

Secciones
Servicios
Destacamos
La ciudad que consiga finalmente convertirse en sede para el Mundial 2030 ya se puede ir atando los machos. La FIFA organiza la cita mundialista, ... con todo lo que de beneficios económicos supone para las sedes, pero quiere una sumisión absoluta. Lo sabe Valencia (Ayuntamiento y Generalitat) y lo saben todas las ciudades que pujan a día de hoy todavía por participar en esa carrera contrarreloj que para algunos se ha convertido esa aspiración futbolística. Gijón, por ejemplo, está a punto de descabalgarse porque allí el Ayuntamiento no lo tiene nada claro al considerar que no quieren hipotecar la economía municipal, entre otras cosas también porque la empresa dueña del Sporting –que es la que lidera la candidatura– no da garantías en la futura remodelación de El Molinón (150 millones de euros). Valencia vive una situación con similitudes y diferencias respecto a Gijón, tanto en lo que a la postura del club se refiere como a los posicionamientos tanto de las propias administraciones como de los partidos políticos implicados.
Lo que está claro es que Ayuntamiento y Generalitat, aquí, sí que aceptan ese sometimiento tan particular que impone la FIFA en una amplia documentación a la que ha tenido acceso este periódico (132 páginas) y en la que, para hacerse una idea de cómo se las gasta la FIFA, se especifica que este organismo se reserva incluso la posibilidad de cambiar el nombre al estadio (al nuevo Mestalla en este caso) y aplicarle uno comercial o no con el fin de sacarle la rentabilidad económica que estime oportuno. «La ciudad anfitriona reconoce y acepta que la FIFA puede seleccionar cualquier nombre comercial o no que considere apropiado como nombre oficial del estadio a efectos relacionados con la competición y que dicho nombre oficial puede excluir cualquier referencia a cualquier patrocinador, propietario o usuario de derechos de nombre del Estadio».
Examinando punto por punto ese amplio listado de exigencias y condiciones que pone la FIFA, es hasta lógico pensar en un escenario incluso abusivo. De hecho, una de las reflexiones que expone el Ayuntamiento en la propuesta de acuerdo deja claro la «complejidad de los documentos», el «sometimiento al derecho suizo» que se plantea en caso de no haber un acuerdo amistoso, «la prevalencia del inglés» como idioma, así como el nulo margen que deja la FIFA para sus condiciones, que provoca que al Ayuntamiento sólo le queda la opción de «aceptarlas sin posibilidad de negociación», apuntado incluso que en la propuesta «plantea un gran número de objetivos diversos y que su redactado tiene un carácter marcadamente abstracto».
Así se las gasta la FIFA para los contratos de adhesión, dejando claro que para los que se queden fuera del nombramiento de sede no hay posibilidad de impugnación alguna o de «reclamar daños». Para curarse en salud, la Corporación municipal contrató los servicios de Uno One Legal Partners, un despacho profesional especializado en derecho deportivo internacional, con el fin de que examinara con detenimiento los documentos denominados 'Host City Agreement' (HCA), 'Host City Declaration' (HCD) y 'Stadium Agreement', que son los que recogen al fin y al cabo esos compromisos de adhesión tan estrictos que obligan a unos y a otros, y que en la reflexión jurídica que se recoge en la documentación municipal «no son el resultado de un acuerdo libre y equilibrado de las partes».
Ayuntamiento y Generalitat ya han puesto la rubrica al dossier que se ha enviado a FIFA vía Federación Española, y en la que destaca la conocida ausencia de la firma de Layhoon. El Valencia ya ha dejado claro que no va a firmar ningún documento mientras no se despeje el tema de las licencias, las fichas urbanísticas e incluso el convenio, y hasta el día 6 de marzo cuando se emita el fallo en la sala de lo contencioso-administrativo sobre la ATE, la escena se ha congelado para todos.
No obstante, hasta que se despeje en un sentido o en otro esa serie de acontecimientos que envuelven al nuevo Mestalla y al largo proceso urbanístico que se ha seguido desde que en 2009 se paralizaron las obras, poco a poco hay que ir digiriendo lo que pide la FIFA a cambio de participar en ese Mundial de 2030 sobre el que en Valencia hay cada vez más dudas. Casi tantas como en Gijón, que en los últimos días empezaba a hacerse a la idea de que lo verían por televisión.
Competiciones de prueba
España quiere el Mundial y Valencia no quiere quedarse fuera. Aunque ello obligue a sacrificios sobre los que la FIFA ejerce un control absoluto de todo, ya sea en el nuevo Mestalla como prácticamente en la ciudad. «Las obligaciones de la ciudad anfitriona se cumplirán en beneficio de la FIFA». Con esa frase recogida dentro de las disposiciones generales se resume prácticamente el aroma del acuerdo.
La FIFA tiene «derecho a organizar competiciones adicionales... como competiciones de prueba operativas para la competición» y ejercerá un control absoluto sobre: los productos que con licencia oficial se vendan; todo lo que tenga que ver con la cartelería promocional incluso en lo que al idioma del mismo se refiere («no estará obligada a utilizar ningún idioma o dialecto utilizado en el país anfitrión o la ciudad anfitriona»).
Se le debe pedir autorización sobre todo lo que tiene que ver de comunicados de prensa y se deja bien claro que nada de burocracia farragosa ya que la ciudad anfitriona «emitirá u obtendrá, de manera oportuna y acelerada y según lo solicite la FIFA... cualquier decreto, licencia, autorización, permiso, orden, decisión que pueda ser necesario».
La seguridad corre a cargo de Valencia, tanto «para los equipos, árbitros, el presidente de la FIFA los miembros VIP y la delegación de la FIFA» y pensando en los aficionados, hay que localizar dos 'fan zone' con capacidad para 15.000 personas. La FIFA por supuesto explotará todo lo que comercialmente tenga que ver en esos recintos, pero Valencia debería tener listos los abastecimientos de servicios, suministros y los correspondientes seguros. Se impone la prohibición de celebrar acontecimientos deportivos o festivos, como conciertos, desde dos semanas antes del primer partido hasta una semana después del último, por ejemplo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.