Lourdes Martí
Valencia
Jueves, 23 de septiembre 2021, 19:35
Marcelino García Toral regresa el sábado a Mestalla. Al estadio que tuvo a sus pies. Dos años después de su fulminante despido, el asturiano tendrá la oportunidad de recibir por primera vez una ovación de agradecimiento (su anterior visita no tenía ... público en la grada). Y el adiós, o un hasta luego, nunca se sabe, que no tuvo en su día.
Publicidad
El vacío espiritual que dejó el actual entrenador del Athletic en el banquillo del Valencia no lo llenó Albert Celades ni tampoco Javi Gracia. Más allá de cuestiones deportivas, la pasional grada de Mestalla, desde casa o en su butaca, necesita algo más en la banda. Y eso es justo lo que tiene José Bordalás. Quién iba a decir que el hombre que lideró el Getafe que más odió, futbolísticamente hablando, el valencianismo iba a ganarse tan pronto el respeto de esas mismas personas.
Este sábado, en Mestalla, Bordalás cederá el protagonismo en el arranque del partido a Marcelino. La enemistad entre ambos es tan remota como conocida públicamente. Pero el alicantino, que sabe cómo funciona esto del fútbol, es consciente que en el corazón de los aficionados blanquinegros hay espacios para ambos. Aunque ellos no puedan verse ni en pintura. Ante el Real Madrid, los cerca de 29.000 aficionados que asistieron al estadio, excepto algunos merengues desperdigados en la casa del valencianismo, hicieron temblar de nuevo los cimientos del viejo estadio blanquinegro cuando el nombre de José Bordalás se anunció por megafonía.
Mañana no será extraño que los decibelios de Mestalla marquen el mismo nivel cuando se nombren a ambos. En el sillón presidencial, Anil Murthy, será testigo de ello. En 2019, con sus caprichosas decisiones, desmanteló el proyecto con el que el valencianismo tocó el cielo en Sevilla y empezaba a codearse de nuevo con los mejores equipos de Europa. Si el singapurense hablase, estaría bien preguntarle qué sintió al ver cómo dos años después de su partida, la afición todavía recuerda y respeta al asturiano. Incluso estando en nómina en otro club.
Publicidad
Porque el fútbol es así. Y no sólo la grada recuerda con cariño a Marcelino. Aunque el presidente del Valencia se ha encargado de eliminar la huella del asturiano en el club. Pronto se preocupó de reunir dinero para los finiquitos de cuerpo técnico y doctores, Mateu Alemany, Pablo Longoria o históricos como Paco Camarasa; también se apresuró en vender, o malvender, con la excusa del Covid-19 a futbolistas críticos con el despido de Marcelino como Garay, Parejo, Coquelin o Rodrigo.
Reencuentro con jugadores
Sin embargo, ya la campaña pasada no pudo evitar Murthy las imágenes del reencuentro en San Mamés entre el técnico y Paulista, Jaume Doménech o Gonçalo Guedes. Lo que sí que esquivó el presidente del Valencia fue presenciar esos abrazos y risas cómplices en directo ya que justo entonces había viajado a Singapur.
Publicidad
El desencuentro entre Bordalás y el exvalencianista se remonta al 15 de septiembre de 2005. El actual técnico blanquinegro dirigía al Alicante y el Recreativo de Huelva tenía al asturiano en el banquillo. Se jugaba la segunda ronda de Copa y en la prórroga, con la remontada de los valencianos, la relación empezó a truncarse.
Trece años más tarde, el torneo del ko volvía a reunirlos. O más bien, desunirlos. En la previa del Getafe-Valencia de la temporada 2018-2019, Marcelino dio en lo más preciado de Bordalás. Le criticó su estilo: «El Getafe juega al borde del reglamento». El entonces técnico del cuadro azulón contraatacó: «No tengo nada con ningún entrenador, pero sí he visto que Marcelino ha tenido problemas con muchos. Ya sabéis lo que dijo Jurgen Klopp en el último enfrentamiento que tuvo con él». Aludía Bordalás a que el alemán dijo tras un partido que no le gustaría ser «ni por un segundo» como el asturiano.
Publicidad
Marcelino respondió otra vez en sala de prensa y recordó que la esposa del Cata Díaz había llamado a Bordalás «falso, traidor y cobarde». La tensión dialéctica se trasladó al terreno de juego. Tanto los futbolistas como la afición vivieron dos partidos coperos en el que ambos equipos iban al límite. Aunque forme parte de la centenaria historia del Valencia y ningún blanquinegro vaya a olvidar nunca con quién se abrazó en la remontada en Mestalla en los cuartos de final de la Copa del centenario, aquel choque terminó de forma vergonzosa: con una tangana entre jugadores y cuerpos técnicos y médicos de ambos clubes además de una grada, la blanquinegra, dedicándole todo tipo de improperios a Bordalás y su gente.
Mientras, ambos protagonistas, que sabían que las miradas iban a ir hacia ellos evitaban la foto. Marcelino aludía a diferentes motivos para salir después de que el colegiado de turno diese el pitido inicial y se apresuraba a sentarse en el banquillo. Al terminar, lo mismo. Aquella campaña, por cierto, además de arrebatarle la oportunidad de levantar una Copa que terminó alzando Parejo, el Valencia también logró la última plaza Champions por la que peleaba el Getafe de Bordalás.
Publicidad
Tras el despido de Marcelino, llegó Celades y después Javi Gracia. Ese verano ya sonó Bordalás para el banquillo blanquinegro. Pero finalmente siguió en el Getafe. El asturiano, después de un paréntesis fuera del fútbol, acudió al rescate de un desahuciado Athletic.salió tarde, esta vez no tuvo otra ocurrencia que afirmar que le había dado «un apretoncito» que le hizo incluso perderse el primer tanto del Getafe.
Este miércoles, Bordalás se dio la mano con Lopetegui en un gesto de concordia necesario siempre en el fútbol. Los técnicos dejaban atrás el enfrentamiento que protagonizaron la temporada pasada en un partido en el que acabaron expulsados después de enzarzarse por una entrada de un jugador del Getafe a Ocampos y un feo reproche del vasco al alicantino. Ojalá ese perdón implícito se vea mañana en Mestalla. salió tarde, esta vez no tuvo otra ocurrencia que afirmar que le había dado «un apretoncito» que le hizo incluso perderse el primer tanto del Getafe.
Noticia Patrocinada
Hoy Bordalás y Marcelino vuelven a hablar el uno sobre el otro en las ruedas de prensa respectivas que han montado sus departamentos de prensa. La afición blanquinegra recibirá con cariño a ambos. De eso no hay ninguna duda. ¿Y entre ellos? Pues no estaría de más algo de cortesía, por el escudo del Valencia y el fútbol pero es poco probable que pese al ambiente cordial de la grada, uno y otro cumplan con la foto del saludo inicial. salió tarde, esta vez no tuvo otra ocurrencia que afirmar que le había dado «un apretoncito» que le hizo incluso perderse el primer tanto del Getafe.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.