Se va sumando fuera y ganando en casa

En cuanto al juego, un Valencia que ya salió de puestos de descenso, y que con esa reducción, que no erradicación absoluta de tensión, mejor podía hacer las cosas, con menos preocupación por el error, y centrándose más en la forma, en la vía para lograr un buen resultado, que en el mismo propiamente dicho, como único objetivo al que darle importancia. Desde luego que lo es, pero cuando sólo piensas en eso, te olvidas o no estás tan pendiente de preocuparte por el cómo, que es lo que te llevará, seguramente, a ese objetivo.

En cuanto a los jugadores, un Girona que, con la Champions League, y la baja de jugadores como Artem Dovbyk o Savinho, ha perdido un potencial ofensivo extraordinario. Su modelo e intención de juego, la de siempre, la que le llevó al éxito la temporada pasada, pero los resultados y puntos en la clasificación, muy diferentes. Ya no hay tanto desequilibrio, ni tanta efectividad arriba, a la vez, que su rendimiento defensivo ha bajado esta temporada.

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En el Valencia, Carlos Corberán volvió a plantear el 5-4-1, que le está dando buen resultado. Quizá no sea un sistema tan apropiado para jugar contra equipos claramente superiores, pero sí complica mucho al rival en el aspecto ofensivo, para luego aprovechar las contras y hacer daño. El Valencia logró ser protagonista, hizo un buen partido, controló durante muchos tramos el juego, no concedió demasiado atrás y pisó más de lo esperado el área rival. Un partido muy abierto, seguramente no a gusto de los entrenadores, pero tal y como se dio, no era malo para los nuestros, era bastante peor para los del Girona.

El equipo catalán, como comentaba anteriormente, es un equipo que pone en evidencia sus carencias. Lleva seis enfrentamientos seguidos sin ganar, y eso es fruto de, primero sus problemas ofensivos, sin acabar demasiadas jugadas y perdiendo más balones de los habituales en su construcción de juego, y proporcionando al rival una clara posibilidad de contragolpe. Por eso sus enfrentamientos son tan abiertos, y el Valencia supo aprovecharlo, cerró bien en defensa, y contragolpeó. Un par de buenas paradas de Giorgi Mamardashvili y el fantástico gol de Cristhian Stuani. Nada más.

Dejar al Girona en su estadio con tan pocas oportunidades de gol, y generar un potencial peligro en área rival de manera constante, me hizo sentir que el Valencia lo estaba llevando bien. Una lástima que ellos empataran tan pronto. Suele pasar, y sin duda no permitir tan rápida recuperación del contrario nos acercaría a mejores resultados, seguro. Pero se va sumando fuera y ganando en casa.