Fran Villalba, a la izquierda, se declara admirador de Aimar. efe

Fran Villalba: «Un día estás en la cima y al otro estás abajo»

El futbolista que milita en el Almería repasa su subida meteórica en el Valencia, la caída en el olvido y la rehabilitación en el Numancia y el club andaluz

cayetano ros

Domingo, 21 de febrero 2021, 09:40

- ¿Se considera un artista?

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- Artista no, siempre quiero la pelota y dejar algún destello en cada partido que refleje que estoy disfrutando. Cuando disfruto, hago disfrutar a los demás. El jugador de talento, si no tiene el día, está jodido; el jugador de trabajo lo puede suplir de otra manera. El fútbol cada vez es más físico y queda menos calidad. Yo evito chocar porque tengo todas las de perder (mide 1,68 y pesa 63 kilos).

- ¿Vio jugar a Aimar?

- Es mi jugador favorito. Yo le imité una jugada: el caño pisado de espaldas. También me gustaron Iniesta y Silva, soy de ese tipo de futbolistas distintos.

- ¿Le marcó provenir del barrio de El Cabañal?

- Es un barrio humilde de Valencia y recuerdo una infancia pegado a un balón, jugando al fútbol en el colegio Los Escolapios, o pegando pelotazos contra una pared de metal del bar que tenía mis padres en la calle Remonta, 11º, 8º.

- ¿Ayudaba en el bar?

- Más que ayudar, la liaba. Era muy pequeño. En el piso de arriba vivían mis abuelos. Mi padre me metió el fútbol en la cabeza. Él jugó en Preferente en el Malva-rosa y después fue entrenador del equipo del barrio.

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- ¿Le metía mucha presión su padre?

- En ningún momento, sólo disfrutó de ver jugar a su hijo, y también sufrió cuando yo sufría. Aunque nos hemos enfadado, como todos, siempre ha sido una relación sana. Él ahora trabaja de camionero.

- ¿Por qué se casa tan joven?

- Estoy prometido con Miriam. Ella tiene 28 años y me da estabilidad. Estamos esperando a que el Covid nos permita casarnos. Si no es este verano, será el siguiente.

- Entró a los cinco años en el Valencia CF. ¿No es demasiado pronto?

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- A mí me fue bien. El aprendizaje del Valencia es diferente al de otra escuela. Fran Escribá me vio en un torneo que yo jugaba con Escolapios contra el Valencia. Yo he disfrutado desde niño, desde los torneos en Arona y Brunete, y no he tenido presión hasta llegar al Mestalla, cuando ya te sientes profesional y te ganas el pan de cada día.

- ¿Cómo fue su relación de amor-odio con el Barça?

- Ya me venían siguiendo tiempo hasta que, con 12 años, después de un torneo en Andalucía, Guillermo Amor habló con mi padre y le dijo que me querían. Aguanté solo un mes en La Masia. Me pasaba el día llorando. Me faltaba lo más importante para mí: mi padre. Quién sabe qué habría pasado de haber seguido allí.

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- A los 16 años ya estaba en el Juvenil A del Valencia con Rubén Baraja de técnico. ¿Qué supuso?

- Uno de los mejores entrenadores: sabía qué hacer con el futbolista. Me enseñó cómo salir de la presión, cómo perfilarme… Fue un privilegio trabajar con él porque sabe mucho.

- La firma Adidas le hace un contrato y Rufete, director deportivo del Valencia, otro.

- Yo ya venía recibiendo botas y ropa desde los 14 con Adidas y a los 17 me hicieron un contrato. Todavía sigo con ellos. Y Rufete me dio mucha tranquilidad. Firmé cuatro años.

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- De ahí a debutar, con 17, de la mano de Gary Neville con el primer equipo del Valencia, en Copa ante el Barakaldo.

- Tengo una gran amistad con Gary y Phil Neville. Aquí no le acompañaron los resultados, pero Gary hablaba mucho conmigo y me dio mucha confianza para jugar. Le estoy muy agradecido. Ese día fue muy especial para mí, debutar en el equipo de mi vida, donde había llegado con cinco años. Charlé con Negredo y salí con mucha confianza. Antes había hecho la pretemporada con Nuno y a punto estuve de debutar en Liga contra el Barça, pero marcó Alcácer el 1-1 y Voro prefirió aguantar el resultado con Tropi.

- Después apenas juega tres ratos en tres partidos, ante el Villarreal en Liga y dos de Copa, frente al Granada y el Barça en semifinales, y algo se rompe. El entusiasmo inicial desaparece.

- Tantos entrenadores en un año (Nuno, Gary Neville, Voro y Ayestaran) no es bueno para nadie. Y cuando se hizo cargo Ayestaran nos bajó a todos los canteranos al filial.

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- ¿Cómo gestionó el haber generado tantas expectativas?

- Estuve un año y medio jodido, porque pasé de jugar en el primer equipo a no hacerlo en el filial con Curro Torres. Fui yo quien decidió pasar al Juvenil A de Angulo en la Youth League. Un día estás en la cima y otro estás abajo. Me lo tomé con tranquilidad. A entrenar y a callar. Un futbolista joven tiene que jugar. Volví atrás para tomar impulso. Curro me dijo que el equipo iba bien con jugadores veteranos y yo no podía entrar. Lo entendí.

- ¿Era una cuestión física?

- No, el físico es lo de menos, se puede suplantar con la calidad. Mira Riqui Puig en el Barça, por ejemplo. Acabé jugando esa promoción y nos quedamos a un gol del ascenso en Albacete.

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- ¿Se sintió un juguete roto?

- No, juguete roto no, porque eso es el fútbol, caer e intentar subir poco a poco desde el Numancia, el Valencia y hasta donde estoy.

- También jugó en el Mestalla con Lubo Penev. ¿Cómo era?

- Como jugador lo he visto en vídeos y era espectacular. Como entrenador, tal vez por el idioma, pero no lo entendía ni yo ni nadie. No me sentí cómodo con su estilo de juego. Después sí, con (Miguel) Grau jugamos muy bien y estuvimos cerca del 'play off'.

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- Entonces surge el Numancia.

- Fui feliz. Tengo un gran recuerdo de Soria y del Numancia. Allí tuve al mejor entrenador, Aritz López Garai, que me enseñó cosas del fútbol que yo no había vivido. Fui su ojito derecho. Jugué 40 partidos (cuatro goles y siete asistencias) y disfruté muchísimo, siempre jugando desde atrás.

- Volvió al Valencia y ¿Marcelino no le dio suficiente bola?

- Sí me dio, jugué muchos minutos en la pretemporada, pero me habló claro. 'Aquí están por delante en tu puesto Cheryshev y Guedes. Vas a jugar poco. Es mejor que te vayas'. Se portó bien.

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- ¿Por qué se va a Inglaterra (el Birmingham, en la Championship, adonde llegó libre)?

- Decidimos probar esa experiencia. Lo mejor de Inglaterra es el ambiente, ganes, pierdas o empates, siempre te aplauden. Recuerdo cómo nos animaban después de perder 3-0 contra el Swansea. Empecé muy bien, con Pep Clotet y Paco Herrera en el banquillo, jugué mucho en la primera vuelta. Con cuatro cosas diferentes, la gente se volvía loca. Pero cambiaron de estilo y ya no jugaba. Lo peor es el físico: yo no puedo competir contra esas bestias.

- Y llegó cedido en enero de 2020 al Almería para subir a Primera.

- Es un proyecto increíble.

- ¿Cómo fue la relación con Guti?

- Apenas estuve tres meses con él. Fue más culpa nuestra que suya (que lo acabaran destituyendo).

- ¿Y ahora con José Gomes?

- Siempre quiere ser protagonista, juegue en casa o en el campo del Espanyol. En la Copa disfruté muchísimo: eliminamos al Alavés, a Osasuna y competimos con el Sevilla, el coco de la Copa. Tenemos una gran plantilla.

- ¿Mejor que la del Valencia?

- Pienso que sí. Al menos tenemos una gran competencia.

- ¿Cómo ve la decadencia del Valencia?

- Es un año complicado, se han ido grandes jugadores y Marcelino hizo cosas extraordinarias. Hay que sufrir y salvar al equipo como sea.

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- ¿Sería titular en el actual Valencia?

- No sé, eso no depende de mí, pero capacidad para jugar, seguro.

- ¿Le gustaría volver?

- Ojalá. Es el equipo que me lo ha dado todo.

- ¿Y a la selección?

- Dios quiera. Estuve desde la sub 16 hasta la sub 19. España, con Santi Denia, siempre jugaba a ser protagonista. Ojalá me llamara la sub 21 o la absoluta.

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