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p. martínez/c. v.
Miércoles, 20 de julio 2022, 00:52
Nuevas equipaciones, nuevo presidente, nuevo director general, nuevo entrenador, nuevo jugador, nuevo sistema, nuevos conceptos de juego y menos patadas, muchas menos patadas... El estreno veraniego del Valencia ha puesto al descubierto un cambio radical de cuestiones que pusieron en algún momento de la temporada pasada casi contra la pared a Bordalás. Las famosas faltas –por su cantidad– que cometían los valencianistas han sido borradas ahora del ideario que ha impuesto el preparador italiano. Este Valencia 2022-23 va a hacer muchísimas menos faltas que el que hace algunas semanas terminó noveno clasificado en la Liga pero líder en infracciones (641, con una media de casi 17 por encuentro). Se acabaron pues las polémicas en torno a esta cuestión y las críticas de entrenadores rivales que pudieron o no influir en los árbitros.
Ha bastado un solo partido y contra un rival de cierta enjundia que venía mucho más rodado (era su quinto amistoso) para palpar que Gattuso, con todo lo combativo que era en su etapa de jugador, quiere alejar a su equipo del juego de protección y agresividad innecesaria que impuso Bordalás desde el primer día. Ha habido un reseteo general en la plantilla y ahora se crece desde el balón.
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Sólo hay que echar un vistazo al número de faltas que hizo el Valencia contra el Dortmund para percibir la profunda transformación que ha sufrido el grupo: cinco faltas en el primer tiempo (Guedes, Castillejo 2, Mosquera y Paulista), y cuatro en la segunda mitad (Thierry en el penalti, Marcos André 2 y Racic). La diferencia es brutal respecto al año pasado. En aquel primer amistoso de 2021 de Oliva contra el Villarreal, los valencianistas cumplieron a rajatabla la consigna del entrenador alicantino: 21 faltas, lo que arroja un promedio de una infracción cada cuatro minutos y pico. Superó aquel día incluso la media que había mantenido Bordalás con el Getafe, que era de dieciséis por partido.
Por eso el Valencia pasó de estar decimosexto en el ranking de faltas (2020-21) a ser el líder en la 2021-22). Alderete no está y eso ayuda también (15 amarillas, el que más de Primera), pero Diakhaby y Foulquier terminaron la temporada con 11 amarillas cada uno. No parece que vayan este año a repetir ni el Valencia a ser el más tarjeteado (123 amarillas), a bastante distancia del resto. Como nota curiosa, el Dortmund tampoco se excedió en dureza y terminó el amistoso con solo 8.
De defender a manejar el balón
Si por algo destacó también el Valencia de Bordalás fue por renunciar a la posesión. Apenas fueron unos pocos encuentros la temporada pasada los que obtuvo un mayor porcentaje de posesión que el rival, incluso hasta en la Copa del Rey contra rivales e inferior categoría. El Valencia prefería protegerse de medio del campo para atrás y dejar al adversario que decidiera qué hacer con el esférico.
Ahora eso no parece que vaya a pasar. Contra el Dortmund, el Valencia elevó la posesión más allá del 58%. De hecho, la jugada del golazo de Guedes fue un claro ejemplo de ello, porque participaron varios valencianistas tocando hasta que el portugués finalizó con un gran golpeo.
Pocos pelotazos
Al área rival se puede llegar con jugadas combinativas, con toque o velocidad, o con un pelotazo largo para buscar la segunda jugada. El Valencia de Gattuso no descarta la velocidad pero sí el pelotazo. Eso sí, debe mejorar la salida del balón porque un par de errores en la entrega en pases por dentro estuvieron a punto de costarle caro al equipo.
De la banda a jugar de interior
Yunus deslumbró en sus primeras apariciones en el Valencia por su velocidad por la banda derecha. Llegó Bordalás y lo primero que hizo fue desplazarlo al centro. Ya en el primer partido de Oliva jugó ahí. Gattuso le dio libertad pero de salida lo situó junto a Hugo Guillamón. Soler ocupaba la otra parte del medio del campo, aunque con más presencia en ataque que el norteamericano, que desde luego dejó patente una gran potencia física.
La necesidad de un central
Que el Valencia tiene carencias en el centro del campo y en el centro de la defensa es algo que se sabe desde la temporada pasada. Diakhaby sorprendió hace unas semanas cuando en una entrevista confesó que su tiempo en el Valencia estaba ya casi agotado y que deseaba probar la Premier y la Bundesliga. Pero sigue. Y de momento suplente, al igual que Comert, aunque el suizo estuvo bastante entonado en esa segunda parte que jugó contra el Dortmund.
Un ataque más que interesante
Lim tiene en su mano, como no podía ser de otra manera, el futuro de Guedes. El portugués demostró sobre el terreno de juego en este primer amistoso estar un peldaño por encima del resto de compañeros. Si vale o no 40 millones y si Lim decide venderlo ahora o después del Mundial es algo que se irá despejando conforme se vaya acercando el cierre de mercado. Lo positivo es que el debú de Samu Castillejo dejó buenas sensaciones. Con el balón en los pies se percibe que el malagueño quiere intentar hacer cosas. Y eso siempre es bueno.
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