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ALBERTO MARTÍNEZ | TONI CALERO
Lunes, 30 de diciembre 2019
Era el día perfecto. Descanso en los colegios y niños ociosos, en el ecuador de sus vacaciones, para saciar su apetito de fútbol e ídolos. El Valencia y el Levante programaron prácticamente a la misma hora sus entrenamientos de puertas abiertas. Mestalla y el Ciutat de València al servicio de los más pequeños, con dos sesiones de trabajo muy suaves y el objetivo de que las aficiones despidieran 2019 viendo de cerca a los futbolistas. Fue la mañana del adiós a un año satisfactorio para ambas entidades, casi un aperitivo de un 2020 a la vuelta de la esquina que también promete emociones fuertes. En el campo del Valencia todo es felicidad en lo que respecto a lo deportivo; en el del Levante la grada apuesta por dar un pasito más desde ya para aspirar a algo más que la permanencia.
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En total, 13.000 personas en los dos principales estadios de la ciudad, 10.000 de ellas en Mestalla. Desde mucho antes del inicio del entrenamiento (11 horas) había colas en la Avenida de Suecia. La afición desbordó la previsión del club, así que el Valencia tuvo que abrir la zona de Anfiteatro después de ver cómo Tribuna (6.500 butacas) se llenaba incluso antes de que saltaran los futbolistas y el cuerpo técnico. Con los capitanes a la cabeza, la plantilla blanquinegra se fotografió delante de los seguidores y al finalizar, repartió regalos (balones, bufandas, banderines) para poner punto y final a un año, el del Centenario, inolvidable.
Dentro del baño de masas generalizado de Mestalla, destacó el cariño del público valencianista hacia el grupo consolidado de canteranos (Gayà, Carlos Soler y Ferran Torres) además de Maxi Gómez y Dani Parejo. El capitán, muy implicado, logró hace tiempo enterrar la división de opiniones respecto a su figura y ayer quedó claro que es uno de los más queridos tanto por los mayores como por los más pequeños.
La Tribuna del Ciutat de València también se llenó de ilusión. Cerca de 3.000 aficionados, muchos de ellos niños, se volcaron con los jugadores del Levante en su vuelta al trabajo. Fue un entrenamiento 'light', pero colorido. Los hinchas querían estar cerca del equipo, que despide el año generando altas expectativas. Con 26 puntos en el bolsillo, los de Paco López se sitúan a 12 del descenso y a sólo cuatro de los puestos de Europa League. Una situación sensacional a pesar de la irregularidad que ha marcado la primera fase del campeonato y que deja la sensación de que los azulgrana están preparados para algo más que la permanencia en 2020.
Fue una jornada diferente. Llena de emoción y cercanía. Cuando terminó la sesión preparatoria, los futbolistas ejercieron de Reyes Magos y regalaron numerosos balones y bufandas a los seguidores. Después, los integrantes de la plantilla se acercaron a la grada para fotografiarse con los aficionados y firmar autógrafos. Sin prisas. Con una sonrisa. Los más aclamados, Morales y Campaña.También el técnico, Paco López, cuya personalidad ha calado hondo en Orriols. Una ovación especial recibió Vezo. El portugués, en plena recuperación de una rotura de menisco, recibió el aliento de los granotas. 40 minutos después de acabar el entrenamiento, Clerc, Melero o Postigo seguían atendiendo a la afición. Un día especial.
Tras una semana de vacaciones, el Levante volvió al trabajo con las pilas cargadas. Y la enfermería se va despejando de cara al partido del sábado ante el Atlético. Duarte y Melero, quienes ultiman la recuperación de sus respectivas lesiones, realizaron junto al grupo la primera fase del entrenamiento y luego completaron ejercicios específicos a las órdenes del rehabilitador. Vezo, Iván y Róber siguen de baja.
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