El fútbol europeo mete la tijera a los grandes sueldos

La pandemia del coronavirus ha movido los cimientos de la industria del fútbol, aunque confía en salvar lo que resta de temporada y cobrar así los contratos televisivos, la principal fuente de alimentación de los clubes y la partida de ingresos más elevada de sus presupuestos. Algunos no podrán hacerlo, caso de los que militan en la Ligue 1 francesa, suspendida de manera definitiva, por lo que la organización ha solicitado un crédito avalado por el Gobierno de 225 millones de euros con el objetivo de «evitar la quiebra» de varios de ellos. La Bundesliga está en marcha y la Liga ya ha fijado el 11 de junio, fechas en las que se manejan también la Serie A italiana y la Premier. Pero en este nuevo escenario abierto por la COVID-19, en el que ha habido ERTE y rebajas salariales, los equipos son conscientes de que deberán revisar su política de financiación y rediseñar la retribución de sus plantillas. Los grandes sueldos están contra las cuerdas y solo unos pocos elegidos serán capaces de pagar lo que pagaban antes de la crisis.

No es ningún secreto que el Valencia es uno de los clubes de la Liga que mejor retribuye a sus futbolistas. De acuerdo con los números elaborados por la compañía Sport Inteligencie, recogidos en el informe 'Global Sport Salaries Survey' publicado en los últimos días de diciembre de 2019, en el que se analizan los sueldos de 350 equipos de ocho disciplinas deportivas diferentes, los blanquinegros acreditan la cuarta media salarial más alta de Primera con 2,8 millones por jugador. Por delante solo están Barcelona (11,2), Real Madrid (10,2) y Atlético (6,4). Esa cantidad sitúa a los valencianistas en el puesto 22 de las cinco grandes ligas, es decir, figuran en la parte delantera de una clasificación compuesta por 98 conjuntos.

Debido al patógeno, el club deberá seguir vigilando sus números y cuidar el apartado dedicado a los sueldos. Hay organismos que exigen regular este apartado. La Federación Alemana de Fútbol ha pedido que se reflexione sobre la posibilidad de limitar fichas en las ligas europeas para garantizar su sostenibilidad y conseguir la aceptación de la sociedad. «Tenemos que acercar el fútbol a la gente y reflexionar sobre un tope salarial», dijo su presidente, Fritz Keller, quien también instó a cortar las «sumas horrendas» que perciben los intermediarios en los traspasos.

Distintas fórmulas

Los contratos firmados podrían ser retocados y la atención se centrará en los que están por formalizarse. Casi nadie pagará lo que pagaba antes de que el virus parase el mundo. «Los clubes deberán idear soluciones para arreglar su economía», recomiendan desde la Ligue 1. Muchos de los equipos franceses ya recortaron salarios y en más de un caso de manera unilateral. «Con los nuevos contratos no habrá problemas, se harán a la baja. Pero con los jugadores que tienen su vínculo en vigor habrá que buscar alternativas. Cuando la masa salarial es de 700 millones y el club solo podrá pagar 500, tocará pactar: se pueden refinanciar los contratos, alargarlos o buscar primas por bonus», explicaba hace unos días a 'El País' el director deportivo de un grande de la Liga.

Se trata de buscar fórmulas que aligeren el peso de las fichas en los clubes. ¿Qué va a pasar con los contratos que ya hay firmados con los jugadores? El Valencia tiene ante sí un panorama preocupante porque sólo Garay termina este año. Al margen de la posible vuelta de los cedidos, el 96% restante de la plantilla tiene contrato en vigor, algunos incluso con cantidades muy importantes y cuyo montante se dispara por encima de los cinco millones de euros brutos más la amortización correspondiente. «No les va a quedar otro remedio que negociar para que se bajen el sueldo el año que viene. Es difícil asegurar cuánto pero puede ir entre un 10% si salen muy bien las cosas y más de un 25% si no funciona tan bien«, advierte un exempleado de la entidad que conoce muy bien los entresijos económicos del Valencia. No han sido pocos los analistas que apuntan al 20% como cifra de depreciación. La pérdida del valor de los jugadores en el mercado, por ejemplo, se ha situado más o menos alrededor de esa cifra.

La escasez de operaciones de compraventa (van a predominar los cambios de jugadores) no les va a impedir que tengan que esforzarse para ver cómo resuelven el problema que surge al tener un vestuario cuyo gasto en fichas y sueldos sobrepasa los cien millones de euros, inasumible si además de tener que vender futbolistas en verano, encima no te metes en Liga de Campeones. Es la plantilla más cara de la historia y en ese sentido, para soportarla si bajan como parece los ingresos (publicidad, abonos y entradas), no queda otro remedio que amortiguar el golpe. ¿Cómo? Pues por ejemplo negociando de manera individual con los jugadores que en la próxima temporada cobren menos de lo estipulado y que esa cantidad se compense en los siguientes ejercicios. «Está todo muy parado. El problema surgirá en agosto cuando se tengan que hacer muchas operaciones deprisa y corriendo», confesaba esta misma semana un agente que representa los intereses de varios integrantes del vestuario blanquinegro.

El Valencia tiene en el presente ejercicio el quinto límite del coste de plantilla de España con 171 millones de euros, por detrás del Sevilla (185). Los clubes están ahora más que nunca sujetos al régimen que impone la patronal y en ese sentido la Liga está estudiando la posibilidad de promover una financiación colectiva de la deuda de los clubes, hasta 200 millones. El Valencia llega a este escenario arrastrando un agujero de más de 500.