La gran decisión de Bordalás

En esta semana del parón por selecciones, la actividad en la ciudad deportiva de Paterna ha bajado de manera considerable y eso hará que los lesionados de media duración que todavía permanecen con un pie en la enfermería vayan ganándole días al calendario. Ellos (Correia, Gayà y Lato), también tienen la cita contra el Betis en el punto de mira. Nadie se va a querer perder el acontecimiento.

A Cillessen, la interrupción de la competición de Liga le viene justo en el momento en el que ya está ejercitándose con normalidad con el resto del grupo. Ya lo hizo el último día de trabajo de la semana pasada pero después de la intervención se consideró que no era oportuno contar con él para la cita de Elche. Demasiado precipitado. Mejor esperar un poco y tenerlo ya plenamente listo para cuando la Liga inicie ya el último tirón de la competición, sobre todo con el reto de la final que puede suponer la vía de entrada a la competición europea este año.

Tiene nueve partidos por delante Cillessen para birlarle a Mamardashvili la portería del Valencia, en un año que en lo particular ha sido demasiado irregular para el veterano guardameta. Aún así y a pesar de que no hay certeza de que vaya a jugar sí o sí todo lo que queda, para Cillessen los números han mejorado las cifras que consiguió la campaña pasada. Y es que, desde que llegó, a Cillessen no le salen del todo las cuentas. Es bastante inhabitual que un portero tenga tantas lesiones. A sus 32 años, el internacional neerlandés cumplió bastante bien en lo que a continuidad se refiere en su primer ejercicio (2019-20) pero en su segunda temporada (2020-21) tan sólo jugó 10 partidos de Liga , cinco menos de los que lleva sumados en este campeonato.

Jaume, tercero en la 2020-21

Fue Jaume el que tuvo que soportar el curso pasado la responsabilidad. Y no lo debió hacer tan mal –otra cosa es el rendimiento del equipo a nivel global– porque fue el tercer meta con más paradas (90) de toda la Primera División. Con 28 partidos disputados y 42 goles en contra, le salió una media de 3,2 intervenciones por encuentro.

La situación actual encierra una particularidad. La reaparición en escena de Cillessen se produce justo cuando el Valencia parece haber conseguido cierta calma en lo que a goles encajados se refiere. Ha sido la fragilidad defensiva uno de los problemas que más ha perjudicado al equipo en lo que se lleva de competición. Y coincide la sensible mejoría del equipo con ese único gol que ha recibido el Valencia en los últimos cinco partidos. Nunca, incluido los partidos de Copa, había tenido este año el Valencia esa cifra tan baja en un periodo de cinco partidos, condición casi innegociable para Bordalás que hasta ahora no había sido capaz de conseguir.

Curiosa coincidencia la que se da porque ese único gol recibido no fue precisamente para Mamardashvili, sino para Jaume, que tuvo que jugar contra el Granada (3-1) porque el georgiano tuvo una amigdalitis que le impidió estar presente. Nadie podía imaginar a principio de temporada dos aspectos: que el Valencia se metiera en la final de Copa y que Mamardashvili se colara como candidato a jugarla.

A Marcelino, hace tres años, el asunto le pilló más o menos en una situación similar a la de Bordalás ahora aunque no tan enrevesada porque la lesión lo ha trastocado todo. En vez de Cillessen, estaba Neto. De cualquier manera, la diferencia está en que en aquel momento los roles estuvieron bastante definidos desde el primer momento. Para el brasileño fue la Liga y para el de Almenara la Copa. La apuesta la mantuvo Marcelino hasta el final y obtuvo recompensa.

Es más, Marcelino razonó la situación y consideró que lo más adecuado para que Jaume llegara 'engrasado' a la final de Sevilla era darle los últimos partidos de Liga. Disputó los dos últimos, ambos con victoria valencianista.

Ahora, Mamardashvili realizó en Elche una actuación más que aceptable, aunque lo cierto es que su presencia se limitó a un par de paradas, un despeje y cinco intervenciones fuera del área. Suma con la actuación del Martínez Valero 387 minutos sin encajar un gol, algo que ha logrado en siete ocasiones en lo que va de temporada. El georgiano arrastra trece goles en contra en Liga, justo la mitad de los que lleva Cillessen, diferencia sensible si tenemos en cuenta que el primero sólo ha jugado 12 partidos y el neerlandés tres más.