El embudo de la cantera del Valencia

El Valencia de Meriton debe replantearse el proyecto de cantera. La realidad no le deja otra opción. El Mestalla es el peor filial de la Liga. Pero hay más. Por puntos, en una imaginaria clasificación de los 102 equipos que han disputado la Segunda B la presente campaña, estaría en el puesto 97 de la clasificación.

El primer castigo ha sido un descenso hasta la Segunda RFEF, la cuarta división del fútbol español. El segundo golpe puede llegar en un mes si no logra remontar el vuelo y descender hasta el quinto escalón, la nueva Tercera RFEF. Ha descendido ya una categoría y tiene un mes para, al menos, no perder otra y jugar en la temporada 2021-2022 en el quinto escalón del fútbol español.

El tercer castigo no tiene nada que ver con la clasificación, pero puede ser el que más consecuencias tenga en el futuro del Valencia. Todo depende de la capacidad de Sean Bai, director de la academia del Valencia, junto a Luis Martínez, con el que comparte y supervisa el trabajo en las categorías inferiores del club de Mestalla, para trazar un plan lo suficientemente atractivo con el que convencer a las jóvenes promesas blanquinegras de que continúen en Paterna y no decidan hacer las maletas y buscar otros filiales en los que formarse como futbolistas.

La caída libre del Mestalla no sólo frena la preparación de los jugadores del filial que aspiran a tener algún que otro minuto en el primer equipo. También afecta a los jugadores juveniles, sobre todo a aquellos que tienen talento y ya piensan en un futuro a corto o medio plazo.

Los futbolistas del Mestalla se verán abocados a disputar minutos en una competición muy alejada a Primera. Si el salto de Segunda B a la élite ya es complicado para los chavales, el que deberían dar desde cuatro menos supone una auténtica escalada. De cara a la próxima campaña, lo lógico, sería que los jugadores más destacados del club blanquinegro como Jesús Vázquez, Guillem Molina, Koba Koindredi e incluso Fran Pérez (18 años) diesen el salto al primer equipo. Todo depende de los planes de Anil Murthy y, sobre todo Peter Lim, para su Valencia. Aunque todo parece indicar que el mercado será igual de parecido al de este verano y habrá poco movimiento.

El verano pasado regresaron de sus respectivas cesiones Uros Racic, Toni Lato y Álex Blanco (Benidorm, 1998) y se subió a Yunus Musah. Cristian Rivero también asumió ficha del primer equipo con la intención de cubrir una teórica marcha de Cillessen. Aunque una de las mayores apuestas tras la marcha de Ferran Torres fue su compañero en las categorías inferiores, Hugo Guillamón a quien por cierto, Chema Sanz, ayudante de Javi Gracia, no alineaba en el filial. El navarro, de quien no se sabe si estará o no la próxima temporada, también ha preferido a Diakhaby por delante del de l'Eliana.

Seguir el lógico paso por el filial de los Guillamón o Rivero, es casi impensable para algunos de los jugadores del juvenil A. Los de Miguel Ángel Angulo han completado una gran campaña y pueden convertirse en vencedores del Grupo VII y clasificarse para la Copa de Campeones. El problema es, ¿dónde crecerán las jóvenes promesas? Futbolistas como Fabio Blanco, en quien se han fijado varios clubes, ya se plantean marcharse. Las cesiones parecen ser el mejor plan de crecimiento para ellos lo que desemboca en otro dilema: ¿Quién devolverá al filial donde merece estar?