![Economía de guerra en el Valencia](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/11/13/1467520640-RCkt5w8C6vGqCoyp1z9jqEJ-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Martes, 14 de noviembre 2023, 01:15
Economía de guerra en el pasado más reciente, también para el presente y, lo más triste, que la situación seguirá en el futuro a corto/medio plazo. El Valencia de ínfulas europeas se ha transformado –pese al esfuerzo del aficionado– en un proyecto más ... doméstico cuyas pretensiones no van más allá por ahora de mantenerse en Primera como sea, evitar sustos y esperar milagros. Sus cuentas reflejan con absoluta crudeza la realidad que palpa Baraja en Paterna.
Pese al aumento de los ingresos registrados (menos el de televisión, que baja por el pobre rendimiento deportivo y por el bocado que se lleva CVC), los gastos siguen menguando en una clara muestra de cuál es la tendencia dictada desde Singapur por el máximo accionista. Hay que ahorrar como sea, aunque eso suponga recortar en la partida que más duele a la afición y que más influencia tiene en el propio devenir de la entidad: la plantilla. De hecho, es la menos valorada (147 millones) de todas las plantillas valencianistas desde que el portal especializado en la materia empezó con sus registros.
Todo, en definitiva, para lograr lo que Peter Lim denomina sostenibilidad y equilibrio, que es lo mismo que 'no voy a poner más dinero' aunque eso suponga tener un equipo con chavales de la casa y un empobrecimiento general del club. El Valencia se encoge a marchas forzadas y sólo hay que ver el presupuesto trazado para este curso (2023-24), situado por debajo de los cien millones de euros (99,8), el más bajo de la era meritoniana si tenemos en cuenta que en la 2014-15, los 77 millones que se fijaron excluían, entre otras cosas, el fichaje de futbolistas que llegaron a préstamo como Rodrigo, Andre Gomes y Cancelo.
24 millones en ventas
Cumplir esos 99 millones parece un objetivo que no va a ser traumático. Hasta los informes de los auditores son en esta ocasión algo más benevolentes que los que se ofrecían los últimos años. Aún así, cada verano siempre se repite la misma historia, pendientes los aficionados de ver a quién vende Meriton para poder encajar aunque sea con calzador el presupuesto. Hay que tener en cuenta que la partida que se reservaba para venta de activos en esta ocasión era de 24 millones de euros, objetivo que se puede decir que se alcanzó en gran medida por los traspasos este pasado verano de Yunus Musah y de Uros Racic, además de otros pellizcos por cláusulas de otros futbolistas que se vendieron tiempo atrás.
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El Valencia va a presentar el 14 de diciembre ante sus accionistas –los pocos que puedan ir porque sigue la restricción del 1 por mil– unas cuentas y presupuesto escuálidos, entre las que destaca por encima de todo esos poco más de 60 millones de coste de plantilla (más otros 12 millones en amortizaciones, que es la parte que se paga cada año de los fichajes), por supuesto nada que ver con los años semidorados en los que se ganaba el título de Copa y se disfrutaba de billete para la Liga de Campeones.
El descenso de inversión es notable. En el curso 2021-22 los gastos de personal estaban cifrados en 94 millones mientras que en la 2022-23 la cifra se redujo a 84 millones, de los cuales 9,5 corresponden a gastos no deportivos.
El esfuerzo de los responsables de la entidad –los de aquí– en compensar los balances ha sido notable. De ahí que en esa búsqueda constante del equilibrio presupuestario, se observa que se ha pasado de los 110 millones de ingresos (2021-22) a los 121 del curso pasado (2022-23). Eso no evita, no obstante, que se vuelvan a sumar pérdidas. Otra vez. No han sido en esta ocasión los 44 millones de pérdidas que se recogieron hace un año pero sí vuelve a estar en rojo, con 1,1 millones, cantidad que después de impuestos se eleva hasta los 7 millones en negativo.
El Valencia sigue arrastrando una sangrante herida con la deuda. No hay forma de quitársela de encima. Son 335 millones de euros los que se arrastran, un 13% menos (44 millones) de esos 375 que le martilleaban hace justo un año. Como todo se fía a la construcción del nuevo Mestalla, la condena tardará aún en dejar un respiro a la entidad, que se ve asfixiada en cada ejercicio cada vez que debe hacer frente a los pagos de las fichas.
De hecho, el 70% de la cifra de negocio va destinado al pago de la deuda y antes del próximo mes de junio debe hacer frente a 134 millones de euros. El cómo es una incógnita pero desde luego se da por buena la fórmula de los pagarés, aunque popularmente siempre despierte inquietudes. El último dinero que prestó Peter Lim al club (diciembre de 2022, 35 millones de euros) sirvió para aliviar la indigestión del pago de las nóminas. Entre otras cosas, el club tiene el agobiante desafío de conseguir una reestructuración de la deuda. Fue, de hecho, lo primero que hizo Lim nada más llegar al Valencia, negociando con los bancos el paso de buena parte de la deuda de corto a largo plazo. Pan para hoy, hambre para mañana.
Para esta campaña (2023-24), se han dibujado unos ingresos que por abonos son de 15,1 millones, por competiciones 7,2, por televisión los anteriormente citados de 59,7 y por comercialización y publicidad 17,5. De Baraja y sus futbolistas dependerá que parte de esos pronósticos se cumplan.
Peter Lim cerró hace tiempo su billetera en lo que al Valencia se refiere. La última vez que la abrió fue hace justo un año, para poner en la caja fuerte blanquinegra 35 millones de euros, de los que 15 se dispusieron el mismo mes de diciembre, 19,5 en junio y otros 500.000 euros en agosto para terminar de pagar las nóminas.
La situación no es ni mucho menos fácil. Aunque el club siempre se escuda en el apoyo financiero que en determinados momentos ha dado Peter Lim (los auditores siempre lo han destacado en sus informes), la realidad es que el máximo accionista ha ido capitalizando su deuda, al margen de que el Valencia haya tenido que recurrir a entidades financieras para salir de los apuros más apremiantes. Lim aportó 100 millones nada más aterrizar (diciembre de 2014 100 millones); en julio de 2015 otros 38 millones; 17 millones en 2020, y esos 35 de diciembre del pasado año. El préstamo acabo capitalizándose, excepto el último. ¿Se va a devolver o va a capitalizar? De momento, no se ha deslizado que vaya a repetirse la situación por lo que es un dinero que el club debe devolver.
El préstamo tiene sus interés –es obligado por ley– y el 70% de ese montante es prorrateado en partes iguales desde el 15 de diciembre de 2024 hasta el 15 de diciembre de 2028, mientras que el 30% restante se ha fijado para el 1 de julio de 2029. En garantía se han establecido que los primeros cinco millones de euros (por jugador) recibidos por la venta de cualquier futbolista.
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