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Guus Hiddink durante un partido en Mestalla JOSÉ MARÍN
El entrenador que cambió los métodos del Valencia

El entrenador que cambió los métodos del Valencia

Guus Hiddink ·

El técnico neerlandés fue un revolucionario con sus entrenamientos de la escuela holandesa priorizando el balón

MARC ESCRIBANO

Valencia

Domingo, 26 de septiembre 2021, 18:54

Fue el hombre que introdujo la filosofía europea en el Valencia. «Hiddink, mano dura. Lo de la Copa no tiene perdón». Ese mensaje se podía leer en la grada de Mestalla (por aquel entonces bajo el nombre de Estadio Luis Casanova) en el acto de presentación de la plantilla del Valencia para la temporada 91-92 después de la estrepitosa caída en cuartos de final ante el Mallorca y una séptima posición en la anterior Liga.

«Veníamos de tres años con Víctor Espárrago, los dos primeros buenísimos y el tercero no tanto, que era un entrenador muy metódico que trabajaba mucho el aspecto físico y pocos entrenamientos con balón. Además era una persona seria que no dialogaba mucho, muy recta, pero que le sacó mucho rendimiento al equipo. Con la llegada de Guus Hiddink con su carácter dialogante nos impresionó el hecho de que los entrenamientos eran todos con balón. Especialmente las pretemporadas, que antes eran solo físicas y con él era todo con la pelota», comenta Voro sobre el desembarco del neerlandés.

El exentrenador del Valencia anunció hace unos días su retirada de los banquillos a sus 74 años abandonando la selección de Curazao, su último empleo. El técnico neerlandés ocupó el banquillo de Mestalla durante tres temporadas. Su contratación dio comienzo a una etapa en la que Hiddink formó un buen conjunto que destacó por su buen juego y la admiración que despertaba por los campos españoles por los que pasaba durante los 163 encuentros que dirigió. Uno de sus logros fue convertir al Valencia en unos de los habituales en la Copa de la UEFA.

Así lo cuenta el exfutbolista Fernando Gómez: «Recuerdo muchas cosas de él, creo que fue uno de los mejores entrenadores que tuvo el Valencia durante la época en la que yo fui jugador, me sentí muy identificado con su forma de entrenar y de ver el fútbol». Respecto a su estilo de entrenamiento y juego, levantó opiniones diversas en la afición valencianista. «Sobre el terreno de juego fue quizá diferente a lo que más gusta en Valencia, que es ser defensivos y efectivos al contragolpe, difíciles de derrotar. Al final implantó una filosofía holandesa que nos trajo entrenamientos todos con balón, trabajando los aspectos condicionales físicos de forma integrada. Nos ayudó a saber salir de situaciones difíciles, el equipo combinaba muy bien y era muy ofensivo, teníamos facilidad para ganar a los equipos inferiores a nosotros y competíamos contra los grandes», confiesa Fernando.

Hiddink charla con Cruyff antes de un partido JOSÉ MARÍN

Voro, exjugador del Valencia, también vivió a Hiddink desde cerca. «Empezamos a hacer las pretemporadas en el extranjero, lo recuerdo muy dialogante, con buen carácter, que te hablaba las cosas claras y era cercano al futbolista. Teníamos además un buen grupo que estábamos todos creciendo, no era un entrenador táctico por decirlo de alguna forma, en aquella época le daba mucha importancia a tener la pelota e ir hacia arriba. Pasamos a meter más goles –también a encajar más–, pero hacíamos más partidos vistosos, ya que teníamos un caudal ofensivo grande y los que defendíamos lo hacíamos bien. Sus métodos eran avanzados para la época, era un entrenador que gastaba muchas bromas y trataba a todo el mundo bien, era muy extrovertido y cercano», declara.

«Guus Hiddink fue en nuestra generación quien nos hizo crecer futbolísticamente. Llegó con un nuevo sistema de entrenamiento, lo que provocó una mejora en el juego del equipo y como consecuencia que la afición valencianista disfrutase en Mestalla», afirma Fernando Giner. El exjugador del Valencia comenta que fue un entrenador que nunca cortaba la iniciativa dentro del terreno de juego y fuera del mismo tenía un trato muy cercano con todos. «Muestra de ello y como anécdota se puede contar que Guus participaba e impulsaba algunas de las fechorías que sufrían tanto los componentes de la plantilla, como los del propio cuerpo técnico, directivos y medios de comunicación. Siempre le estaré agradecido por su confianza y trato hacia mí», confiesa Giner.

En su primera temporada cosechó un meritorio cuarto puesto que al año siguiente repitió con otra cuarta plaza, que por aquel entonces garantizaba plaza para competir en la Copa de la UEFA. «Él nos clasificó dos años cuartos que ahora mismo significaría Champions League, se habló que fuera de casa el equipo no respondía, pero si no ganas fuera no puedes quedar cuarto», afirma Fernando.

Pero en la campaña 93-94, a principios del mes de noviembre, llegó el desastre en Karlsruhe. El Valencia era líder por aquel entonces de la Liga y viajó a la ciudad alemana con una ventaja de 3-1 en la ida de la eliminatoria de dieciseisavos de final de la Copa de la UEFA. El Valencia fue humillado por un contundente 7-0 con cuatro goles de Edgar Schmitt. Tras esta derrota, el equipo se desmoralizó. Encadenó diez partidos sin vencer en Liga y Hiddink fue despedido tras las undécima jornada. Durante aquella nefasta temporada pasaron hasta cuatro diferentes entrenadores por el equipo. Hiddink fue cesado en la jornada 11, Paco Real le sustituyó pero solo duró cinco encuentros de Liga.

El uruguayo Héctor Núñez fue cesado también tras la vigesimoséptima jornada al llegar el nuevo presidente, Paco Roig, que fue elegido en unas elecciones tras la dimisión de Arturo Tuzón y el breve paso de Melchor Hoyos. En el banquillo, José Manuel Rielo entrenó al equipo dos partidos tras el cambio en el palco, para dejar paso a un Hiddink que aceptó entrenar al equipo hasta el final de la temporada. «Cuando fue cesado en la tercera temporada y luego volvió, casi nos mete en UEFA, por lo tanto, tanto su forma de jugar y llevar el vestuario y cómo nos sentíamos, me parece que fue difícil de mejorar. Fue una novedad para todos y hay que valorar mucho lo que hizo en el Valencia. Estuve encantado con él, sentí mucho su salida del club y es uno de los grandes entrenadores que he tenido», se sincera Fernando.

Una vida dedicada al fútbol

El neerlandés Guus Hiddink nació en Wisch un 8 de noviembre del año 1946. Su debut en el fútbol profesional fue vistiendo la elástica del club De Graafschap en 1967. Tres años después dio el salto a uno de los equipos grandes de los Países Bajos, el PSV Eindhoven, donde durante dos temporadas no tuvo una actuación estelar. Volvió a su anterior club, el De Graafschap donde jugó otras siete temporadas hasta 1977, para enrolarse en el NEC Nijrmejen donde jugó hasta 1981.

Finalmente colgó las botas en 1982 jugando una vez más con el De Graafschap. Tras su retirada, tomó el puesto de entrenador del club, trabajo que ocupó durante dos años hasta fichar como técnico asistente en el PSV Eindhoven, repitiendo su camino como jugador. Con el gigante neerlandés alzó la Copa de Campeones de Europa –actual Champions League– en 1988, su mayor éxito como entrenador. Tras un breve paso por el Fenerbahçe, llegó a Valencia.

Además entrenó a otros dos equipos de la Liga española. Un Real Madrid del que fue destituido a mediados de temporada pese a haber ganado la Copa Intercontinental ya que el equipo iba sexto en la Liga; y el Betis, banquillo en el que solo se sentó para 13 partidos en un equipo que acabaría descendiendo a Segunda División.

Sus otros logros llegaron como seleccionador nacional. Fue el entrenador de los Países Bajos entre 1994 y 1998, llevando a los tulipanes al cuarto puesto del Mundial de Francia 1998. Repitió hazaña con la selección de Corea del Sur, con la que también alcanzó las semifinales del Mundial 2002 siendo la anfitriona. Una vez concluido este torneo, regresó al PSV Eindhoven. También pasó por la Selección de Australia, con la que alcanzó unos meritorios octavos de final del Mundial de Alemania 2006; y por la selección rusa, a la que consiguió llevar hasta las semifinales de la Eurocopa 2008, donde cayó eliminada por la España de Luis Aragonés. Con el Chelsea en 2009 consiguió ganar una FA Cup y alcanzó las semifinales de la Champions, aquellas famosas ante el Barça de Guardiola, conocidas como el escándalo de Stamford Bridge. Desde entonces su carrera fue en caída, pasando por la selección de Turquía, el Anzhi ruso, un fracaso como seleccionador holandés al no clasificar para la Eurocopa 2016, la selección de China sub-23 y el combinado nacional de Curazao, su último trabajo antes de la retirada definitiva.

Sin duda alguna, una carrera dedicada al fútbol, el deporte que practicó como profesional y que luego le llevó a lo más alto como entrenador. Su paso por grandes clubes y selecciones es digno de admirar y de recordar.

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