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Tenía la sorprendente manía para conciliar el sueño de repasar alineaciones del Valencia y de afrontar retos como hacer, por ejemplo, un once con jugadores ... que empiecen por la letra z. Ahora, José Rafael García-Fuster González-Alegre, a sus 71 años, tras un intenso pasado político y motivado por el espíritu valencianista que pretende inculcar a sus cuatro nietos, es la mano derecha de Juan Martín Queralt en su intento de sacar a Peter Lim del Valencia. Hoy es 15 de mayo, fecha en rojo para De Torino a Mestalla por la ATE.
–¿Por qué ha insistido en que la entrevista sea en este escenario?
–Para tantísimos valencianos, el Valencia es mucho más que un club, es el embajador más importante de la Comunitat. Qué mejor que al lado de la estatua de Luis Vives, a 300 metros donde vivió Vicente Ferrer, a 200 de la estatua de Jaume I y muy cerca de donde estaba el Bar Torino.
–Y todos esos matices, ¿cree de verdad que llegan a Singapur?
–Estamos convencidos de que no lo han entendido. Pero lo más importante es que no han querido hacerlo. Y eso es lo mínimo que se le podría exigir a alguien que viene a comprar un negocio, y esto precisamente es todo menos negocio. Ha sido y es anti-natura que este señor siga siendo el propietario.
–¿Ha tenido la opción alguna vez de transmitirle ese mensaje?
–Cuando la Tertulia Torino celebró el centenario en el paraninfo de esta Universidad se lo dijimos a Anil Murthy: debía imbuirse en la sociedad valenciana. A la vista está que fue estéril. Cada día la distancia se ha ido haciendo más grande. Sólo nos faltaba que para asistir a la junta se deban tener 3.598 acciones. Es la ausencia de toda voluntad de hacerse sentir cercanos al valencianismo. Por eso este señor se tiene que ir por cualquiera de los sistemas, ya no hay marcha atrás. El valencianismo ya se ha plantado.
–¿Y qué se puede hacer con tanta presión que ejercen con la ATE?
–Estamos dispuestos a llegar a un acuerdo con Lim. Es la hora de todos: de las administraciones públicas y de la entidad financiera por antonomasia de los valencianos (Caixabank). La ATE, por incumplida, es lo que motiva a los políticos para que actúen con la dureza que la ley impone.
–Usted ha sido político y el Valencia siempre ha sido especial...
–Aquí no hay ideologías. Todas las administraciones, sean del color que sean, han ayudado y lo van a seguir haciendo. Estamos ante una ejecución subsidiaria de la ATE. Si no se ha puesto un aval de 120 millones de euros, la administración tiene la facultad de acabar la obra pero a costa del club. Y si eso pasa, pues ya veremos si se llega a un concurso de acreedores.
–¿Qué opina de la línea de discursos de Joan Ribó?
–Por mi pasado político y por mis ideas, no voy a hacer la más mínima crítica del comportamiento de ningún político de la ciudad. Sólo les pido y exijo que ayuden al Valencia desde el cumplimiento de la ley. No es momento de debilidades ni de ponerse de perfil. Meriton ha arruinado económica, moral y socialmente al Valencia. Han desangrado a la entidad.
–Enric Morera cesó de la Tertulia Torino que usted preside...
–Prefiero no opinar. No hay que buscar paños calientes ante una actuación que raya en la mala fe y que después de las declaraciones de Lim en el Financial Times, también en la miseria moral.
–Insisto, Aurelio Martínez también era miembro de su peña.
–En su día optó por Meriton. Se equivocó pero de la solvencia moral de Aurelio no tengo la más mínima duda. Desde hace siete años está totalmente apartado de la Tertulia Torino, al igual que José Luis Zaragosí, de quien también tengo el mejor concepto de persona.
–¿Le sorprende el silencio que mantiene Mónica Oltra cuando fue azote del PP en el conflicto accionarial con la Fundación?
–Me dolería y no entendería que se produjera una divergencia de opiniones en el seno de los partidos que forman parte del Ayuntamiento y la Generalitat, porque el Valencia es de todos.
–¿Qué le pareció lo que dijo en su día Ximo Puig sobre Meriton?
–Me alegré mucho de cómo le paró los pies a Meriton. Tengo fe en los políticos y por eso estamos en conversaciones con ellos para que la ATE sea el final de un camino que hasta ahora sólo ha traído pena y desarraigo al valencianismo.
–¿Se acaba este sábado o es en agosto el plazo para la ATE?
–El decreto COVID tiene un espíritu, que es que la pandemia paralizó la actividad social y empresarial. Se hace para ayudar a las personas, pero no es el caso. Siete años de incumplimiento no se pueden compensar con un beneficio de tres meses de demora. No quiero que la administración lo haga, eso es un fraude de ley. El Valencia ha ingresado más de mil millones en venta de jugadores y no ha cumplido con 120 que es lo que vale acabar el estadio. ¿Cuál es el grado de cumplimiento moral y jurídico que tiene el señor Lim con la sociedad valenciana? Cero absoluto. No le podemos dar ahora esos tres meses donde tiene la posibilidad de hacer valer el préstamo que tiene garantizado con ocho jugadores. ¿Le vamos a dar aún más autopista para que siga haciendo fechorías? ¿Es que las administraciones no están al servicio del ciudadano? Queremos que se vayan y se van a ir.
–Pues dicen que no vende.
–Si no se quieren ir por las buenas, se irán por las malas. Se van a encontrar con demandas y muchos requerimientos y para eso la administración y el banco se tienen que poner al servicio de los ciudadanos de Valencia.
–El banco hasta ahora, cuando se ha pronunciado, ha sido muy cuidadoso con Lim.
–Yo sólo digo que la entidad financiera no se puede poner tampoco de perfil. A buen entendedor pocas palabras bastan.
–¿Qué plazos manejan?
–No lo veo largo. Creo en la voluntad del diálogo.
–¿Cuánto vale el Valencia?
–Este señor no se gastó cien millones, comprometió cien.
–Y luego, ¿quién?
–Nosotros no tenemos vocación para dirigir al Valencia. La plataforma tiene un líder como Juan Martín Queralt y con un grupo detrás de primerísima fila, y ninguno tiene ningún deseo de ocupar un cargo del Valencia.
–Queda ambigua su respuesta.
–Una reversión de las acciones a valencianistas y que ellos elijan. Los grandes hitos del Valencia han sido cuatro: 1919; 1986 con el descenso; el decreto del 89 de Sociedades Anónimas cuando la sociedad valenciana no supo estar, y luego el proceso de venta por no haberlo podido evitar. Demostramos una falta de conciencia colectiva.
–En su manifiesto fundacional dicen que el proceso de venta fue convulso.
–No fue ejemplarizante. Que tenga que ir el presidente a Singapur a buscar al inversor fue deleznable. Si quieres, dimites de presidente y luego vas.
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