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Fernando: «Valdano me fulminó. En tres meses pasé de la mejor temporada de mi vida a la nada»

Ex futbolista del Valencia (1983-1998) ·

El centrocampista estuvo quince temporadas en el primer equipo: «Veía la portería grande. No tuve velocidad pero sí la inteligencia de estar en el punto adecuado»

Héctor Esteban

Valencia

Domingo, 19 de agosto 2018, 01:16

-¿Cuáles son sus primeros recuerdos del Valencia CF?

-Jugaba en el Colegio Salgui. Guillot me vio y lo tuvo claro. Había llevado a jugadores al Valencia. Alguien le diría: ves a ver al chaval. Empecé a ir a entrenar. Con 15 años fui a un torneo con el infantil del Valencia a Barcelona, con Juanín de entrenador, y después a Murcia con el juvenil. Tomateta, Pepe Hernández y Guillot eran los técnicos. En ese juvenil estaban Martín Viñals, Solaz... Yo esperaba ir al juvenil B, pero Guillot le dijo a Valdez: llévate al chaval a la pretemporada y decides. Acabé en el División de Honor.

-¿Cómo llega Fernando al fútbol?

-En casa no había tradición. Veíamos el partido del sábado en la tele. Iba al Valencia cuando Mestre le daba a mi padre un par de entradas. Mi padre trabajaba en Jesuitas y Mestre llevaba a sus hijos. El día del Sporting, del Cádiz... Sí que íbamos a ver al Mestalla los domingos a las doce con la regaliz en la boca.

-Fernando salió de la calle.

-San Marcelino era un barrio con huerta y allí se jugaba al fútbol. Yo jugaba mucho en la calle, contra los de la otra manzana en el patio interior. Cruyff decía que había estado muchas horas en la escuela del Ajax pero muchas más en la calle. El juego de la calle te da mucho.

-¿Quién le lleva al Salgui?

-Yo estudiaba en Jesuitas. Y como en la calle no lo hacía mal fui a hacer una prueba al Salgui de portero. La segunda vez que volví fue como jugador, a los diez años. Estaba José Girón, Vigara... un equipo muy fuerte. En la liga de los niños de San Vicente sólo me dejaron jugar con un permiso médico para competir con niños de 12 y 15. Jugaba de libre. Mi padre veía que me iba bien pero hasta que no subí al primer equipo lo más importante eran los estudios.

-¿Quién fue su ídolo?

-Valdez pero yo ni era zurdo ni rápido ni extremo. Ya en el Valencia, pues Kempes, o el cariño de Sempere, Arias, Castellanos, Pablo, Saura, Serrat... Conviví con un grupo que me acogió muy bien.

«Valdano me fulminó. En tres meses pasé de la temporada de mi vida a la nada»

-¿Recuerda aquel primer día con los mayores?

-Mi primera entrada sería en el hotel Montduver en la pretemporada de 1983. Mi compañero de habitación era Sixto Casabona. Recuerdo tener una foto con una mesa de desayuno junto a Sempere, Serrat y Revert. Los veteranos valoraban la humildad con la que llegábamos. Ese año subimos Sixto, Revert, Granero y yo. No había que desentonar.

-¿Quién le abrió la puerta del primer equipo del Valencia?

-Paquito. Yo llevaba dos años en el División de Honor. Jugué en Gandia, en Tarragona, el Villa de Madrid... Empezó la Liga, entrenaba con el Valencia y jugaba con el Mestalla siendo tercer año de juvenil.

-¿Se acuerda de su debut?

-El 15 de enero de 1984 en Valladolid. Fui titular. Perdimos 2-1 con gol de Minguela. Y mi primer partido en Mestalla un Valencia-Real Madrid (0-0). Mi primer gol fue al Atlético en Mestalla con el 14 a la espalda. Hice tres goles en esa Liga y luego ya fui jugador del primer equipo con Roberto Gil.

-¿Con Fernando en el campo el Valencia habría descendido en el 86?

-Es una buena pregunta. No lo sé. Seguramente podría haber aportado cosas que hubiesen ayudado a evitarlo. Me lesioné el 15 de diciembre y se bajó por poco. A veces gasto la broma de que conmigo no hubiera bajado. Estaba asentado en el equipo. Los compañeros lo dieron todo pero la dinámica nos aplastó.

Fernando lideró al Valencia a finales de los ochenta y en los noventa; ejerció de capitán. Javier Peiró

-¿Qué entrenadores le marcaron?

-Paquito y Roberto me dieron la alternativa; Di Stéfano por su sabiduría; Espárrago porque nos hizo levantar el vuelo pero los que más Hiddink y Luis Aragonés.

-¿Disfrutaba con Hiddink?

-Sí, sí... Incluso con Espárrago, que era muy recto y que cuando te decía algo lo hacía delante de todos. También me dio mucha libertad. Con Hiddink disfrutamos todos. Existe cierta crítica por no haber títulos pero quedábamos tercero y cuarto y le ganábamos al Real Madrid y al Barcelona.

-¿Y Aragonés?

-Con Luis había un equipo muy consistente y nos daba mucha libertad a los tres de arriba. Hicimos entre Mijatovic, Gálvez, Viola y yo más de sesenta goles. Era muy directo. Hablaba poco pero muy sincero. El 80% de la gente, jugase o no, estaba contenta con él.

«Sempere me dijo: llevas tres años aquí, tienes que tomar el mando del equipo»

-Con Ranieri no fue lo mismo.

-No engañó a nadie. No le gustaba un jugador como yo. Le achaco que si me da la oportunidad, juego bien y el equipo gana pues que no me mantuviera. Vino cuando echaron a Valdano por llevar cero puntos en cuatro partidos. Perdimos en casa con el Madrid el quinto. Vamos a Valladolid, juego de titular, ganamos 0-3. Contra el Hércules en Copa, 0-3 y marco. Y luego fui reserva, y reserva... En Gijón soy titular y ganamos 0-3, con Piojo delante. Piensas, ¿por qué no me da más? Diferente fue Valdano, que decía que estaba maravillado conmigo y me hizo desaparecer de manera fulminante tras hacer la mejor temporada de mi vida con Aragonés. En tres meses pasé de todo a nada, con treinta años.

-¿Le decepcionó la forma en la que salió del Valencia?

-La forma de salir la pedí yo. Tenía un año de contrato más, hablé con Llorente, se portó bien conmigo en esa ocasión y llegamos a un acuerdo. Me pagó bien. Ranieri iba a continuar, con él la pelota la veíamos poco y yo no jugaba mucho. Quería disfrutar. Quizá mi salida se pudo tratar de otra manera tras quince años. No es rencor pero si veo otras despedidas que ni tuve ni tendré.

-¿Su mejor momento?

-Subir de Segunda y a los dos años estar en Europa, la Copa del Rey del 95, el año de Aragonés fue espectacular con el duelo con el Atlético.

-¿Se pudo ir del Valencia?

-Tres veces al Barcelona, tres veces al Real Madrid y dos al Atlético pero siempre dejé que decidiera el Valencia. Me quería quedar, nunca forcé nada y si el club decidía que me quedara significaba mucho para mí. Te preguntas si hiciste bien... Con treinta años, tener una oferta del Real Madrid por dos años... podía haber ido y vuelto como Sol... Fui a Inglaterra y acabé en el Castellón.

-¿Con quién se entendía mejor?

-La relación Fernando-Mijatovic y Fernando-Penev fue muy buena. Se desmarcaban muy bien. Para un centrocampista los defensas son importantes y siempre recibí de Arias, Camarasa, Voro, Giner, Nando, Quique, Romero... Sempere una vez me dijo: llevas un par de años y ahora te tienes que hacer con el mando del equipo. Sentía que cuando la pedía me la daban. De cara al gol, con Eloy, Álvaro, Flores, Toni, Piojo...

-¿Tomó el mando en el vestuario?

-Ahora hay más razones para tomar el mando en el vestuario. Antes no salías en televisión, había cinco medios, con la directiva negociábamos las primas y no nos veíamos. Era todo más familiar. Si la dinámica no era buena hablábamos entre todos.

-¿Su mejor gol?

-La gente habla del que le hice al Murcia en Mestalla pero yo siempre digo que el de Bilbao. Hubo un cabezazo muy difícil de ejecutar en Pamplona a pase de Álvaro, la volea contra el Oviedo... Tuve gol desde muy pequeño. En el División de Honor jugaba de mediocentro y marqué 33 goles. En el Mestalla 13 goles en 12 partidos. Yo veía la portería grande. No tenía velocidad ni cambio de ritmo pero sí técnica en el disparo y control, e inteligencia para estar en el sitio adecuado.

-¿Sintió el respeto de Mestalla?

-Me sentí querido. Entendí las críticas cuando las cosas no iban bien pero hubiera querido que la grada se fijara en las estadísticas, en si uno la pide, en cómo juega, en que no me escondía.

-¿Le faltó un título?

-Sí, la Copa del 95 o los dos subcampeonatos de Liga. Por eso siempre me quise quedar. Yo quería un título con el Valencia. Ganarlo en el Barcelona o el Madrid era fácil. No lo logré. En diez días viví el mejor y el peor momento, clasificarme para la final y después perderla. La final de Copa, perdíamos 1-0 sin merecerlo. Empatamos y llegó la lluvia.

«San Marcelino tenía huerta y se jugaba. Lo decía Cruyff, el fútbol de la calle te da mucho»

-¿Qué jugador le marcó mejor?

-Martín González de Osasuna. Era incómodo, cumplía la misión a la perfección y eso que fue uno de los equipos al que más goles hice.

-¿El mejor estadio fuera de casa?

-San Mamés, siempre competíamos. El Molinón, el Calderón, el Pizjuán...

-¿Qué le pide al centenario?

-Que se viva con sentimiento, que el club se lo tome con seriedad. Vamos a estar volcados y que se compagine con un éxito deportivo.

-¿Siente que el Valencia ha tratado bien a Fernando?

-No tengo queja. Soy claro y a veces incomoda. Mi hijo me dice: ¿cómo no estás toda la vida en el Valencia siendo quién eres? Le digo que el fútbol se decide por otros motivos. No estoy obsesionado con trabajar en el Valencia. No iré a buscar trabajo, si quieren algo saben dónde estoy. Siempre escucharé al Valencia.

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lasprovincias Fernando: «Valdano me fulminó. En tres meses pasé de la mejor temporada de mi vida a la nada»