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Luis Aragonés en el banquillo de Mestalla. EFE
Entrenadores con buenos y malos principios en el Valencia

Entrenadores con buenos y malos principios en el Valencia

El túnel del tiempo ·

Luis Aragonés rozó una Liga pese a un inicio desastroso, con Di Stéfano siempre se mejoraba conforme pasaban las jornadas y con Cúper se llegó a dos finales tras un mal estreno

paco lloret

Viernes, 20 de agosto 2021, 23:23

Esto no es cómo empieza sino cómo termina«. La máxima se ha repetido hasta la saciedad. Un recurso del que suelen echar mano los entrenadores para justificar malos arranques o para detener estados de euforia. Luis Aragonés recalcaba que las temporadas se resuelven en las diez jornadas finales. El tramo decisivo. Cuando los caballos dejan atrás la última curva del hipódromo y encaran la recta de meta. Ese es el momento para llegar colocado y ganador. Su debut en el Valencia no pudo ser peor: severa derrota en Riazor. Sin embargo, fue el preludio de un ejercicio repleto de grandes momentos que concluyó también en Galicia cuando se rozó el título de campeón en Balaídos.

Pese a los títulos logrados, Alfredo di Stéfano representa el paradigma de un entrenador que no solía empezar con buen pie cuando dirigía al Valencia. Su primera etapa, comprendida entre las campañas 70-71 y la 73-74, se inició con una solitaria victoria en las cinco primeras jornadas. Debutó con derrota en el Bernabéu por 2-0, a renglón seguido dos encuentros seguidos en casa saldados con resultados contradictorios: goleada por 5-1 ante la UD Las Palmas y derrota por 0-1 con el Sevilla. Cara y cruz. A continuación, un meritorio empate a dos en Granada y una decepcionante igualada sin goles en Mestalla frente a la Real Sociedad que situaban al futuro campeón liguero lejos de la cabeza de la tabla. Nadie era capaz de intuir las grandes prestaciones que iba a desplegar aquel equipo.

Cinco años después, en 1979, Di Stéfano regresa al banquillo para hacerse cargo de un equipo que venía de conseguir la Copa del Rey. Casualidades del destino, el primer partido de la temporada es, de nuevo, en el Santiago Bernabéu, al igual que en septiembre de 1970. La historia se repite, los madridistas, que habían perdido la final copera con el Valencia, se imponen por 3-1. El conjunto de Mestalla suma dos derrotas y tres empates en las cinco primeras jornadas. En casa empata con el Salamanca y el Hércules. En los desplazamientos iguala con la Real Sociedad y pierde en El Molinón por 4-2. En la sexta jornada obtuvo el primer triunfo. Sin embargo, aquel equipo enderezó el rumbo aunque su principal logro fue la conquista de la Recopa.

La tercera etapa de Di Stéfano, el técnico que más veces ha dirigido al Valencia en su historia, también se inició con una derrota, aunque esta vez las circunstancias eran diferentes respecto a los anteriores precedentes. Se hizo cargo de la dirección en la jornada 23 de la temporada 85-86 después de la destitución de Valdez con el equipo en caída libre. Confiados en su buena estrella, los rectores del club, reclamaron desesperados su presencia para que evitara lo que resultó inevitable. En su estreno ya se pudo comprobar la magnitud de la crisis: el Valencia cayó en casa por 0-2 ante el Betis.

Héctor Cúper. AP

Otro entrenador de origen argentino que inició su etapa de forma irregular fue Héctor Cúper. Su estreno liguero al frente del Valencia es uno de los más desastrosos de todos los tiempos. En la campaña 99-00 acumuló cuatro derrotas y un empate en las cinco primeras jornadas. Sin ese lastre el conjunto de Mestalla habría tenido opciones de llevarse el título. Al final del campeonato ocupó la tercera plaza, a tan sólo cinco puntos del Deportivo, que cantó el alirón. Sin embargo, esos números tan espantosos contrastan con su excelente papel en Europa y en la Supercopa. En el verano de 1999, los valencianistas batieron al Barça en la final del torneo que enfrentaba al campeón de Liga y Copa. El Valencia, sl mismo tiempo, superó la fase previa para debutar en la Champions, torneo en el que protagonizó un papel sobresaliente y se vivieron noches gloriosas.

En las antípodas de estos casos se sitúa Unai Emery. Sus inicios fueron muy buenos en cada una de las cuatro temporadas en las que se sentó en el banquillo de Mestalla: siempre venció en el primer partido de cada ejercicio y en la campaña de su estreno, la 08-09, acumuló cinco triunfos y dos empates en los siete primeros encuentros del torneo. Esa fue una constante en las tres siguientes cuando logró clasificar al Valencia para la Champions. Rafa Benítez y Marcelino comparten grandes debuts. El asturiano firmo uno arrollador, mantuvo invicto al Valencia durante 13 jornadas con nueve triunfos, de ellos ocho consecutivos, en los que su equipo marcó la friolera de 28 goles. Benítez también estableció esa marca de imbatibilidad en su primer año, rota en San Sebastián, aunque el patrón de resultados no era tan espectacular: triunfos discretos como local y empates a domicilio. Su mejor arranque fue en la temporada 03-04, la del doblete, con un empate y seis victorias en las primeras siete jornadas. Aquel Valencia encadenó tres triunfos seguidos en los campos del Atlético y Barça, y en Mestalla contra el Madrid, sin recibir ningún gol. A esa lista se podría añadir las dos temporadas completas de Quique, con el mérito añadido en la 06-07 de un gran papel en Champions.

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