El gol de Ferrer Díaz

Aquel sorprendente gol decidió el partido, el único en una tarde de emoción contenida. Gracias a ese solitario tanto, el Valencia venció al Barça en Mestalla. Antonio Ferrer Díaz fue su autor y aquella temporada, la 74-75, era su primera como valencianista después de haber pertenecido al Levante UD durante cuatro ejercicios. Aquel gol dio mucho que hablar tanto por su elaboración –su autor pretendía centrar la pelota– como por las consecuencias que tuvo. Rinus Michels, el entrenador holandés del conjunto barcelonista, manifestó a la conclusión del encuentro que su equipo había perdido cualquier esperanza de reeditar el título conquistado en la anterior temporada. Este discurso resignado contrastaba con la euforia local. Milovan Ciric, el técnico valencianista, no cabía de gozo expresado con un titular contundente: «Hemos hecho el mejor partido de la temporada».

El protagonista de la tarde fue Fernando Tirapu por su impecable marcaje a Johan Cruyff. El polivalente futbolista navarro, otro de los debutantes en ese ejercicio con el Valencia, anuló al holandés sin necesidad de faltas ni tarascadas. Esta cuestión le restó protagonismo a Ferrer Díaz en su día de mayor gloria futbolística. Aquel gol fue el único que logró en Mestalla a lo largo de sus dos campañas como valencianista y sirvió, al mismo tiempo, para cortar la racha de resultados negativos con el Barcelona, que había vencido en sus dos anteriores visitas, una racha a la que se sumaban sendos empates y otras tantas derrotas en el Camp Nou. La última victoria del Valencia se remontaba a noviembre de 1971, también por 1-0 y, curiosamente, gracias a un gol de otro exfutbolista del Levante UD, Sergio. Para mayor coincidencia, ambos tantos se lograron en la segunda parte. Eso sí, cada uno en una portería diferente, el de Sergio a Reina en la del Gol Xicotet, el de Ferrer Díaz a Sadurní en la del Gol Gran.

El domingo 23 de febrero de 1975 Mestalla vistió sus mejores galas, mucho ambiente aunque ambos contendientes no atravesaban por un buen momento. El Valencia venía de empatar en San Mamés a uno y su trayectoria estaba plena de altibajos. La primera vuelta la había cerrado con un espectacular triunfo en La Condomina por 1-5. Una semana después, en el Bernabéu, estuvo a punto de dar la campanada aunque finalmente cayó por 3-2. En ambos encuentros marcó Ferrer Díaz. Esa facilidad goleadora lejos de casa se había transformado en acusada sequía como local. El Valencia había empatado a cero en sus anteriores actuaciones en Mestalla antes de recibir al conjunto catalán. El Elche y el Zaragoza no pasaron por excesivos agobios.

Ferrer Díaz había fichado por el Valencia después de cuatro campañas en el club granota, tres de ellas en Tercera y la última en Segunda División. Se trataba de un jugador zurdo, dinámico, con llegada al área contraria y muy sacrificado. No era brillante, pero sí eficaz. Su estilo se acoplaba a la nueva filosofía deportiva implantada en el club. Se buscaban refuerzos de escaso renombre en ese momento pero con proyección de futuro: Barrero, Tirapu, y Pereira acompañaron al interior ibicenco. Algunos cuajaron, otros no tanto. Desde la contratación de Sergio en el verano de 1970, ningún otro jugador levantinista había fichado por el Valencia hasta la incorporación de Ferrer Díaz.

El partido contra el Barça transcurría con enorme igualdad, pero en el minuto 20 de la segunda mitad se produjo el gol por accidente. La cabalgada por la banda izquierda de Ferrer Díaz acabó con un centro-chut a portería muy cerrado que sorprendió al portero barcelonista, algo adelantado, y que en su intento desesperado por evitar el gol ayudó a introducir el balón dentro de su portería mientras Pep Claramunt aguardaba al segundo palo para remachar la jugada. El gol, además de desatar la euforia en la grada, enardeció al equipo que, a partir de ese instante se vino arriba y sometió al Barça con un juego vertiginoso. En esa fase vibrante llegó la mejor jugada del partido, si en el gol el Valencia se había visto acompañado de la suerte, en este lance, el poste evitó que llegara el segundo. Salif Keita protagonizó una acción individual espectacular, regateó en carrera a tres contrarios, uno detrás de otro, mientras los aficionados enloquecían. Su disparo final no tuvo el premio merecido y se fue a la madera. Las palmas echaban humo. En esas jugadas extraordinarias de la estrella africana, no había rival que lo parar. Mestalla entraba en éxtasis.

De ahí al final, el Valencia controló la situación sin demasiados apuros. Gracias a ese triunfo, se situó en la tabla a un solo punto del Barcelona, muy cerca de la zona europea y con la moral por las nubes. Ferrer Díaz siguió en el club una temporada más hasta que al finalizar la 75-76 fue incluido junto a Sancayetano en la operación para contratar al centrocampista Juan Carlos que militaba en el Hércules. En Alicante permaneció un par de años más, ambos en Primera División. Su carrera concluyó, muchos años después, en el equipo de su tierra, la SD Ibiza.