![Valencia CF | Empieza la cuenta atrás para el entierro de la ATE](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202104/14/media/cortadas/LF2UIB51-R8B4pb5z4BocSfT4qU5VjUL-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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El tiempo pasa volando pero 2.192 días son muchos para no haber hecho absolutamente nada. Esos más de dos mil y pico días son los que habrán transcurrido desde el 15 de mayo de 2015 –cuando salió publicada la ATE en el BOPV aunque un día antes lo hizo en el Diario Oficial de la Comunitat–hasta el próximo 15 de mayo, cuando concluya el plazo previsto. Hoy, 15 de abril, empieza la cuenta atrás para el enterramiento de la mayor operación urbanística de la historia del Valencia en el que todos admitieron estar implicados en su creación aunque ahora nadie, Meriton incluido, asume la autoría de su fallecimiento. Muchos aficionados pueden considerar la compra, la construcción en 1923 y la posterior ampliación de lo que se convertiría en el viejo Luis Casanova como el hecho más significativo en los más de cien años de la historia del club, pero esta vez se trata del fracaso de un plan urbanístico descomunal que afectaba de lleno a la tercera capital de España al incluir la transformación radical de la avenida de Aragón y el cambio definitivo del equipo de fútbol al nuevo Mestalla de Cortes Valencianas. Valencia, como ciudad, iba a experimentar una transformación en la única zona del centro urbano que queda por construir gracias a este plan de Actuación Territorial Estratégica apadrinado por el PP. Y, de manera paralela, el club obtendría, por esa concesión política que le permitía aumentar los metros de uso terciario, el dinero suficiente para iniciar una nueva era en un estadio sin tanto aroma como el viejo Mestalla pero preparado para afrontar los principales retos comerciales del siglo XXI. La nueva era del fútbol. Meriton llegó en 2014 siendo plenamente consciente del reto urbanístico que tenía por delante aunque la obligación contractual se esfumó con el acuerdo de compraventa accionarial que permitió Aurelio Martínez cuando lideraba la Fundación. Pero siete años después tiene a todos los políticos y una ciudad con una mole de hormigón como anfitrión en una de las principales vías de acceso. Lo último que se ha sabido de manera oficial por parte de la administración pública fueron las palabras de Arcadi España, conseller de Obras Públicas y Movilidad, a este mismo periódico hace cuatro días. «Creo que cuando en un club se deja de hablar del juego y se pasa a hacerlo de otras cosas, está claro que algo se tiene que hacer mejor... Lo único que sabemos es que no sabemos el proyecto de la actual dirección».
Atizar por su irresponsabilidad a Meriton se ha convertido ya en una práctica habitual y da igual que sea un grupo que reúne a varios colectivos descontentos como los que forman De Torino a Mestalla; una vicealcaldesa socialista de la que depende el área de Urbanismo (Sandra Gómez); un alcalde de Compromís que unas veces aprieta y otras se muestra condescendiente; un conseller como Arcadi que tenía mucho que decir para el hipotético caso de que se tuviera que conceder la prórroga, o el mismo presidente de la Generalitat, Ximo Puig. La chapuza de la ATE desde el punto de vista del Valencia deja el famoso 'pelotazo' de Porxinos de Juan Soler a la altura del betún.
Porxinos ha sido un fiasco de la misma manera que la ATE va a dejar cuentas pendientes al Valencia, y no sólo la factura desde el punto de vista social por el descarado enfrentamiento con la administración, sino también un perjuicio económico: pérdida de la garantía que se puso como aval y la cuestión de qué pasará con las obligaciones contraídas por el club de cara a la propia sociedad valenciana: construcción del pabellón para el barrio de Benicalap y adecuación de la urbanización de la zona del nuevo estadio. Hay munición para argumentar desde el punto de vista jurídico acciones de futuro contra los actuales dirigentes, según consideran algunos expertos juristas.
Hasta el nuevo capellán del Valencia reflexionaba en voz alta pensando en las consecuencias económicas que se han venido abajo para los comerciantes que viendo la oportunidad de negocio se embarcaron en proyectos en las cercanías del nuevo estadio. Las persianas de muchos bajos siguen bajadas. Ruina para casi todos.
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