Antonio Ribes era de esas personas que te atrapan. Con una personalidad arrolladora, vivía las cosas con intensidad. Dedicado laboralmente a firmas de moda (representó durante muchos años a McGregor), tenía debilidad por el Valencia. Y más concretamente por la cantera. Fue embajador del Mestalla durante muchos años. Quería, apoyaba y defendía la promoción de los chavales para que se hicieran un hueco en el primer equipo. Muchos lo recordarán, siempre elegante, siempre educado, siempre respetuoso, en la grada del Antonio Puchades sufriendo y disfrutando de su mestalleta. Antonio ha muerto a los 88 años de edad. Hoy sus amigos y sus familiares le velarán en el tanatorio de la avenida de los Naranjos de Valencia y mañana tendrá lugar una misa, en el mismo recinto, a partir de las 10.30 horas.
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Era tan reivindicativo como agradecido. Un texto, unas palabras, una referencia a favor de la cantera valencianista tenían siempre un gesto de cariño de Antonio Ribes. No se le escapaba ni una. Conocía a todo el mundo y todos los mostraban respeto por su amabilidad y corrección. Vivía muy cerca del estadio de Mestalla, casi podía sentir desde casa el pálpito del coliseo blanquinegro. El Mestalla le debe tanto amor y cariño como él le demostró. Además, fue directivo de la Federación de Fútbol de la Comunitat Valenciana, en concreto fue asesor de la junta directiva y encargado de las relaciones externas.
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