Keita. Marcó dos goles endiez minutos al Racing. BERNAT NAVARRO PORTER
El túnel del tiempo

Goles míticos en la otra portería de Mestalla

Recuerdos. El tanto de Felman en una remontada al Barça en 1979, el de Tendillo ante el Madrid que evitó el descenso del Valencia a Segunda en 1983 o el olímpico de Sergio a Iríbar en 1971 se lograron en el Gol Gran

Sábado, 6 de mayo 2023, 00:22

El célebre gol de Felman al Barcelona en la memorable remontada copera de 1979, el milagroso tanto de Tendillo al Real Madrid en 1983 que decidió una Liga y evitó un descenso o el inverosímil gol olímpico de Sergio a Iríbar en la mágica campaña ... 70-71 se consiguieron en la portería del Gol Gran. La otra portería de Mestalla, la ubicada en dirección Sur, la más fluvial, la que no goza de la aureola legendaria que envuelve la ubicada en el otro fondo, popularmente conocido como el Gol Xicotet y que monopoliza el relato de los instantes mágicos.

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Dos vivencias personales rompen una lanza a favor de esa portería. Ambos partidos concluyeron con el mismo resultado: victoria valencianista por 4-2, aunque con un guión diferente. El primero tuvo lugar en una apacible tarde soleada en el otoño de 1967. El Valencia recibía al Sevilla y pese a marcar primero, el inevitable gol de Waldo, en el segundo tiempo todo se complicó con la reacción visitante, dos goles en apenas cinco minutos giraron el marcador. Se mascaba la derrota. La previsión de una tarde tranquila y un triunfo cómodo saltó por los aires. Desde la fila 14 del sector 4 de numerada, con 7 años de edad, esa portería, la conocida como la del Gol Gran desde décadas atrás, era la que veía ante mis ojos con claridad y precisión. Todo ocurrió allí en los últimos diez minutos. El Valencia, espoleado por una afición que se puso de uñas, levantó el partido con tres tantos. Sus autores fueron: Roberto, Cayuela y Claramunt, por orden cronológico. Ese fue mi primer momento extraordinario presenciado en Mestalla.

El otro tuvo a Valdez como protagonista. En la jornada 15 de la campaña 72-73, se volvían a ver las caras el Valencia y el Castellón después de 25 años sin enfrentarse. Gran ambiente, llenazo y muchos seguidores procedentes de La Plana. La primera parte acabó sin goles. En la segunda explotó Mestalla gracias a los cuatro logrados por Valdez en 30 minutos. Los fotógrafos se adentraron en el terreno de juego para retratar al gran protagonista, hubo espectadores que también se lanzaron para felicitar al argentino. Delirio absoluto. A Valdez, un extremo izquierda de muchos quilates, se le admiraba con pasión y se le disculpaban sus prolongados paréntesis. Conocido cariñosamente como 'el indio', jugaba a su aire, gozaba de licencia para entrar y salir de los partidos. Los dos goles visitantes en los compases finales tuvieron carácter anedótico. Antes de aquella exhibición se asistió a un momento único que no ha vuelto a repetirse. Con las Fallas de 1971 a punto de plantarse y el Valencia de Di Stéfano luchando por el título, Sergio batió a Iríbar en el lanzamiento de un córner directo que sorprendió al Chopo. Gol olímpico. El tercer tanto de un triunfo apoteósico por 4-0 que sirvió para recuperar un liderato que se mantuvo hasta el final.

Otro argentino, -ambos coincidieron el la plantilla de la temporada 77-78- Darío Felman, firmó en esa portería el gol que desató la locura en Mestalla la noche del 18 de abril de 1979. Después de perder por 4-1 en el Camp Nou en la ida de los octavos de la Copa cuando el Valencia igualó la eliminatoria al imponerse por 3-0. Se hizo necesaria la prórroga. Si el primer tanto de aquella mágica remontada lo había conseguido Carlos 'Lobo' Diarte a los cinco minutos en la portería del Gol Gran, Felman obtuvo en la misma el cuarto al poco de iniciarse el tiempo suplementario. Una gran cabalgada de Mario Kempes dio pie al remate ajustado de su compatriota que significó el triunfo por 4-0 y la clasificación para la siguiente ronda de un torneo conquistado por los valencianistas.

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Cuatro años después, el equipo era el mismo, la situación, por el contrario, diametralmente opuesta. El Valencia llegaba a la última jornada con la obligación de ganar al Real Madrid para evitar el descenso. Una pesadilla inexplicable. Para aumentar mayor dramatismo al duelo, además de obtener el triunfo, los de Mestalla dependían de otros cuatro marcadores. La mayor carambola de la historia se produjo en una tarde de emoción incontenible. Miguel Tendillo batió a Agustín con un cabezazo preciso en el primer tiempo en la portería del Gol Gran, tras la que se ubicaban centenares de seguidores madridistas, convencidos del alirón de su equipo al que le bastaba con el empate para conseguir el título. En un ejercicio de resistencia agónico, el Valencia mantuvo el marcador favorable ante el asedio desesperado del Madrid y logró un objetivo que se antojaba imposible.

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