

Secciones
Servicios
Destacamos
Tanto plantarle cara a Rubiales con lo de priorizar al finalista de Copa como quería el discutido dirigente en lugar de al séptimo clasificado –como certificó la UEFA– y al final va a resultar todo mucho más sencillo de lo que parecía en un principio. Si por cualquier motivo –masivos contagios de los jugadores– la Liga no se pudiera finalmente reanudar (opción que actualmente cada vez se contempla menos), el Valencia jugaría la Europa League como séptimo clasificado que es actualmente. Supondría eso, al menos, un ligero respiro para Celades en su estreno en el banquillo de un club profesional, aunque el técnico ni mucho menos se quitaría de encima la exigencia que cada año imprime Peter Lim a sus proyectos de jugar la Champions como objetivo prioritario, más por necesidades económicas propias de la sociedad que por el prestigio deportivo que significa y que tanto cautiva a la afición blanquinegra.
En los últimos once años, el Valencia ha disputado en ocho temporadas alguna de las dos competiciones europeas. Pues bien, lleva camino de alcanzar su novena participación. Desde ayer, uno de los dos supuestos que en estos momentos hay –jugar o no jugar– favorece claramente las opciones de los valencianistas de amortiguar, al menos, el descalabro deportivo de este año. El hecho de que se pusieran de acuerdo este lunes Real Sociedad y Athletic en disputar la final de Copa del Rey con público acaba con las dudas y los debates porque, además, la Federación Española está totalmente a favor de esa postura que han escogido los clubes pensando en su afición. Jugar este histórico partido con público en las gradas descarta cualquier opción de que se pudiera celebrar antes de final de año, como ya han dejado claro las autoridades. La Federación Española se aviene a buscar «la fecha más conveniente para que dicha final sea la gran fiesta del fútbol español». Que le pregunten a los aficionados valencianistas si podrán algún día olvidar lo que vivieron el 25 de mayo pasado en el Villamarín.
El Athletic endureció el escenario al principio, posición que respaldó la Federación Española. «Entendemos que, en caso de finalizar anticipadamente las competiciones, debe aplicarse el criterio de asignar una plaza para la Europa League 2020-21 al finalista de Copa que no accede a través de la competición liguera», había dicho el Athletic.
Por eso ahora, el Valencia, como efecto colateral y al ser el vigente ganador del título, se convertirá en el campeón de Copa del Rey más duradero de la historia. La única condición establecida por la Federación es que el duelo entre el conjunto bilbaíno y la escuadra donostiarra tenga lugar antes del que habrá de dirimir el vencedor del torneo en la edición correspondiente a la campaña 2020-2021. Esta final de 2020 se tenía que haber decidido el 18 de abril en Sevilla
Y como la UEFA necesita a primeros de agosto tener claro cuáles son los equipos que van a disputar competiciones continentales la próxima temporada, la elección es evidente. La tercera plaza de la Europa League es para el séptimo. La UEFA remitió el pasado jueves un escrito a sus 55 federaciones miembro en el que reclamaba que todas las finales de Copa se disputasen antes de ese día y avisó que, en caso contrario, el torneo perdería su condición de pasarela hacia la segunda competición continental.
Lógicamente, todo dependerá de si el Valencia es capaz de amarrar esa posición en la tabla en el caso de que la temporada concluyera con las once jornadas que todavía restan por jugarse. Con 33 puntos todavía por disputarse, la tabla puede sufrir un vaivén importante. El Valencia está a tres del Atlético –sexto– y tiene la Liga de Campeones a cuatro, los mismos que lleva de ventaja a Villarreal y Granada.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.