa y rascar todo lo posible a domicilio. El Valencia estuvo a punto ayer de olvidar todos estos preceptos, pero no. Sufrió tanto el equipo blanquinegro cuando Iago Aspas se hizo protagonista en la segunda mitad que el gol de Carlos Soler supo a auténtica gloria. El triunfo constata el poderío de Mestalla en la presente temporada. El Valencia ha sumado 26 de sus 37 puntos en casa, donde todavía no ha sufrido ninguna derrota, y eso es un tesoro pasado el ecuador de la Liga.
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El campeonato también va de hurgar en la herida de los rivales que comparten objetivos. Y por ello también se fue el Valencia feliz a la cama, porque el Atlético de Madrid (hasta hace dos días un inalcanzable) perdió en el Bernabéu y el equipo de Celades lo aprovecharía para superarle en la tabla. Hoy al Valencia le puede coger el Getafe si los de Bordalás consiguen la victoria en San Mamés, así que el duelo del Coliseum del próximo fin de semana entre el Getafe y el Valencia promete, como casi siempre, emociones fuertes.
La sufrida victoria de ayer eleva también la moral del vestuario para visitar el martes al Granada por la Copa del Rey aunque llegara sin brillo. Celades aterrizó en septiembre en una plantilla cuyo patrón de juego era inamovible. Daba igual cómo fuera el rival de turno, las lesiones o las necesidades del partido, Marcelino nunca dudó con el 4-4-2. Su sustituto vio rápido que para arrancar en el Valencia era mejor no tocar lo que venía funcionando durante dos años, pero se le adivinó pronto su inclinación por otros patrones. Conforme fue quemando etapas, activó otros dibujos como el 4-3-3 o el que decidiera meter ayer en Mestalla: un doble pivote con Ferran Torres como enganche del delantero y Carlos Soler en la banda izquierda con permiso para entrometerse en el medio. Al canterano sí le lució esa fórmula (estuvo a punto de marcar con un disparo desde la frontal y luego haría el gol de la victoria) pero el Valencia, en general, no fue muy superior en la primera mitad. Sí supo aprovechar la debilidad defensiva del Celta con ocasiones muy claras para Wass y el debutante Florenzi, pero a partir de ahí crecieron Okay y Rafinha para igualar fuerzas hasta dominar la posesión y llegar, con regularidad pero sin excesivo peligro, al área de Jaume. A Maxi Gómez sólo se le veía en luchas estériles cuando Mestalla contuvo la respiración por el chasquido de la rodilla de Garay. Intentó seguir el argentino, pero una pequeña carrera le demostraría que su participación se frenaba ahí. Diakhaby, único recambio natural en el banquillo, saltó para acompañar a Paulista.
Cuarta plaza. El Valencia aprovechó la derrota del Atlético para superarle en la clasificación.
Ocasiones y poco más. El Valencia se acercó con peligro al área del Celta en la primera mitad pero no fue superior a los gallegos en el juego.
Florenzi y Soler. El italiano estuvo a punto de marcar en su debut con el Valencia y el canterano celebró su partido 100 en Liga con el gol del triunfo.
Sufrimiento. Iago Aspas hizo sufrir al Valencia hasta el último instante del encuentro.
El partido estaba revuelto y el público, inquieto. El Celta, en descenso pese a su formidable rotación entre sus hombres más creativos, evidenciaba que su gran problema es defensivo pero tenía el suficiente veneno como para recordar al Valencia que un punto no le valía. Celades estaba obligado al descanso a mover el árbol y Rodrigo se pasó los quince minutos del intermedio sobre el césped, dispuesto para entrar y darle un nuevo aire al equipo. Ocho minutos desde el inicio de la segunda mitad tardó el entrenador en sentar a Florenzi -gran actuación del romano en su estreno- para irse al ataque con Rodrigo ya formando dupla con Maxi Gómez. Había salido el Valencia con otro aire, presionando con esmero la salida de balón de la línea de tres centrales (comandada por Jeison Murillo) del conjunto de Óscar García. El mandato era atosigar al Celta para firmar el gol que permitiera cierta tranquilidad y nuevos espacios, pero las oportunidades de verdad, las que asustan, fueron de los gallegos.
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El paso adelante del Valencia lo interpretó mejor que bien el Celta. Rafinha y Aspas conectaron y al capitán vigués se le puso cara de capitán. Y de jugón. Una tras otra fue probando la resistencia rival. Primero, con una falta que Parejo sacó bajo palos cuando el banquillo del Celta celebraba el tanto. Luego con un disparo cruzado, más tarde con una especie de tijera bien pensada pero floja en la ejecución. El Valencia tenía dos frentes abiertos. Y qué frentes. El de intentar marcar el gol que evitara el tropiezo en Mestalla mientras rezaba para que Paulista, Diakhaby y Jaume fueran salvando las ocasiones del Celta. Y así sucedió hasta el minuto 77. Ferran Torres inició la jugada desde la izquierda con una suerte de rebote que Soler agradeció. El valenciano ya le marcó un golazo de vaselina al Celta y ayer repitió en su partido número 100 con el equipo blanquinegro en Liga. No pudo imaginar Soler un guion más perfecto para la efeméride, que con un disparo certero y ajustado al palo había conseguido, por fin, sacar del atasco a su equipo.
Tan necesitado anda el Celta que en los últimos instantes vivió el Valencia con el corazón en la boca. Sentía que podía ganar, pero un despiste le arruinaba la noche. Al final Aspas se equivocó con un lanzamiento directo privando al Celta de su última oportunidad. El botín se quedó en Mestalla y ya habrá -poco- tiempo para pensar en las consecuencias de la incómoda visita del Celta: ni Wass ni Coquelin ni seguramente Garay podrán jugar en el Coliseum contra el Getafe, rival directo. Pero de esto va la Liga: de no mirar más allá del partido que tienes delante.
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Valencia
Jaume Doménech, Florenzi (Rodrigo, m.53), Garay (Diakhaby, m.42), Gabriel Paulista, Gayà, Wass, Coquelin, Parejo, Carlos Soler, Ferran Torres y Maxi Gómez (Gameiro, m.85).
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Celta de Vigo
Rubén Blanco, Kevin Vázquez, Aidoo, Murillo, Araujo (Sisto, m.73), Olaza, Rafinha, Okay, Fran Beltrán (Santi Mina, m.82), Gabriel Fernández (Smolov, m.78) y Iago Aspas.
GOL: 1-0, m.78: Carlos Soler
ÁRBITRO: González Fuertes (colegio asturiano). Amonestó por el Valencia a Gabriel Paulista, Wass, Florenzi, Maxi Gómez, Coquelin y Jaume Doménech, y por el Celta a Kevin Vázquez, Rafinha y Sisto.
INCIDENCIAS: partido disputado en Mestalla ante 39.637 espectadores.
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