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Ezequiel Garay. JOSE JORDAN / AFP

Garay la lía y luego pide disculpas a la afición del Valencia CF

El central argentino insulta a la afición y pide disculpas: «Amo a este club» | «Hemos sufrido como perros», grita con rabia Gayà en una celebración de la que se escapa Rodrigo a toda velocidad

Toni Calero

Valencia

Domingo, 23 de diciembre 2018

Iba camino el Valencia CF de su undécimo empate en Liga, así que todo lo que sucedió tras el zurdazo milagroso de Piccini tuvo puntos de liberación y locura. El gol provocó que el protagonista se quitara la camiseta en un suspiro, Marcelino se lanzara a la piña de futbolistas como uno más y Mestalla cabalgara entre una tremenda alegría y la sensación de que sobró sufrimiento. Hubo más: José Luis Gayà expresando toda su rabia al término del duelo y Ezequiel Garay equivocándose al lanzar un duro exabrupto a la grada que luego le exigió una rectificación.

«A la gente que le den por culo», gritó el argentino en el epicentro de la euforia valencianista. El sonido quedó registrado por las cámaras y Garay, pocas horas después y visto el revuelo por el insulto, tecleó para rectificar. «Si algo me caracteriza es que soy claro, directo, transparente y coherente», empezó el central. «El fútbol se vive con mucha intensidad y creemos que está dividido en dos partes, futbolistas y afición, algo que no tendría que ser así. Tanto los seguidores de un club como los que jugamos perseguimos los mismos objetivos. En definitiva, todos somos uno. Y en este concepto vino mi desafortunada frase», siguió Garay, quien recordaba en su texto que «no es plato de buen gusto» escuchar insultos a compañeros, entrenador o personal del club.

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Si algo me caracteriza, es que soy directo, claro, transparente y coherente. Por suerte la mayoría de las personas también poseen el último adjetivo, por eso mismo será fácil de comprender lo que a continuación voy a decir. Supongo que pasará en todas las profesiones, pero yo voy hablar de aquella a la que me llevo dedicando 20 años: el fútbol. Esta clase de deporte, se vive con mucha intensidad y CREEMOS que está dividido en dos partes (afición y seguidores) Algo que NO tendría que ser así. Tanto los seguidores de un club como los que estamos en el terreno de juego, luchamos por un mismo objetivo, alcanzar triunfos. Unos lo hacemos jugando y los otros acudiendo para animar. En definitiva, todos somos uno. Y por este concepto vino mi desafortunada frase. Entiendo la emoción y pasión que se viven en los 90 minutos de un partido. Pero también es comprensible que no sea plato de buen gusto, escuchar insultos a tus compañeros, a tu entrenador o a cualquier persona del club. Soy testigo de que todos tenemos un mismo objetivo, dar satisfacción. Hoy vi como compañeros estaban tirados en el suelo, otros lloraban y escuchaba de fondo insultos y abucheos... me dio rabia e impotencia. La adrenalina aún no había desparecido y de ahí solté una frase, que cierto es, nunca debería de haber dicho. Ahora bien, sí quiero puntualizar una cosa: nuestro ánimo son ustedes y juntos sumamos más. Se me olvidó decir algo, también me caracteriza la capacidad de RECTIFICAR. Amo este club y lo defenderé siempre, al igual que recordaré con cariño los otros donde estuve y respetaré a todos los demás, por un motivo: es deporte. Y hay que vivirlo de forma sana. #G24

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Según el argentino, la adrenalina de esos últimos instantes fue uno de los motores de su reacción. «Vi como compañeros estaban tirados en el suelo, otros lloraban y escuchaban insultos y abucheos. Me dio rabia e impotencia. La adrenalina aún no había desaparecido y por ahí solté una frase que nunca debería haber dicho», reconoció. «Se me olvidó decir algo, también me caracteriza la capacidad de rectificar. Amo este club y lo defenderé siempre», cerró Garay, uno de los más efusivos tras el tanto de Piccini.

Si tuvo recorrido el desliz del argentino una vez vistas las imágenes por televisión, a pie de campo llamaría la atención los puños cerrados de Gayà, de nuevo en plan capitán, reclutando al resto de jugadores para festejar el triunfo. «Hemos sufrido como perros», dijo el de Pedreguer mientras iba abrazando a sus compañeros. Por cierto, una acción de Gayà provocaría una de las escenas más insólitas del Valencia-Huesca. Tras la amarilla al lateral por protestar, Mateo Alemany se levantó en el palco de autoridades para protestar, sonriendo de forma irónica y con varios gestos de reprobación, la decisión del colegiado. El director general no pudo contenerse, probablemente por los nervios del momentáneo 1-1 contra el colista.

Con una parte de Mestalla sacando pañuelos blancos por la actuación del equipo, un último apunte importante: la huida de Rodrigo, quien se marchó a vestuarios antes que nadie sin acompañar en el centro del campo al grupo de jugadores. «No sé cuándo salió. Yo no le pregunto a un futbolista en esos momentos. Lo vi normal, como reacciona un futbolista después de un partido. Son momentos para dejar que venga la calma. Luego todo se habla y vuelve a su cauce, cuando las mentes están más limpias es más fácil hablar y dialogar», dijo Marcelino sobre la escapada de Rodrigo. A nivel grupal, el técnico considera que el vestuario «está tenso». «Los jugadores necesitan el apoyo mucho más que yo. Las ganas de ganar nos bloquean, tenemos que pasar esta fase y necesitamos pasar esta fase», concluyó Marcelino.

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