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Volver a encontrarse con un 'ex' es complicado, siempre. También en el fútbol. Porque saben cómo eres, cómo juegas y cuáles son tus puntos débiles. En ese sentido, Marcelino tenía ventaja sobre Baraja. El técnico del Villarreal le ganó la particular partida de ajedrez al ... Pipo, demostrando que en esto de ser entrenador, más sabe el diablo por viejo que por diablo. Plantó su 4-4-2 y no dejó que el Valencia estuviera cómodo. La Céramica, motivada por la rivalidad autonómica, hizo el resto. No se vio un buen Valencia, como suele pasar lejos de Mestalla. Pocas ocasiones y desaprovechadas. El único que aprobó y con sobresaliente, el de siempre: Mamardashvili. Evitó, penalti parado de por medio, que el marcador fuese más abultado.
Villarreal CF
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Valencia CF
El Villarreal, tras los fiascos de Setién y Pacheta, ya ha remontado el vuelo gracias a Marcelino y está ahí, a dos puntos del Valencia —con un partido menos— para pelear por esos puestos europeos que para los blanquinegros no dejan de ser más que un sueño. Porque el equipo diseñado para salvar la categoría no da para más que eso. Una media tabla cómoda y a verlas venir.
Fue superior el Villarreal desde el inicio. Intenso y valiente, salió a morder desde el primer minuto. Tuvo que aparecer Cenk con un corte providencial para evitar que Sorloth tuviera la primera. Poco después, Hugo Duro avisó de sus intenciones a Jörgensen, pero la acción estaba invalidada. El ambiente en La Cerámica se empezó a calentar con la primera amarilla, vista por Femenía. El público local se echó encima del colegiado, entendiendo que había amonestado al groguet por una acción similar que no sancionó del lado contrario. El Villarreal seguía encerrando al Valencia en su área y tuvo que llegar Mamardashvili, que se vistió de santo para sacarse de la chistera una triple parada de mérito. Primero despejó con el puño un balón con el que Mandi se relamía ya para empujarlo a la red. Después, se levantó y lateralizó un disparo de Baena desde el costado izquierdo. El esférico terminó en las botas de Traoré. Su disparo, si bien un poco centrado y al muñeco, fue repelido de nuevo por el georgiano, desatando el delirio de los aficionados visitantes desplazados, que poco después se llevaron las manos a la clara con la ocasión más clara del partido para el Valencia. Hugo Duro intentó repetir el gol de cuchara que le hizo al Getafe, pero su remate picado se marchó muy por encima de la portería.
Tácticamente, el Valencia, cuando podía respirar y salir con el balón jugado, se colocaba en una especie de 3-3-4, con Pepelu incrustado entre Mosquera y Cenk. Los carriles abiertos, con Guerra suelto por dentro, custodiando a los cuatro de arriba. Así llegó otra opción ofensiva antes de la media hora de encuentro. Gayà llegó casi hasta línea de fondo para poner un centro raso atrás. El remate de Canós a ras de césped fue detenido con facilidad por Jörgensen. El portero del Villarreal poco tiene que envidiarle a Mamardashvili, por cierto. Partidazo del danés, otro guardameta joven de nivel en la Liga.
Y cuando parecía que el Valencia dominaba la contienda, el Villarreal sacó petróleo con un contragolpe. El pase filtrado de Coquelin hacia la carrera de Traoré encontró rédito, ya que entre Cenk y Gayà, derribaron al extremo groguet dentro del área. El árbitro no lo dudó y el VAR ni entró, penalti. Baena tomó la responsabilidad, y con poca carrera, disparo abajo a su izquierda, donde se encontró con la mano firme de Mamardashvili. El georgiano no sólo detuvo el penalti, lo cogió. Nada de despejar el balón y dejar opción a rechace. Y todo eso, con los pies en la línea. Paradón espectacular y reivindicación con sus gestos de 'yo estoy aquí, calma'. No obstante, la nota negativa fue que en la carrera del penalti, Gayà sintió una molestia en el muslo y tuvo que pedir el cambio. Baraja optó por incorporar a Thierry y colocar a Foulquier a pie cambiado, antes que apostar por Jesús Vázquez, teórico relevo natural del lateral de Pedreguer.
Antes del descanso, se protestó un posible penalti por mano de Cuenca, pero como bien indico el árbitro, el jugador tenía las manos en el césped, y la norma dice que eso no es penalti. Tras el paso por los vestuarios, hubo cambios:Peter por Canós en el Valencia, y Parejo por Coquelin en el Villarreal. Desde la grada blanquinegra se escuchó claro el «Parejo es del Valencia». La tuvo nada más empezar Peter, que en un contragolpe, finalizó potente abajo para forzar la estirada de Jörgensen. Partido de porteros claramente. Poco después, Mamardashvili volvió a aparecer para salvar al Valencia deteniendo un disparo cercano de Comesaña. Pero en el saque de esquina posterior, tras un despeje de puños, el gigante georgiano no pudo hacer más y el segundo remate de Cuenca acabó dentro. El Villarreal se adelantaba para el delirio local. Una jugada de estrategia condenaba a un frágil Valencia que bastante ya había salvado gracias a su portero.
La tuvo Cenk en un saque de esquina, pero su remate con el pie apenas inquietó a Jörgensen, que poco después detuvo con facilidad una chilena de Hugo Duro que venía de una rabona de Thierry. Detallitos que quizá, perdiendo, no era el momento de hacerlos. Pese al ímpetu final, el Valencia no consiguió hacer daño y terminó consumando una nueva derrota lejos de Mestalla.
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