Un día se respira euforia, una semana después se da casi todo por perdido y a la siguiente vuelve a girar la rueda para pasar ... a una esperanza contenida. En este vaivén constante en el que se ha convertido la candidatura de Valencia para ser sede del Mundial 2030 –por culpa de la negativa de Layhoon a firmar los compromisos de garantía para tener listo el nuevo Mestalla–, el último episodio viene bajo la fórmula de presión. Desde la Federación Española nunca se ha querido dar por descolgada a Valencia pero una cosa es tenerla como una de las favoritas por prestigio e infraestructura, por ejemplo, y otra bien distinta que FIFA acepte darle un tratamiento especial y diferente al resto de aspirantes.
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La paciencia que desde Madrid se ha evidenciado desde el principio de este proceso empieza a ser cada vez menor. Y eso es el tema principal sobre el que girará la cita que está prevista con todos los representantes de la candidatura valenciana (Ayuntamiento, Generalitat y Valencia CF). Los plazos se han ido poco menos que adaptándose a la especial idiosincrasia que presenta la problemática valenciana, con ese conflicto entre el club y el Ayuntamiento con el tema urbanístico, pero en la Federación Española empiezan ya a hablar de fechas más o menos concretos, de días de margen. Y eso es la diferencia respecto a otros momentos. Estamos a mitad prácticamente del mes de junio y desde el comité español se habla de la semana que viene o, como mucho, los próximos diez días. Ese es el plazo que se maneja para que Valencia despeje ya todo el enrevesado asunto que encierra el tema del nuevo Mestalla. Sin la firma de la presidenta valencianista no hay opción alguna de optar a ser sede del Mundial.
El tiempo empieza a ser agobiante y Meriton por ahora no ha cedido en su posición. Lim no quiere que el club se comprometa a tener listo el estadio si no obtiene a cambio una cláusula escapatoria que le libre de ello si con el Ayuntamiento no se resuelven los temas pendientes, que no son otros que las licencias y las fichas.
El problema es que desde el Consistorio lo de las licencias sigue el procedimiento administrativo correspondiente –esa es la versión oficial que siempre se ha dado– mientras que con las fichas es cuando surge la polémica. El bloqueo de la oposición –y de Vox– a la aprobación de las fichas (si no iban cosidas a las garantías de Meriton y el convenio), hizo que en el último momento el propio Vox y el PP pactaran la búsqueda de una solución alternativa viable. Sólo hay dos plenos antes de agosto pero el de junio es clave ya que el de julio coincidiría con el plazo que tiene la Federación Española para remitir (31 de agosto) toda la documentación a FIFA.
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PP y Vox se pusieron manos a la obra tras el último pleno municipal para buscar una alternativa a las fichas urbanísticas. Este jueves habló sobre ello Juanma Badenas (Vox), que apuntó que ambos partidos quieren que a partir del 3 de agosto Lim no pueda obtener beneficios urbanísticos vinculados al nuevo Mestalla. «Estamos trabajando los dos grupos municipales que formamos parte del gobierno en una solución que impida que Lim obtenga los beneficios urbanísticos y las plusvalías el 3 de agosto. Estamos trabajando en un documento conjunto», dijo para apuntar que les pasará un informe jurídico al respecto.
La Federación ha programado una serie de reuniones con todas las candidaturas a sedes (ciudades, gobiernos autonómicos y clubes) y subsedes con el fin de hacer un chequeo general que sirva para repasar una vez más toda la documentación que se maneja sobre el asunto. En el caso de la carpeta de Valencia, por parte federativa quien lleva la voz cantante es María Tato, que desde el primer momento ha considerado la opción valenciana como una parte más que importante dentro del contexto español. Valencia tiene una infraestructura hotelera que cumple con creces las necesidades que se manejan en este tipo de acontecimientos.
Pero por mucha fuerza que se quiera hacer desde Madrid, a la FIFA el problema intrínseco que tiene el Valencia CF con las autoridades sólo le genera desconfianza, principalmente porque, entre otras cosas, el estadio lleva parado quince años.
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A pesar de todo este inquieto escenario, todas las partes implicadas admiten, siempre con diferente grado, sus buenas intenciones pero el club debe dar para ello su brazo a torcer. Otra cosa bien diferente es qué opinión pueda tener al respecto el máximo accionista desde Singapur, ya que el Mundial de España y sobre todo que sea dentro de seis años le debe pillar bastante lejos.
De no producirse finalmente el acuerdo, Valencia podría optar a aspirar a ser subsede (apoyo a la sede), situándose a la misma altura que otras ciudades y campos como el Anxo Carro (Lugo), el Ponte dos Brazos (Arteixo), El Sadar, la ciudad deportiva Antonio Asensio (Mallorca), el Ibiza y el Cuenca, por citar algunos ejemplos. De las 72 subsedes presentadas en total, 54 de ellas corresponden a España. Valencia ofrecería una gran cantidad de alojamiento, un aeropuerto y hasta campos de entrenamiento como podrían ser los de la ciudad deportiva del Levante.
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