El Valencia se lanza a por el bético Feddal para taponar la hemorragia en defensa

Zouhair Feddal. Es el último nombre apuntado y ya con trazo grueso de una copiosa lista que ha puesto a prueba –al poco de llegar a un cargo que nunca había ostentado– la sagacidad futbolística y la capacidad negociadora de César Sánchez. El Valencia quiere que el veterano defensa del Betis sea el refuerzo que tapone la hemorragia en defensa que mantiene al equipo de Celades alejado sobre todo de los puestos de Liga de Campeones. Antes de Feddal, un fuerte central de 30 años con amplia experiencia en el Calcio y en Primera pero que ahora apenas ha estado contando para Rubi, han pasado por el objetivo valencianista un buen número de futbolistas: el cedido Jorge Sáenz; los vallisoletanos Salisu y Javi Sánchez, el mallorquinista Valjent, el bético Sidnei y otro buen puñado de candidatos que reunían la peculiaridad de poder abrir la puerta de sus clubes en el momento más crítico de la temporada.

Ezequiel Garay se lesionó el 1 de febrero. Este martes se cumplen 24 días desde el trágico percance del argentino, confirmado prácticamente al día siguiente. Cinco partidos después, con una eliminatoria de octavos de final de la Champions cuesta arriba incluida, unos cuartos de Copa del Rey desperdiciados y tres cara a cara fracasados con rivales muy directos en la lucha por Europa (Getafe, Atlético de Madrid y Real Sociedad), el Valencia todavía sigue sin cubrir esta grave carencia. Ha tenido que lesionarse Gabriel Paulista para que la escasa capacidad de Diakhaby (15 millones de euros invertidos) y las limitaciones físicas de Mangala pongan al descubierto el desajuste de planificación que ha tenido el club en esta parcela tan sensible del equipo.

Eso, unido al arreón verbal que dio el sábado pasado Parejo y amplificado sobre todo por la sensible caída del Valencia merced a unos resultados lamentables, han puesto a los responsables de la entidad en estado de alerta. De hecho, antes de que desde Sevilla descubrieran la negociación entre Betis y Valencia, se había puesto en primera línea de fuego la opción de Javi Sánchez, que está cedido por el Real Madrid al Valladolid y que sólo había disputado hasta la fecha un partido con el equipo pucelano.

La dificultad para el Valencia es máxima si se tiene en cuenta que no se ha contemplado la vía de echar el resto desde el punto de vista económico. Salisu, por ejemplo, tiene 12 millones de euros de cláusula de rescisión pero en Valladolid nunca han dudado de que no iba a salir ahora por la razón de que este verano, el jugador tendrá contratos más jugosos. El Valencia no puede estirar tanto.

En diferente tesitura se encuentra Zouhair Feddal Agharbi (23-12-1989). Le queda de contrato con el Betis hasta junio de 2021 y esta temporada tan sólo ha participado en 11 encuentros (10 de Liga y uno de Copa). La expulsión contra el Getafe (por protestar estando en el banquillo), con dos partidos de sanción, le sacaron de manera definitiva del once y Rubi ya no ha vuelto a contar con él como al principio. La cesión es una fórmula en la que estaban hablando los clubes pero con el condicionante para el Valencia de que en junio tendrá que hacer efectiva una opción de compra obligada, matiz que le permitiría al Betis sacar algo de dinero por el jugador. Los verdiblancos pagaron en verano de 2017 al Alavés 3 millones de euros.

De físico imponente (1,92 m), ha sido internacional por Marruecos en 14 ocasiones y experiencia tiene de sobra, tanto en la liga española como en el Calcio (jugó en el Parma, Palermo y Siena). Lo más curioso de su trayectoria fue su paso cuando era joven por equipos más modestos españoles: Mataró, Terrassa, Teruel, San Roque de Lepe y Espanyol B.

El acelerón en la negociación puede terminar de un momento a otro. En la noche de este lunes, por ejemplo, se desconocía todavía si al final Feddal podría convertirse esta misma semana en jugador blanquinegro y si, en ese caso, estaría habilitado para jugar el sábado en Mestalla contra el que es todavía su equipo (Valencia-Betis).