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Valencia CF | El otro gran motivo para salvarse

El otro gran motivo para salvarse

El Valencia, ahora antepenúltimo, verá todavía más afectadas sus cuentas por la mala clasificación | Rights and Media tiene la garantía de ayudas al descenso mientras el club ha visto cómo cada año han disminuido los ingresos televisivos

Lunes, 27 de febrero 2023, 00:44

No tenía ni idea Zubeldia de que ese gol en propia puerta que se coló en Mestalla este sábado en un intento de despejar el centro de Lino puede significar algo más que tres puntos para el Valencia. A simple vista, ese 1-0 parece que le ha cambiado la vida al equipo de Baraja, aunque con el sorprendente triunfo este domingo del Almería vuelve a estar con el agua al cuello, a la espera aún de lo que sea capaz de hacer el Getafe. Sólo hay que echar un vistazo a las cuentas que presentó el club en la última junta de accionistas para darse cuenta que la sociedad se juega algo más que la supervivencia deportiva este año. El Valencia 2022-23 está tan cogido con pinzas que por mucho que Meriton especifique año tras año que está detrás para lo que haga falta, el panorama es bastante más incierto de lo que los aficionados deportivamente hablando se pueden imaginar («la Sociedad cuenta con el compromiso formal del accionista mayoritario de prestar apoyo financiero para garantizar las operaciones de la Sociedad»). Por supuesto, la aclaración de los auditores no concreta nada respecto a si Lim abre o no el grifo para fichar en el mercado de enero aunque haga falta, por ejemplo.

A estas alturas, todo el mundo asume que tal y como está estructurado el club, el Valencia no sólo no es rentable sino que a cada cierre de ejercicio mete pie y medio en quiebra técnica. Tampoco da para mucho más con la deuda que tiene, que ronda los 375 millones. Aún así, Inma Ibáñez, la directora financiera, trataba de edulcorar en diciembre pasado la escena y, por qué no decirlo, también la gestión meritoniana: «He vivido épocas más delicadas que la actual».

Ella, con sobrada experiencia en la fontanería blanquinegra y por ahora a salvo de las críticas populares (no así Javier Solís, que este sábado presidió por primera vez el partido en el palco), sabe de sobra que el Valencia va a tener difícil el próximo ejercicio esquivar un nuevo crédito –del dueño– con el apunte de una nueva ampliación de capital. Incluso por muchas ventas que se puedan hacer este verano e independientemente de que se logre la permanencia. Es justo lo que quiere evitar a toda costa Layhoon: «A Peter le gusta el fútbol, pero a nadie le gusta tener que ir poniendo siempre dinero».

El regate que le hizo Lim a reforzar la plantilla en este mercado de enero le puede salir más caro de lo que podía imaginar. Y es que, hay que tener muy presente que en junio de 2021, el Valencia tuvo que pedir un préstamo a Rights and Media de 51 millones de euros para atender pasivos circulantes (deudas a corto plazo). La caja estaba y está vacía, y prueba de ello es que se ha vuelto a echar mano de pagarés para hacer frente a la parte de la ficha de la plantilla. Por eso, en ese verano de 2021, el club tuvo que recurrir a esta financiera ante el portazo de los bancos y ese crédito que solicitó de 51 millones tiene que devolverlo en cinco años (hasta junio de 2026). Es ahí cuando empiezan los problemas y a retorcerse la fotografía. Rights and Media cogió como garantía los derechos de televisión (que se pone como aval para casi todo) pero también la compensación que otorga LaLiga en caso de descenso. A día de hoy se desconoce ciertamente a cuánto ascendería en el supuesto de que el Valencia acabara en Segunda, pero el Levante, por ejemplo, obtuvo 18 millones y quizás en el entorno de los 35 millones de euros se podría mover la cifra para el Valencia. La Liga lo hace para evitar la asfixia de los clubes que caen a Segunda y que no pueden hacer frente con la reducción de ingresos a los gastos que arrastran.

La compensación que tiene pignorada Rights and Media sería en todo caso hasta el importe total del crédito y sus intereses (3,1%). El quid de la cuestión es que el chicle de la televisión cada vez da para menos. Por mucho que se esfuerce Javier Tebas en defender la gestión que desde LaLiga se está haciendo en contraposición al 'desmadre' que se vive en la Premier con la exagerada inversión de los propietarios, en lo que se refiere al Valencia los ingresos de televisión lejos de aumentar van en clara caída. A peor clasificación, peores recompensas. Sirva como muestra de esa tendencia negativa lo que ha ocurrido en los tres últimos años. De los 83,2 millones de euros que se ingresaron en el curso 2020-21, se pasó en la 21-22 a 70,8 millones, teniendo previsto para este curso 67,9. Para hacerse una idea de lo cambiante que puede resultar y la importancia que tiene, en la 2018-19 el pellizco fue de 78,7 y la más alta fueron los 82,2 de la 2019-20; pero en la 2016-17 más o menos fue lo mismo que la actual: 62,7.

Eso quedando más o menos en la zona media. El futuro, de nuevo sin Europa y sin saber si habrá músculo suficiente en caso de mantenerse para revertir la situación, presenta demasiadas sombras. El Valencia va perdiendo escalones a marchas forzadas y eso supone un coste importante. Hoy por hoy, la televisión es una parte vital para todos. El Valencia, no obstante, lo que tiene hipotecado son sus inmuebles: el actual Mestalla a favor de Caixabank (por 90,4 millones, más otra partida por 13,4); los terrenos del nuevo estadio (al Ayuntamiento como garantía de pago por 6 millones), y la ciudad deportiva de Paterna (Agencia Tributaria por 3,2 millones).

El bocado de CVC

Da la sensación de que la llegada de CVC (2.700 millones a repartir) ha supuesto la salvación prácticamente para todos los clubes que estaban en una situación agónica, en especial para el Valencia. La reflexión encierra algunos matices. El dinero viene bien lógicamente para superar la crisis que estaba sufriendo el fútbol y en lo que al club blanquinegro se refiere, le supone un cambio radical de perspectiva en lo que al problema del nuevo Mestalla, atascado precisamente por falta de liquidez. Pero ese dinero hay que devolverlo lógicamente, aunque no encierre ningún interés. El Valencia, como el resto de afectados y englobados en LaLiga Impulso, deja que CVC le pegue un bocado cada año al dinero que recibe por televisión durante los próximos 50 años: en concreto un 10,95% según reconoció Inma Ibáñez hace un par de meses. No consta, al menos, como deuda porque es LaLiga el que reparte el dinero con esos préstamos sin interés a 40 años.

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