El Valencia CF quiere aprovechar las dudas del Real Madrid para asaltar el Bernabéu

Opina Mauricio Pellegrino -exfutbolista y exentrenador del Valencia, y un hombre de pulcro verbo- que en la jornada trece, la posición de un equipo en la clasificación es «una foto momentánea». Tiene algo de razón el argentino, sabedor de que estando en el puesto diecisiete su equipo, lo ideal es alejarse de dramatismos. Da la casualidad que a los protagonistas del duelo de esta noche en el Bernabéu no les queda otro remedio que abrazar el ideario del actual técnico del Leganés. Y lo hacen porque no les queda otro remedio ya que encontrar en la tabla al Real Madrid en la sexta posición es casi tan hiriente como ver al Valencia en la undécima plaza. Son dos gigantes del fútbol español, dos grandes de Europa, por eso duele a la vista ver como transitan por la zona mediocre.

Bien es verdad que tanto unos como otros tienen el convencimiento propio de que la competición les recolocará en el lugar que se merecen. La duda para el Real Madrid es si tendrá margen suficiente para alcanzar al Sevilla o al Barcelona -ahora a seis y cinco puntos respectivamente-; mientras que para el Valencia el interés está en dar caza al Alavés -cuarto a seis puntos-.

En otros tiempos, un Real Madrid-Valencia habría dado que hablar durante todos los días de la semana. O bien por el árbitro elegido -con el VAR ha perdido protagonismo González González-; o bien por ver de qué forma Garay -recuperado- y Paulista frenan a Benzema sin repetir aquella esperpéntica llave de judo 'Ushiro Nage' que le sirvió al árbitro para castigar a Marchena ante Raúl en 2004. Cosas del fútbol, en el Real Madrid se habla más de la Copa de Libertadores o del porqué Solari parece haberla tomado con Isco, en lugar de ver las razones que le llevan a ser una ruina tácticamente en el aspecto defensivo y que le llevan a convertirse en el sexto equipo más goleado de la categoría (19 goles (encaja una medida de 1,4 por encuentro).

Por el Valencia, en cambio, todavía persiste en el ánimo de los aficionados la herida que ha dejado el cambio de rumbo europeo tras una Champions en la que el equipo de Marcelino ha competido unas veces bien y otras muy mal, pero que no le ha dado suficiente para aspirar a los octavos. Que el Valencia va a competir esta noche es algo que parece que queda fuera de toda duda. Sirven para ello dos argumentos: la positiva tendencia de los dos encuentros ligueros precedentes (se ganó al Getafe y al Rayo) y el simple hecho de que este año plantó cara al Atlético (1-1) y al Barça (1-1). El año pasado, con un Valencia en el que funcionaban de maravilla los Kondogbia, Parejo, Guedes y Rodrigo, el equipo fue capaz de jugarle de tú a tú al Madrid en el Bernabéu (2-2). Pero le queda pendiente a Marcelino esa parte de la asignatura que dice que le cuesta sacar adelante los partidos contra los grandes. Por muy mal que esté el Madrid -el Levante sí fue capaz de ganar allí 1-2-, hoy se pone a prueba la demostrada solidez del equipo blanquinegro. Llegar a ese campo con un promedio de 0,6 goles encajados por jornada es motivo suficiente para que a Solari le entre el miedo en el cuerpo. Por mucho que el Madrid ofensivamente no tenga tan malos registros (cuarto más goleador de Primera).

El problema, en cualquier caso, será para el Valencia en ver la forma en que llega al área de Courtois y, encima, le hace daño. Sin Rodrigo, la alternativa para Marcelino es Gameiro, más participativo que Batshuayi. Luego quedará la duda para el técnico valencianista de ver qué composición elige para el centro del campo. Coquelin es hoy por hoy el futbolista más en forma pero su inclusión en el once perjudica o bien a Kondogbia o a Carlos Soler -como contra la Juve-.