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El exdirector de Deportes de la Generalitat Valenciana Mateo Castellá. IRENE MARSILLA
Mateo Castellá: «El error cometido con Peter Lim fue no firmar por escrito los veinte puntos de la venta del Valencia CF»

Mateo Castellá: «El error cometido con Peter Lim fue no firmar por escrito los veinte puntos de la venta del Valencia CF»

El patrono de la Generalitat en aquel proceso, defiende su labor: «Liberé al Consell del aval y cumplí el mandato de apoyar la oferta que querían todos»

Héctor Esteban

Valencia

Miércoles, 25 de noviembre 2020, 00:07

Mateo Castellá Bonet conoce de primer mano el proceso de venta del Valencia Club de Fútbol. Fue el patrono de la Generalitat por su condición de director general de Deportes. Vivió todo el proceso desde dentro. El corazón valencianista le pedía una cosa pero se debía a un interés institucional. Su misión era, por encima de todo, liberar al Gobierno valenciano del aval de Bankia. Cumplió el objetivo. Hoy puede ver todo aquello desde la distancia, como aficionado. Ha dejado la política y trabaja en un despacho de abogados. La venta del Valencia Club de Fútbol fueron sus días más duros como cargo público.

–¿Qué le parece la situación que vive ahora mismo el Valencia Club de Fútbol?

–Es muy preocupante a nivel económico y social.

–¿Esperaba que seis años después de la venta a Peter Lim el club iba a estar en esta deriva?

–A nivel social sí, porque se vendió a una persona que no era de aquí. Esto es un negocio. Su sueño no era besarse el escudo. No logramos que nadie de la sociedad valenciana se quedara con el club. Salvo la oferta de Cerberus, que sí quería después vender las acciones a los aficionados, el resto eran propietarios que buscaban la mayoría accionarial.

–¿Era la de Peter Lim la mejor oferta para quedarse con el Valencia?

–A toro pasado es fácil opinar y según la auditoría sí que era la mejor propuesta que había sobre la mesa. A mí me dolía que viniera una persona de fuera a comprar el Valencia. Nadie se comprometió por escrito a mantener los veinte puntos del proceso de venta. Ese fue el gran error. Y ahí están los incumplimientos. Hubo un informe que contrató el Valencia a Mariano Durán -exdecano del Colegio de Abogados- que desaconsejaba que se vendiera el club sin un contrato específico. Se pidió otro informe y se vendió. Yo representaba a la Generalitat y había que salir de la dificultad del aval de Bankia. La encomienda que recibí fue: apoya la que voten todos.

–¿Su función era liberar a la Generalitat?

–Lo principal era quitarnos de enmedio, por muy valencianistas que fuéramos todos. Salir de allí y respaldar la voluntad de la mayoría de los patronos. Todas las ofertas liberaban al Gobierno valenciano de esa carga y apoyamos la de todos.

–¿Como aficionado se siente engañado por Meriton?

–Como valencianista me siento muy triste. Ya escribí hace 23 años que estaba en contra de que el club fuera una sociedad anónima deportiva. Fue muy de agradecer lo que hicieron los hermanos Roig de vender en 2001 sus acciones en paquetes de nueve con un compromiso de que nadie las vendiera durante un plazo de cinco años y que casi todo el mundo incumplió. Fue un intento de democratizar el club y perdimos una gran oportunidad. Ojalá ahora se pueda devolver a la sociedad.

–La Diputación y el Ayuntamiento de Valencia votaron en contra de la venta a Meriton a finales de julio de 2014.

–Si me hubiera opuesto a una propuesta que liberaba a la Generalitat del aval hubiera tenido que asumir una responsabilidad.

–¿Como aficionado hubiera votado a favor?

–Me hubiera abstenido, estoy en contra de la concentración accionarial.

–Aquellos días fueron muy convulsos. Manifestaciones, declaraciones y actos multitudinarios en Mestalla con la tribuna llena. ¿Hubo mucha presión para vender el club a Lim en aquella reunión en el hotel Valencia Palace?

–La votación en mayo de 2014 fue a mano alzada. Hubo una persona que pidió el voto secreto y no se permitió. La ley dice que si alguien lo pide tiene que ser secreto, pero urgía salir de allí para que Bankia no ejecutara.

–¿Presionó Amadeo Salvo para que el voto fuera alzada?

–El sentir mayoritario era a mano alzada. No hay que olvidar las broncas que hubo de las que también fui blanco de alguna de ellas. Se optó por la mano alzada.

–¿Lo llegó a pasar mal a nivel personal aquellos días?

–Lo pasé mal porque insisto en que estoy en contra de la concentración de acciones. Además, ninguna de las propuestas, salvo Cerberus, quería democratizar el club. Pero tenía que dar la cara por la Generalitat y así lo hice. El momento económico no era bueno. Fue una época desagradable en lo personal.

–Amadeo Salvo y Aurelio Martínez fueron los dos baluartes de la venta a Lim, ¿cuál fue su papel?

–Salvo era el presidente del Valencia y confiaba ciegamente en Lim. Aurelio Martínez tenía mucha interlocución con Bankia y con el Consell. A uno le veías la ilusión y el otro siempre tuvo un buen trato con nosotros.

–¿Dominaba Amadeo Salvo la voluntad de los patronos para que se vendiera a Meriton?

–Todo el mundo confiaba mucho en lo que él decía y en la propuesta de Lim.

–¿Meriton se comprometió a terminar el estadio aunque nunca quedó por escrito con rotundidad en el contrato de venta?

–Se nos dijo que se iban a iniciar las obras y que estaría para el centenario. Lo dijo el representante de Meriton en el palco de Mestalla. Claro que se comprometió. Al Ayuntamiento de Valencia le hubiera gustado verlo por escrito y por eso votó en contra. El centenario pasó y la obra sigue ahí.

–¿Cree que Aurelio Martínez se vio sobrepasado por la situación y al final sólo pensaba en que acabara todo aquel proceso?

–Quería salir de la situación. Es un gran aficionado. Algún día llegamos a pedirle que no se lo dejara. La tensión y el riesgo que tenía el club era evidente. Él también confiaba que aquella, la oferta de Peter Lim, era la mejor opción aunque no firmara la venta.

–¿Meriton ha engañado a todo el mundo?

–Bueno, al final sólo no engañó a la Generalitat porque cumplió con el tema del aval, pero el tiempo le ha dado la razón a Mariano Durán, que pidió los compromisos por escrito. Había prisa por salir de esa situación de interinidad

–¿Hubiera sido mejor entrar en un concurso de acreedores?

–Viendo la trayectoria, por ejemplo del Levante, pues sí. Pero si el Valencia hubiera entrado en 2009 en concurso igual estaríamos como el Mallorca. La trayectoria social del Levante a lo largo de estos años ha sido inversa a la del Valencia.

–¿Qué cree va a pasar con el Valencia en un futuro?

–No me atrevo a decirlo. Deseamos devolver el club a los valencianos con esa iniciativa que encabeza Juan Martín Queralt y abrirlo. Pero en el momento en el que estamos, en una situación casi de bancarrota... no tengo una bola de cristal.

–¿Cuál es la solución al nuevo Mestalla?

–Acabarlo. Vender el actual estadio y comercializar los espacios del nuevo. No hay otra. Hay unos compromisos con la Actuación Territorial Estratégica (ATE) que hay que cumplir.

–¿Los políticos le tienen miedo al Valencia?

–Ha sido históricamente así pero más que miedo creo que se le tiene respeto.

–¿El Valencia puede hacer que se ganen o pierdan elecciones?

–Puede influir y ningún político se va a posicionar en contra de lo que quiere el Valencia, otra cosa es que lo que quiere el club sea lo que necesite el Valencia. Las dos cosas no van siempre de la mano.

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