Tarde tranquila en medio de la tempestad

El Valencia apuró mucho, quizás demasiado, para desplazarse hasta Yecla. En pleno avance de Filomenade sur a norte de la península, la expedición blanquinegra partió a las 16, tres horas antes del partido. El equipo llegó justo a la localidad murciana, casi tanto que si se descuida un poco se pierde sus propios goles. En medio del temporal, los de Javi Gracia resolvieron por la vía rápida en la que sólo podían ganarse otro sonrojo. Vencer era un mínimo exigible, a pesar de que la Copa se adivina ahora como algo más que secundario. Enfrente había un rival ilusionado por volver a ver sus gradas pobladas -algo que generó controversias por evidente la cercanía del público-, pero que también anda necesitado, pues no todavía ha ganado un solo partido en esta temporada en Segunda B.

Una tarde incómoda, por la meteorología y por lo sobrecargado de un calendario donde el Valencia necesita centrarse en la Liga, mutó en tranquila. Al contrario que en Terrassa, los menos habituales entraron al partido con la intensidad exigible. Concedieron un primer avance al Yeclano, eso que no falte, pero se resolvió con solvencia. En un once con menos chavales del filial -jugó de nuevo Rivero, Koba y debutó el central Sibille-, Javi Gracia apostó por futbolistas necesitados de minutos, pero integrantes de la primera plantilla. Y sea porque quieren reivindicarse o por la necesidad de venderse en este mercado de invierno, brillaron ante un Yeclano lánguido.

Si a Kang In, cuya calidad es incuestionable, le regalas un balón suelto en el punto de penalti sin que nadie salga a encimarle, lo lógico es que lo coloque donde quiera. En este caso, junto al poste. Gol. Pero también parece normal que un equipo con Carlos Soler, Maxi Gómez, Gayà, Paulista... no esté peleando por la permanencia en Primera... en fin, esa es otra historia que debe seguir escribiéndose el domingo en Valladolid.

En Yecla, en otra tarde gélida como será la noche de Pucela, el que se quedó helado fue Gianni. La monumental cantada del portero local permitió que Racic reapareciera con gol. En cuestión de diez minutos, el Valencia había resuelto el partido. El serbio alivia la enfermería, que eso sí es buena noticia para Javi Gracia, una vez superados sus episodios de vértigos. Completó una hora, algo menos que Lato, quien también debe recuperar el tono una vez superado el Covid-19. En el apartado de las altas y bajos, lo peor fue que Koba se marchase con problemas físicos.

Casi al final de un partido que, en cierto modo, sirvió para que se redimiera Guedes. Quizás sea exagerado afirmar algo así, pero lo que nadie puede negarle al portugués es su compromiso. Baja al barro, como en Terrassa y en Yecla. No se le caen los anillos y eso es positivo. Hay que exigirle continuidad y brillo en los partidos decisivos, como le corresponde al fichaje más caro de la historia del club de Mestalla.

A falta de que ese momento llegue, cuando entraba en juego en Yecla, el partido se iluminaba. Como con los destellos de Kang In, a quien Gracia no concedió los 90 minutos que sí tuvo el luso al estar sancionado el domingo. Un dato que puede servir para cualquier análisis... Lo absolutamente seguro es que la actuación de Sobrino debe servir como escaparate: para el futbolista y el propio Valencia, quizás lo mejor sea una salida. Ofreció su mejor versión en sociedad con Vallejo, quien sí debe hacerse importante con la ausencia de Gameiro.

Entre los dos fabricaron el tercero, el de la tranquilidad. Porque en una tarde sin sobresaltos, Thierry Correia volvió a evidenciar que su presencia en el lateral derecho del Valencia es una bomba de relojería. Su fútbol es una continua ruleta rusa. Un eterno riesgo de autodestrucción, como en el grosero intento de despeje que acabó siendo una patada al aire, previo al golazo de Alberto Oca para el Yeclano. En su juego atolondrado, también es capaz de ofrecer destellos que no prevén ni los contrincantes, como el que le permitió marcar el cuarto tanto blanquinegro.

El chico puede tener condiciones, de lo contrario jamás habría llegado al fútbol profesional... eso que nadie lo ponga en duda. La pregunta es si el actual Valencia, transitando en el filo de la navaja deportivo que puede suponer la (casi) muerte económica, puede permitirse alinear a un jugador que, sobre todo, necesita muchas dosis de paciencia.

La Copa le viene bien para eso, por mucho que a Peter Lim le estorbe. Avanzar en ese torneo, más allá de evitar una nueva noche de vergüenza, da minutos a la unidad B o menos habituales, calificativo más amable. Hoy el Valencia estará en tercera ronda y ese partido, aunque sobrecargará el calendario, molestará menos si el domingo se consigue la victoria en Pucela.

Por eso se entendieron poco los minutos de la basura para Soler y, sobre todo, Gayà. Javi Gracia lo argumentó y nadie mejor que él sabe la situación de la plantilla. Lo que nadie desconoce es que, superado el viaje incómodo a Yecla, ahora toca centrarse en la Liga. Eso sí, se ganó algo de tranquilidad para preparar esa final.

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