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Guedes, eufórico tras el golazo que selló la victoria del Valencia. dpa

Guedes, una sonrisa que vale millones (1-3)

El portugués marca dos goles, uno de rebote y otro con un gran disparo, en un positivo estreno del Valencia de Gattuso

Lunes, 18 de julio 2022, 22:30

Quedan justo cuatro semanas para que el Valencia arranque de verdad y ese es el margen que tiene Peter Lim para ver si vale o ... no la pena aguantar el tirón un año más con Guedes o si ha llegado de verdad la hora de sacar beneficios por él y enjuagar los números rojos que ha provocado su gestión. Porque, el portugués, continúa siendo hoy por hoy un valor que cotiza al alza. En un mercado enfriado por la crisis, este chaval al que le gusta pasárselo bien en el campo, sortear a contrarios, y sonreír y sacar la lengua con cada golazo que hace, vuelve a ser y con diferencia la mejor pieza del Valencia. Lim le concedió a Bordalás el beneplácito para sacarle todo el jugo al atacante en un año en el que el Valencia jugó a bien poco por no decir a casi nada. Ahora, justo cuando a Gattuso le puede dar por relamerse viendo en primera persona lo que es capaz de hacer este futbolista a sus 25 años, al italiano le puede llegar el golpe amargo en cualquier momento. Decide siempre Singapur, sí, pero cada zarpazo veraniego de Guedes es una vuelta a la manivela de la caja registradora valencianista. ¿Vale realmente Guedes 40 millones o más? Desde luego, por el segundo gol que hizo bien valdría la pena jugársela. Y no porque hiciera algo innovador y sorprendente, sino simplemente porque para él lo extraordinario es casi su rutina. Maneja el balón en un costado, tira la diagonal, amaga y cuando huele la cal del área, zapatazo al palo más escorado del portero. El guion no cambia pero no por ello le resta efectividad. Ni es el primer gol que hace así ni será seguramente el último que haga, con o sin la camiseta blanquinegra. El primero que hizo ayer antes del descanso, en este ensayo en tierras austríacas, llegó de rebote pero el segundo, que ponía la sentencia a los alemanes, es el que se reparte por las televisiones europeas para entretener a los aficionados y para alertar a los directores deportivos de esos clubes que sí tienen algo más que telarañas en la caja fuerte. La Roma de Mourinho se va a hacer con Dybala pero a Guedes, si las puertas del Calcio se le han cerrado debe mirar hacia la Premier, donde quizás valoren en su justa medida su protagonismo.

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No fue desde luego el único centro de interés en este partido inaugural del curso. También acapararon atención, cada uno a su manera, otros dos nombres: Gattuso, porque la puesta en escena de su equipo terminó de manera más que satisfactoria, no por el resultado en sí sino porque se mostró por encima de un rival que está mucho más rodado (llevaba cuatro amistosos); y Samu Castillejo, que se estrenaba como valencianista y que dio pinceladas de su juego directo y sin ambages. Recibe, corre, encara y, si puede, asiste. Suya, por cierto, fue la asistencia que propició el remate de Guedes que tras dar en un defensa acabó colándose en la portería del Dortmund para significar el 1-0.

¿Ha cambiado mucho este Valencia del de Bordalás? Aunque en un primer test tampoco se pueden extraer conclusiones definitivas, lo cierto es que el aroma que quiere desprender el equipo se aleja bastante de los dogmas que pretendía el alicantino. Ni se pegan patadas ni se defiende tanto. Desde luego, algo más de equilibrio, la palabra favorita siempre para los entrenadores. El Valencia quiere defender con la misma proporcionalidad que defiende. Cosa siempre difícil, por cierto. Se pasa de salida a un 4-3-3 con matices, con Guedes y Samu Castillejo (a la derecha) muy abiertos en la última línea pero pendientes también de mostrar algo de cercanía a los medios, franja en la que Guillamón volvió a ejercer de pivote, flanqueado esta vez por Yunus y Carlos Soler.

Se podría decir también que el primer once, bien podría ser considerado en desafíos más serios como un más que probable equipo titular. Salvo la presencia de Mosquera en el centro de la defensa de inicio, el resto tiene ya cierto peso. No se lanzan pelotazos porque se intenta jugar desde atrás, aunque eso genere problemas a veces. Sobre todo cuando hay errores de pase, como el que cometió Guedes en el primer tiempo que estuvo a punto de costarle caro al equipo.

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¿Y la presión? Pues no está del todo clara. Es algo que va a tener que perfeccionar todavía Gattuso. Cuando quisieron hacerla alta, hubo desajustes. La acción en el 20' fue tan clara que seguro que la repasará Gattuso en el vídeo con su gente. El Dortmund salió relativamente fácil de la presión y terminó la jugada con un balonazo al larguero de Reus y varios remates casi consecutivos desde dentro del área. No se puede consentir eso, y menos cuando el Valencia si de algo padece en los últimos años –desde que se fue Marcelino– es de recibir goles con bastante facilidad. Bordalás, tan empeñado estaba en defender bajo y bien, que acabó desesperado por la poca eficiente de los suyos en esa tarea.

Llegó el descanso, empezaron los cambios y a los pocos minutos penalti de Thierry claro y totalmente evitable. Reus engaña a Mamardashvili y el Valencia corre el riesgo de desaparecer. Pero justo pasa lo contrario. Soler pisa el área, se beneficia de los rebotes y tiene la habilidad para regalársela a Marcos André. Luego llegaría otro regalo: el de Guedes.

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