Diego López fue el autor del gol del empate. EFE

¡Hay que fichar!

El Valencia se aferra al punto contra el antepenúltimo para creer en lo imposible| El tanto de Diego López nivela el duelo y el árbitro anula un gol de Dani Gómez por un fuera de juego anterior al remate

Jueves, 19 de diciembre 2024, 00:28

El barco sigue, no se sabe muy bien si hundiéndose en un mar profundo y oscuro o aferrándose a una mejoría insuficiente. El Valencia continúa metido en un espeso barrizal con un entrenador entrenador casi desquiciado. Cada partido es una rocambolesca prueba para Baraja, que ... parece totalmente agotado a la hora de inventarse cosas. El punto no sacia la hambruna permanente de este equipo, incapaz a veces de maniobrarse con soltura ante rivales que sobre el papel eran de una talla inferior. Lo dramático no es que el Valencia vaya a cerrar seguramente la primera vuelta del campeonato en puestos de la vergüenza, lo que asusta de verdad es que nadie haga algo por remediarlo. Y no se trata de apostar un día por una defensa de cinco y otro por el 4-4-2; o de tirar hacia adelante un día con un pivote defensivo y otro con dos; o por reconvertir a los dos extremos que tienes en lateral porque el que hay sano no da la talla... se trata de sacar dinero de donde sea para buscar refuerzos que te saquen donde te han metido estos jugadores. Hay en juego tanto que si no se le pone remedio en este mercado de invierno que asoma a la vuelta de la esquina, a este paso quizás en abril ya no haya nada que hacer. Ese es el gran problema.

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Porque hay cosas que empiezan a mostrar signos de debilitamiento. La defensa no funciona. Sin sus dos laterales titulares, Baraja no sabe cómo parchear el asunto. Hay ocasiones, como las que se vieron este miércoles, en la que los centrales se ven claramente superados por las circunstancias. A Puado, por ejemplo, los tres intentos que tuvo al principio le sirvieron para encontrar la finura necesaria antes del gol. Ni Rioja defendió como toca en la acción del centro desde su lado ni Mosquera estuvo en la posición correcta en el marcaje. Su salto lo dejó en evidencia. Es lo que tiene saber que juegas casi bajo mínimos. El susto lo había dado Puado a los veinte minutos, con ese balonazo que metió en el larguero, con ese cabezazo que pilló a Rioja fuera de sitio y con ese mano a mano que evitó Dimitrievski en el último momento después de que el delantero espanyolista se escapara en velocidad de Tárrega.

Y eso, teniendo en cuenta que el arranque del Valencia no fue timorato. En esos inicios, el equipo quiso presionar al Espanyol, casi más por reforzar su propia creencia que por convicciones futbolísticas. Estamos hablando de último contra antepenúltimo. En esas guerras está el Valencia, que cuando se veía casi con el empate antes del descanso recibió el estocazo.

¿Y qué hizo el Valencia entonces? Primero echarse una y otra vez las manos a la cabeza con la película a la que nos tiene acostumbrados Dani Gómez. Baraja en su fuero interno sabrá por qué apostó por este delantero en lugar de Hugo Duro, pero es algo ciertamente inexplicable. Lo de Dani Gómez es más de lo mismo. Tuvo una clara contra el portero espanyolista, solventó mal luego otra acción de ataque para desesperación hasta de sus propios compañeros y, ya al final, fue eso sí protagonista de ese gol que no subió y que levantó las sospechas de los valencianistas. El árbitro anuló el gol al considerar que estaba en fuera de juego cuando el balón había sido previamente mal interceptado por el portero. Baraja se quejó pero al colista se le ignora fácilmente. Ni el colegiado de campo ni el del VAR opinaron lo mismo, como también prefirieron mirar para otro lado en una caída de Tárrega dentro del área cuando el central fue arrastrado y empujado a la hierba.

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Menos mal que Diego López terminó cosiendo la herida abierta. El duro centro de Barrenechea lo aprovechó el extremo con un golpe con el interior que se acabó colando casi de manera inexplicable. Se produjeron momentos de cierta inquietud, con dos goles más anulados, uno por cada lado. Llegaron los cambios y el Valencia terminó resignado, optando por quedarse con la idea de que el punto debe servir para algo. Al menos, para dejar hasta el domingo más o menos tranquilo a Baraja. Eso sí, como Peter Lim no espabile y se dé cuenta que hay que fichar como sea, el Valencia puede continuar desangrándose en cualquier momento. No le da para más.

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